Ali Hassan Khalil resalta dimensiones nacionales de Hassan Nasrallah
El diputado y asistente político del presidente del Parlamento, Nabih Berri, dialogó con la red Al Mayadeen, como parte de la cobertura del funeral de El Sayyed, una nación, sobre la relación entre el movimiento Amal y Hizbullah, y sobre la persona del mártir Sayyed Hassan Nasrallah. En la entrevista abordó algunas posiciones y anécdotas no reveladas antes de manera pública.
-
Ali Hassan Khalil habla del mártir Sayyed Hassan Nasrallah
El asistente político del presidente del Parlamento de Líbano, el diputado Ali Hassan Khalil, habló en una entrevista con el canal de televisión Al Mayadeen, en el marco de la cobertura del funeral del líder mártir de Hizbullah, Sayyed Hassan Nasrallah, bajo el título “El Sayyed, una nación”.
Khalil reveló detalles sobre la relación entre el movimiento Amal y Hizbullah, y los vínculos del Sayyed Nasrallah con el presidente del Parlamento, Nabih Berri, desde los años 90 hasta antes de su asesinato.
En el diálogo televisivo, destacó las dimensiones personales y nacionales del líder mártir homenajeado, y compartió posiciones no reveladas antes al público.
También comentó sobre la reciente guerra en Líbano, y los planes para el país detrás de esa agresión.
La pérdida de la nación
Durante la entrevista, Khalil consideró el martirio de Sayyed Nasrallah como una pérdida, no para un partido o un grupo específico, sino para el movimiento Amal, para la Resistencia, para todos los libaneses y la nación.
Agregó que el sentimiento del movimiento Amal responde al hecho de haber perdido a un líder y un símbolo, parte de la escuela del Sayyed Musa al-Sadr, quien creyó en este proyecto, luchó desde su posición y estableció toda esta situación y su desarrollo a lo largo de los días, hasta transformarlo en un símbolo, modelo a seguir y ejemplo, no solo a nivel de su partido o su propia organización, sino a nivel de todos aquellos que anhelan la libertad, la justicia, la resistencia y el rechazo a la injusticia".
Esta ausencia profunda puede no ser visible ahora, pero tiene un gran impacto, y para compensarla afirmarán aún más la solidez de su línea, establecida durante un largo período con el presidente Nabih Berri, hasta lograr una experiencia excepcional en la relación entre dos componentes organizativos, al punto de la integración en la posición privada y pública, aseveró el entrevistado.
Respecto a la noticia del martirio y lo que pasaba por su mente en ese momento, Khalil consideró imposible reflejarlo con precisión mediante palabras, como tampoco el shock inicial, o la emoción de estos momentos ante una pérdida tan excepcional.
Detalles de la primera reunión entre el Sayyed Nasrallah y el Presidente Berri
Como narró el diputado Ali Hassan Khalil, sus relaciones directas con el Sayyed Nasrallah comenzaron cuando este asumió el cargo de secretario general en 1992, porque estuvo presente en la primera reunión entre el líder de la Resistencia y el presidente Berri, a principios de marzo de ese año.
Hasta ese momento Berri no tenía conocimiento directo de Sayyed Nasrallah, ni contacto con él, por tanto aquella reunión rompió muchas barreras, justo cuando la relación entre Hizbullah y el movimiento Amal pasaba por una fase de transición y se necesitaba inyectar un nuevo espíritu en ella.
Al decir de Khalil, el parlamentario quedó contento con su primera impresión de ese encuentro, y dijo esperar mucho del nuevo secretario general, primero para desarrollar la relación entre el movimiento y el partido, y segundo para fortalecer la situación especial a nivel chiíta e islámico, y asegurar la asociación nacional.
En opinión de Berri entonces, la impresión causada por el líder de Hizbullah, pesar de su corta edad en ese momento y de su reciente contacto con asuntos políticos públicos, fue una clara señal del inicio de un nuevo camino para ambas organizaciones.
La manera de proyectarse, aunque no se podía vislumbrar en profundidad en ese momento, indicaba una persona con capacidad para transformarse en un gran líder y trascender los límites de su movimiento hacia el espacio público, aseguró el diputado.
Una relación excepcional y una colaboración sin restricciones
Según contó a Al Mayadeen, las reuniones entre el presidente Berri y Sayyed fueron más de 50 desde entonces, aunque no se pueden contar con precisión.
Los primeros años fueron contactos semirregulares, cuando la libertad de movimiento de Sayyed antes de 2006 era más cómoda.
El líder de la Resistencia siempre visitaba al presidente Berri, y viceversa, pues no había ningún protocolo en la relación entre ellos: era muy abierta y nunca se detuvieron en los límites de quién visitaba a quién, puntualizó.
Desde 1992, el diputado Khalil asistió a todos esos encuentros, y explicó cómo después de 2006, el presidente Berri insistió en ir él hacia donde estaba Sayyed, por consideraciones de seguridad.
Khalil rememoró una situación a principios de 2007, cuando Sayyed Nasrallah le pidió ir a verlo, y el presidente Berri pidió organizar la reunión de acuerdo con lo apropiado para preservar y proteger la vida del combatiente, a quien consideraba "socio en la resistencia, en los asuntos públicos, en los privados y en la preocupación común sobre Líbano y los nacionales, musulmanes y árabes, y quizás mucho más amplio que eso”.
Esta naturaleza de la relación rompió muchas barreras entre ellos, e hizo crecer una simpatía excepcional, al punto de entenderse sin restricciones, como si se hubiera quitado el velo entre ellos.
"Lo que decía el presidente, lo entendía el maestro, y lo que decía el maestro, lo entendía el presidente, y la mente de cada uno de ellos empezó a producir, en muchos puntos, una posición idéntica, incluso sin comunicación”.
También puntualizó que todas las reuniones tuvieron lugar en la superficie, en los pisos cuatro, cinco, seis... Es decir, en lugares normales, no protegidos bajo tierra.
Durante la entrevista, abordó el calificativo de "hermano mayor” otorgado por Sayyed Nasrallah al presidente Berri, el cual demuestra la solidez de esa relación y la confianza inquebrantable entre ambos líderes y ambos movimientos.
“La posición de Sayyed hacia el Movimiento Amal refleja con precisión esta relación, cuya base es el proyecto del Imam Musa al-Sadr, y su estructura y pilar es la confianza excepcional entre dos hombres, que ha superado incluso los marcos de liderazgo y los marcos inferiores, aseveró.
En su opinión, la razón de esta confianza estaba en la comprensión mutua: "Su Eminencia comprendió quién es Nabih Berri: un hombre fiel, patriota, comprometido con la prioridad de la unidad de posiciones y comprometido con la cuestión de la resistencia al enemigo israelí; cuya vida transcurre en esta línea de defensa de Líbano, su unidad, independencia, soberanía y coexistencia", aseveró.
Tras ese tiempo de contacto directo y entendimiento mutuo, y de discusión de muchos asuntos personales, el líder de Hizbullah vio en el parlamentario parte de su mente y cultura, la historia de Jabal Amel y la historia de Líbano, y disfrutaba escuchar sus anécdotas, las historias de sus experiencias, desde Bint Jbeil hasta Tiro y Beirut, ejemplos que solía repetir, cargados de acervo cultural, poético, literario y político”, recordó Khalil.
Por su parte, el presidente Berri tenía una gran confianza en la mente clara del Sayyed Nasrallah, en la pureza de su corazón y en la bondad para romper cualquier diferencia en sus posiciones políticas.
"Estos asuntos son un acto acumulativo”, consideró Khalil, para quien la relación entre estos dos grandes hombres representa una lección para las generaciones futuras, basada en cómo dos partes diferentes pueden avanzar juntas para resolver el conflicto, para construir una relación de cooperación y alianza, y complementarse.
A tal punto consolidaron el vínculo, que durante los últimos 15 años no se menciona un solo tema político donde sus posiciones fueran divergentes, ni siquiera en casos para los cuales se necesitaron sesiones de discusión con otros partidos, como el de la alianza de las elecciones parlamentarias.
Desde su perspectiva, esto ejemplifica cómo un símbolo, o una persona, o la capacidad de dos personas como el Presidente Berri y Nasrallah, pueden transformar el estado de ánimo y la dirección general, el pensamiento y el proyecto, hasta hallar un punto de encuentro con el otro.
Personalidad distintiva
En cuanto a la personalidad de Nasrallah, el diputado Khalil lo describió como distinguida, la cumbre de la moral, el respeto, la apreciación de las personas, la modestia y el sentido de la responsabilidad por la otra persona y su valor, quienquiera que fuera, y en especial con el presidente Berri.
Khalil narró una historia peculiar: Nasrallah era muy contenido, hasta el punto de abstenerse de comer carne cruda, mientras Berri estaba acostumbrado a la manera sureña de comer farakeh, y le instó a hacerlo. Él aceptó hacerlo y lo saboreó como los sureños y la mayoría de los libaneses, y se convirtió en el plato principal en su mesa, incluso cuando tenía invitados.
Asimismo, recordó una reunión a la cual asistió con el presidente Berri, el general Michel Aoun y el líder de la Corriente Marada, Sleiman Frangieh, en presencia de Sayyed Nasrallah, para debatir las elecciones presidenciales de 2015.
En esta reunión, Sayyed estaba dispuesto a romper cualquier barrera entre Berri y el general Aoun. Ambos mostraron una gran franqueza entre ellos, y Sayyed Nasrallah fue el "marcapasos": procuró no molestar a ninguna de las partes y reconciliarlas.
Para el entrevistado, esa reunión fue esencial en la posición relacionada con las opciones para elegir un presidente de la república en 2016, y hubo muchas diferencias en el debate.
La relación del señor Nasrallah con figuras políticas
En cuanto a las figuras políticas consideradas por Sayyed Hassan Nasrallah una fuente de confianza, mencionó el afecto especial por Sleiman Franjieh, y un sentimiento muy agradable hacia el general Aoun.
Contó cómo era muy abierto a las relaciones; era amistoso y trataba de darles una dimensión personal amplia, desde su relación con el presidente Rafic Hariri hasta todas las figuras políticas posteriores, y trataba de construir una relación directa y les dedicaba tiempo.
Incluso cuando recibía a las figuras de manera oficial en la Secretaría General, dedicaba su tiempo y trataba de tocar también temas personales.
También en la relación con el exlíder del Partido Socialista Progresista de Líbano, Walid Jumblatt, hubo muchas diferencias, pero lo respetaba y había afecto, aseguró el dirigente.
En los momentos más intensos del desacuerdo entre Hizbullah y el Partido Socialista Progresista, o con Jumblatt, el Sayyed Nasrallah solía defender esa relación.
Respecto a su último encuentro, Khalil reveló que fue hace más de tres años, pero la comunicación nunca se detuvo, y luego lo contactó menos de cuatro días antes de su muerte.
Una situación le quedó grabada en la mente: la primera reunión entre Sayyed Nasrallah y el presidente Berri después de la guerra de julio de 2006. En ese momento, el presidente no dijo una palabra, ni Sayyed tampoco; solo se abrazaron y permanecieron en esa posición durante casi un minuto. Cada uno de ellos sostuvo al otro y no dijeron nada, y el presidente puso su mano sobre el hombro de Su Eminencia.
Aquella reunión transcurrió en el tercer piso de un edificio, en medio de otros destruidos, describió Khalil: "Me quedé helado en ese momento, y realmente sentí un nivel muy alto de fraternidad, anhelo... una sensación de victoria y un sentido del valor de la integración del momento".
Fue una reunión con mucha privacidad, y ambos trataron de no hablar mucho de política. El Sayyed quería presentarse en la celebración de la victoria al día siguiente, y consultó al presidente: "Abu Mustafa, quiero hacerle una pregunta... la Hermandad me aconseja no ir a esta fiesta", y este le respondió: "Estoy con la Hermandad, Su Eminencia, porque nos enfrentamos a un enemigo traidor, sin valores ni compromisos. Por favor, salve su vida. No queremos jugar con este asunto”.
Ante esto, respondió: “Quiero bajar, no puedo esconderme delante de toda esta gente que viene a escucharme y sentir la alegría de la victoria. ¿Cómo no me presentaré ante ellos? Si aparezco durante cinco minutos, bajaré”, y descendió entre la gente en ese momento, y pronunció el famoso discurso dedicado "al más honorable y puro de los pueblos”.
En septiembre pasado, tras recibir la noticia del martirio de Sayyed Nasrallah, el amigo y presidente del Parlamento afirmó: "Hemos perdido una parte de nosotros mismos", confesó Khalil, quien estaba presentes cuando le llegó la noticia de confirmación del crimen, junto con Hajj Ahmad Baalbaki.
Nuestro presidente se paró detrás del escritorio, "levantó la cabeza y la bajó; se atragantó, y ya no podía expresarse de ninguna manera, y sentí que quería llorar", describió el entrevistado aquel duro momento.
"Baalbaki y yo salimos, cerramos la puerta y lo dejamos”, continuó. Cuando entraron, cinco minutos después, el presidente Berri aseguró: "Hemos perdido una parte de nosotros mismos y yo he perdido una parte de mí. No sé cómo me voy a adaptar a esto".
En cuanto a las repercusiones del martirio de Sayyed Nasrallah y el ataque a los líderes militares sobre el destino de la Resistencia, consideró difícil aliviar el estado de confusión y ansiedad propios del momento de perder a alguien como Sayyed Nasrallah, eje del Eje y pilar de este gran papel a través de Hizbullah.
"Personalmente sentí que nos enfrentamos a un terremoto, y la evaluación del presidente Berri también fue así”, admitió el entrevistado.
Días después les informaron de la elección de Sayyed Hashem Safi al-Din como secretario general de Hizbullah, aún sin ser anunciado, y comenzaron a sentir la necesidad de recomponerse, aceptar y afrontar la nueva realidad; "dejar de lado este complejo sentimiento personal sobre la pérdida del Sayyed, y comenzar a enfrentar la batalla, de acuerdo con sus nuevos mecanismos".
Por desgracia, Su Eminencia Sayyed Hashem también fue asesinado unos días después, y todo se complicó aún más con el tiempo; pero el partido supo restablecer su administración y mantener las reglas de comunicación, coordinación y gestión política con el parlamento, no interrumpidas nunca, a pesar de todos los obstáculos excepcionales causados por esta guerra, insistió Khalil.
No estamos en crisis ni derrotados
En opinión de Khalil, la reciente agresión de "Israel" pretendía cambiar toda la realidad política en Líbano, a lo interno y a nivel de contacto con este enemigo, e incluso a través del impacto de su papel a nivel regional, con un cambio estructural fundamental en toda la situación interna en el país y la región.
Para el parlamentario libanés, el proyecto era claro, y el objetivo iba más allá de la disuasión, como se ha dicho. El proyecto de resistencia fue atacado, pero sigue en marcha hasta ahora.
La permanencia del enemigo ocupante en cinco puntos del país es una indicación de sus intenciones de practicar más chantaje y presión sobre Líbano para utilizar este asunto en política, ya sea en futuros acuerdos o en dar márgenes para el movimiento político interno”, valoró el diputado.
Habló además de la insistencia de la comunidad chiita en Líbano con la marginación, la humillación o la exclusión, y el interés del proyecto de limitar la representación política y atacar de otra manera.
Tales ataques del enemigo israelí no son nuevos: en toda la existencia de esa entidad, ese componente mantiene una posición de hostilidad hacia "Israel", a pesar de todas las pérdidas y las situaciones atravesadas, porque es una posición de principios, con la cual todos están comprometidos, insistió.
Para algunas personas, lo ocurrido en la guerra se puede utilizar en la política interna, "pero somos una comunidad que no siente miedo ni ansiedad, y no es una comunidad derrotada, sino más bien una comunidad establecida, con un papel nacional siempre funcional, según el dicho de al-Sadr, origen de su fuerza.
Las sectas deben estar al servicio de todo el país, manifestó Khalil y así, como solían defender a Líbano por la vía militar, ahora son parte integral de las instituciones políticas y administrativas del país.
"No estamos en crisis, no estamos derrotados ni heridos, como algunos intentan tratarnos. Es cierto que hemos perdido a muchos líderes, símbolos y personas, pero son sacrificios que hemos aceptado y ahora estamos listos".
Por último, el entrevistado hizo un llamamiento a todos los socios del país a ser un ejemplo de apertura entre sí y remodelar su fuerza e inmunidad.