China condenó este jueves la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de  revocar visas a estudiantes chinos, la cual fue calificada como una práctica “políticamente motivada y discriminatoria” contraria el discurso de Washington sobre libertad y apertura.

La medida generó malestar diplomático, indignación entre los estudiantes afectados y críticas desde la comunidad académica.

Según el secretario de Estado, Marco Rubio, las autoridades revocarán de manera agresiva los visados de estudiantes chinos, en particular aquellos vinculados a sectores sensibles o con nexos con el gobierno chino.

También endurecerán los criterios para futuras solicitudes provenientes de China y Hong Kong.

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China acusa a EE. UU. de hipocresía y sesgo ideológico

El Ministerio de Asuntos Exteriores chino presentó una protesta formal y denunció el uso por la administración Trump de argumentos ideológicos y de seguridad nacional como pretextos para justificar una medida irrazonable.

Al respecto, el portavoz Mao Ning advirtió de los graves daños a los derechos e intereses legítimos de los estudiantes chinos y la afectación de los intercambios culturales normales entre ambas naciones.

Más de 277 mil estudiantes chinos asistieron a universidades estadounidenses durante el ciclo académico 2023-2024, lo cual representa una fuente clave de ingresos y diversidad en los campus del país norteamericano, indicó un reporte del Instituto de Educación Internacional de EE. UU.

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Estudiantes denuncian impacto devastador

La medida provocó reacciones de enojo entre estudiantes y académicos.

Para el alumno chino Bi Jingxin, la política de Trump es una decisión apresurada con un impacto devastador.

Estados Unidos ya no valora su proyección académica internacional, aseguró.

Otros jóvenes señalaron el deterioro de la imagen de Estados Unidos y su preferencia por viajar a Europa a realizar sus estudios.

Harvard también en la mira de Trump

La revocación de visados coincide con una ofensiva de Trump contra instituciones académicas críticas de su política exterior.

Esta semana, el mandatario ordenó a las embajadas estadounidenses suspender entrevistas de visa para estudiantes extranjeros y retiró a Harvard la autorización para matricular alumnos internacionales y la acusó de simpatizar con Palestina y resistirse a los controles sobre admisiones y contrataciones.

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Las decisiones alimentan el temor de una nueva guerra fría académica, en la cual la política migratoria pasa a ser un arma de presión diplomática.

Conforme a expertos, las tensiones entre China y Estados Unidos escalaron nuevamente bajo el mandato de Donald Trump, quien relanzó políticas restrictivas contra Beijing en comercio, tecnología y relaciones académicas.

Las universidades estadounidenses fueron históricamente destinos preferidos para estudiantes chinos, pero la combinación de medidas punitivas y discurso hostil empuja a muchos a hacia alternativas en Europa, Canadá o Asia.

China, por su parte, busca mantener canales educativos abiertos mientras denuncia la politización de los intercambios culturales.