Las medidas adoptadas por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, tras su derrota en las elecciones europeas y su anuncio de elecciones legislativas anticipadas y la posterior derrota de la extrema derecha provocó turbulencias en la economía local y europea en general.

Según la agencia estadounidense Bloomberg, las acciones de París empujaron a la segunda economía más grande de la Unión Europea a meses de agitación en el mercado e incertidumbre política, y desde entonces las malas noticias comenzaron a acumularse en toda la región.

Alemania, la potencia tradicional de la Unión Europea, está sumida en una recesión, y su industria automovilística se tambalea en el proceso de transición a los vehículos eléctricos y sufre una desaceleración en China, mientras el plan de semiconductores por valor de 30 mil millones de euros (33 mil millones de dólares) está desintegrado, de lo cual depende la atribulada empresa Intel.

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De acuerdo con el medio, las gigantescas empresas tecnológicas de Estados Unidos dieron la espalda a la Unión Europea debido a las restricciones impuestas a la inteligencia artificial.

La publicación señaló que los políticos en Europa tardaron en darse cuenta de la magnitud de los problemas económicos y ahora están divididos sobre qué hacer.

Por ende, consideró este momento el punto de inflexión para el proyecto europeo. Si la Unión Europea no logra alcanzar los cambios operados a escala mundial, corre el riesgo de caer al segundo rango de las potencias globales.

Europa superó con éxito crisis existenciales precedentes, pero cuanto más prolongadas sean las tendencias actuales, más vulnerable será, concluyó Bloomberg.