Ucrania obtiene luz verde para atacar a Rusia con misiles de la OTAN
Estados Unidos, Francia y Reino Unido cedieron al pedido de Kiev de emplear el sistema conocido como Atacms y otras armas de largo alcance, en un inicio para atacar a las tropas rusas y coreanas apostadas en la región de Kursk.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizó al ejército de Ucrania el empleo de misiles de largo alcance suministrados por Washington para realizar ataques dentro de la Federación Rusa.
Según funcionarios estadounidenses citados por la prensa occidental, el primer uso de estas armas pudiera darse contra las tropas desplegadas en la región de Kursk, recuperada por Rusia en una ofensiva de más de 50 mil soldados.
Aunque esta medida no cambiará el curso del conflicto, como admitieron las fuentes, representará un mensaje de advertencia para República Popular Democrática de Corea, y además cabe esperar la autorización de Biden para apuntar hacia objetivos en el interior del territorio ruso.
De acuerdo con las excusas de la Casa Blanca, este permiso para disponer a voluntas de los Sistemas de Misiles Tácticos del Ejército (Atacams), con un alcance de 190 millas, es una respuesta a la sorpresiva decisión de Rusia de incorporar tropas norcoreanas a la lucha.
La decisión del mandatario norteamericano saliente resultó polémica entre sus propios asesores, en tanto significa una provocación abierta a las líneas rojas establecidas por Moscú a apenas dos meses de la toma del poder de Donald Trump, cuya visión de las relaciones con la nación euroasiática es muy diferente a la de su predecesor demócrata.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, recalcó este domingo que para su país lo más importante es ampliar la cantidad de misiles listos para atacar a los rusos.
Aunque no confirmó ni denegó la supuesta medida favorable a sus planes bélicos, prometió no dar golpes con palabras: "Cosas así no se anuncian. Los cohetes hablarán por sí solos”.
La administración de Biden flexibilizó las restricciones para el uso de su armamentos en otras oportunidades, según sus informes, en respuesta a ataques rusos a objetivos sensibles ucranianos.
De ese modo autorizaron el Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad, o Himars, con un alcance de unas 50 millas, para emplearlo contra las tropas rusas ubicadas cerca de la frontera.
Mientras tanto, la opinión interna en Estados Unidos se divide entre quienes no esperan una respuesta alarmante de Moscú y quienes temen serias represalias del presidente Putin contra Estados Unidos y sus socios de la Otan.
Otro motivo de preocupación es la cantidad limitada de esos misiles disponibles en estos momentos, incluso para el propio ejército estadounidense.
A estos argumentos se oponen quienes critican a Biden por dejarse intimidar por la retórica hostil de Putin, lo cual aumentó la desventaja táctica de los ucranianos en el terreno, valoró el diario estadounidense The New York Times.
En agosto pasado, las tropas de Zelensky lanzaron un ataque transfronterizo y se apoderaron de una franja de territorio ruso en Kursk.
La respuesta rusa fue incrementar las acciones en esa dirección, sin abandonar Kharkiv, y además sumaron 10 mil efectivos norcoreanos a sus tropas en esta ofensiva.
Ucrania insistió en su pedido de estas armas antes del cambio de mandato en Washington, porque conoce la postura radical de Trump en aras de terminar el conflicto, aunque no ha dicho cómo.
Kiev se aferra al territorio ruso invadido con la esperanza de intercambiarlo en una posible negociación, pero si pierde su avance en Kursk tendría poco que ofrecer, valoró el diario neoyorkino.
Por insistencia de Zelensky, Reino Unido y Francia facilitaron al ejército ucraniano un volumen limitado de misiles Storm Shadow y SCALP, con un alcance cercano a las 155 millas, pero no habían dado permiso para su empleo contra la profundidad del territorio ruso.
Ambos gobiernos europeos condicionaron su autorización a la iniciativa de Washington, y reaccionaron a la evolución del tema este domingo con sus respectivas flexibilizaciones, como informó el rotativo francés Le Figaro.
En cuanto al lobby interno en Estados Unidos, algunos legisladores republicanos elogiaron la medida, pero calificaron de tardía la respuesta a las súplicas de Kiev, según reflejó el medio citado.
Por otra parte, asesores de Biden concedieron gran relevancia a una evaluación reciente de la inteligencia sobre la veracidad de las amenazas de Putin de responder al uso de Atacms contra su territorio con represalias letales contra Estados Unidos y sus aliados europeos.
Dentro de esas posibles represalias, el informe citado enumeró incendios provocados y sabotajes contra instalaciones norteamericanas en Europa, así como ataques contra bases militares de la Otan.
Segun el diario, Biden sopesó los beneficios potenciales para Ucrania y su propio interés de mantener a Corea del Norte advertida del precio a pagar por su participación.
Recordó además cómo hace un año las agencias de inteligencia estadounidenses alertaron sobre un supuesto suministro de misiles balísticos norcoreanos de largo alcance a Moscú, y la Casa Blanca usó ese pretexto para ceder varios cientos de Atacms a Kiev.
En esa ocasión dio permiso para usarlos en "territorio soberano de Ucrania" (lo cual incluye Crimea, según Occidente, y el mar Negro), como complemento a los misiles británicos y franceses, y se desconoce de cuántos dispondría ahora para dirigirlos hacia Kursk u otros objetivos más adentro.
A propósito de este giro en los acontecimientos, la prensa occidental recordó las intervenciones de Putin de septiembre pasado, cuando advirtió a la OTAN que cualquier ataque a territorio ruso con armas de largo alcance, será interpretado por Moscú como una declaración de guerra del bloque, y responderá en consonancia con ese acto hostil.