La causa palestina en el corazón del Sayyed Hassan Nasrallah
Para el líder mártir de Hizbullah, Palestina siempre fue mucho más que un conflicto territorial; fue una lucha por la dignidad, la justicia y la resistencia contra la opresión.
-
La causa palestina en el corazón del Sayyed Hassan Nasrallah.
La causa palestina forma parte de la agenda central en la política del Medio Oriente y, en particular, para líder mártir de Hizbullah, el Sayyed Hassan Nasrallah. Desde su fundación, el grupo de la Resistencia libanesa, adoptó una postura firme en apoyo a los derechos del pueblo palestino, considerándolo no solo un deber moral, sino también una parte integral de su identidad y misión.
Para Nasrallah, la lucha por Palestina fue el mayor símbolo de Resistencia contra la opresión y la injusticia, y una batalla más amplia contra el imperialismo y la hegemonía en la región.
La máxima figura de Hizbullah hizo trascender el tema palestino más allá de las fronteras geográficas y políticas y la hizo centro de lucha de todos los pueblos árabes y musulmanes contra la ocupación y la opresión.
La causa palestina forma parte de la agenda central en la política del Medio Oriente y, en particular, para líder mártir de Hizbullah, el Sayyed Hassan Nasrallah.
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) February 21, 2025
Desde su fundación, el grupo de la Resistencia libanesa, adoptó una postura firme en apoyo a los derechos del pueblo… pic.twitter.com/k3Jh5EkIs8
En este sentido, se convirtió en un punto de unidad para Medio Oriente y fomentó la solidaridad y resistencia colectiva que hoy prevalece. Nasrallah concibió la defensa de Palestina como un deber sagrado que todos los musulmanes y árabes necesitan apoyar.
Fue un defensor de los derechos palestinos y consolidó su base de respaldo en Líbano y en otras partes del mundo árabe.
Hassan Nasrallah desde sus orígenes
Hassan Nasrallah creció en el empobrecido distrito de Karantina, en Beirut. Su familia es oriunda de una aldea al sur de Líbano de mayoría chiita.
Formó parte de una generación de jóvenes cuya perspectiva política fue moldeada por la Revolución Islámica de Irán de 1979.
Antes de liderar el grupo, solía pasar las noches con guerrilleros de primera línea que luchaban contra el ejército de ocupación israelí.
Sayyed Hassan Nasrallah se convirtió en secretario general de Hizbullah en 1992, con sólo 35 años. Fue durante 32 años el rostro público, seguido y admirado, de ese movimientio político y militar fundado por la Guardia Revolucionaria de Irán en 1982 para luchar contra las fuerzas de ocupación israelíes.
Desde sus inicios, su retórica enfatizó la importancia de la Resistencia armada y la lucha contra el enemigo sionista, aspecto que resonó profundamente entre sus seguidores.
Pero, su identificación total con la causa palestina fue fundamental para el crecimiento y la legitimidad de Hizbullah en la región.
Palestina en el corazón de Hassan Nasrallah
La batalla Diluvio de Al-Aqsa, iniciada el 7 de octubre de 2024, liderada por el grupo de la Resistencia palestina, Hamas, reavivó el conflicto de Hizbullah con “Israel”.
Solo una jornada después, el 8 de octubre, la Resistencia libanesa entró en la contienda, abrió un frente de apoyo a la epopeya palestina y la convirtió en la lucha de toda la nación, y la de Yemen, Irak, Siria e Irán.
En un discurso el 3 de noviembre de ese mismo año, calificó al Diluvio de Al-Aqsa como una operación defensiva consecuencia natural de las políticas israelíes contra la población palestina: las constantes incursiones en la sagrada mezquita de Al-Aqsa, las más de dos décadas de bloqueo a Gaza y la vociferante expansión de los asentamientos de colonos sionistas en Cisjordania, entre otras históricas crueldades.
“Estamos aquí para defender a Palestina, a la oprimida Gaza, a Cisjordania y al pueblo de Líbano”, destacó Sayyed Nasrallah en esa ocasión y dejó claro a los israelíes que “su insistencia en atacar a civiles hará que la Resistencia lance misiles y ataque asentamientos nunca antes asediados”. Y lo cumplió.
No aminoró su fervor a favor de la hermana Palestina cuando entre el 17 y 18 de septiembre de 2024 “Israel” hizo explotar miles de aparatos electrónicos de comunicación usados por miembros de Hizbullah en Siria y Líbano.
En los ataques murieron cerca de 40 personas y más de dos mil 500 resultaron heridas. Nasrallah confirmó entonces que el régimen agresor transgredió todas las líneas rojas y advirtió que no se dejaría intimidar en su lucha contra “Israel” en apoyo de los palestinos en Gaza.
Las explosiones constituyeron un "gran golpe en términos de seguridad y humanidad", pero no lograron poner al grupo de rodillas, sentenció.
Una lucha común contra la ocupación israelí
Sayyed Hassan Nasrallah fue un ferviente crítico de cualquier política de acercamiento hacia el enemigo israelí dentro y fuera de la Palestina ocupada. En sus múltiples discursos dejó claro que cualquier normalización con la entidad ocupante, constituye una traición a los derechos de los palestinos.
Para él, la única solución viable es la resistencia y la lucha constante hasta lograr la liberación y el reconocimiento de los derechos del pueblo palestino.
Defendió siempre la importancia de la unidad entre las facciones e instó a los grupos combatientes a dejar de lado sus diferencias y a unirse en una lucha común contra la ocupación israelí.
Ese llamado a la unidad refleja su creencia de que solo a través de la cohesión y la colaboración se puede lograr un avance significativo en la causa palestina. Consideró siempre que la fragmentación entre debilita su posición y les impide alcanzar sus objetivos.
Su compromiso con Palestina constituyó el pilar fundamental de su liderazgo en Hizbullah e influyó en su visión política y social. Con su retórica y acciones, Nasrallah inspiró a otros a unirse en esta lucha, reafirmando que Palestina es un asunto de todos los que anhelan la libertad y la justicia en el mundo.
El 27 de septiembre de 2024, murió Sayyed Hassan Nasrallah a los 64 años en una serie de poderosos ataques aéreos israelíes en el sur de Beirut.
“Israel” lo asesinó por su inquebrantable apoyo a Palestina. Su muerte produjo una sensación de conmoción en Líbano, la región y buena parte del mundo. Entre sus seguidores figuraba la idea de que no podía ser asesinado. Pero Nasrallah era un hombre y los seres humanos mueren de una forma u otra. No obstante, sus ideas y liderazgo… esos siguen muy vivos.