Los líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) anunciaron un aumento del cinco por ciento en el gasto de Defensa, a pesar de la falta de consenso entre todos los miembros.

Durante la cumbre en La Haya en Países Bajos, reafirmaron su compromiso con el principio de defensa colectiva, establecido en el Artículo 5 del Tratado de Washington, que establece que "un ataque contra uno es un ataque contra todos".

Rutte: Los aliados acordamos invertir el cinco por ciento del PIB 

Los aliados acordaron aumentar gradualmente el gasto de Defensa del Producto Interno Bruto (PIB) de cada país para 2035, como parte de lo que el secretario general, Mark Rutte, describió como "un largo proceso que requiere esfuerzos sostenidos para traducir los compromisos en medidas concretas".

Rutte enfatizó que las decisiones de hoy fortalecerán la capacidad de la alianza para el futuro, señalando que la organización en materia de seguridad se volvió más equitativa, a la vez que afirmó el apoyo a Ucrania en su búsqueda de la paz y su ingreso a la OTAN.

También elogió al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, porque "atacó a Irán y tranquilizó al mundo sobre su capacidad nuclear", en tanto, logró impulsar un alto al fuego sostenible entre la República Islámica e "Israel".

Macron: Guerras comerciales entre aliados no tienen sentido

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, por su parte, dijo que "no se puede pedir a los países aumentar el gasto en Defensa en medio de una guerra comercial entre los socios de la alianza".

"Las disputas comerciales dentro de la OTAN carecen de sentido y no contribuyen a la unidad necesaria en esta etapa tan delicada", aseguró.

Bajo el liderazgo de Macron, París expresó sus reservas históricas sobre el aumento desmesurado del gasto en Defensa en detrimento de las prioridades económicas y sociales.

Consideró que la competencia comercial entre los países miembros, en particular Europa y Estados Unidos, socava el clima de cooperación, especialmente con la escalada de las restricciones proteccionistas de Washington en materia de energía y tecnología.

Desde el estallido de la guerra en Ucrania en 2022, la OTAN entró en una nueva fase para hacer frente a lo que la alianza considera crecientes "amenazas orientales", en referencia a Rusia.

Mientras tanto, la presión de Trump resultó clave para que los aliados europeos asumieran una mayor parte de la carga de defensa, después de que Washington fuera el principal financiador por décadas.