Estados Unidos comenzó a mediados de julio la construcción de un centro de detención para migrantes en Fort Bliss, Texas, con capacidad proyectada para cinco mil personas, para reforzar el plan de  deportaciones masivas impulsado por el presidente Donald Trump.

La medida responde a una solicitud del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

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El secretario de prensa del Pentágono, Kingsley Wilson, informó que la instalación arrancará con espacio para mil detenidos y alcanzará su capacidad total tras las fases de ampliación.

Por su parte, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, autorizó el uso del terreno de la base militar, calificando el proyecto como “el centro de detención federal más grande de la historia” para la expulsión de inmigrantes indocumentados.

Parte del plan migratorio de Trump

La iniciativa forma parte de las políticas migratorias anunciadas por Trump al iniciar su segundo mandato el 20 de enero. Ese mismo día declaró un estado de emergencia nacional para abordar la crisis en la frontera sur con México.

El 4 de julio último, el mandatario firmó una ley que destina 170 mil millones de dólares a seguridad fronteriza y aplicación de leyes migratorias.

De esa cifra, 45 mil millones se asignaron al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para ampliar centros de detención en los próximos cuatro años.

Fort Bliss, una de las bases militares más grandes de Estados Unidos, y ha sido utilizada en anteriores administraciones para alojar temporalmente a migrantes, especialmente menores no acompañados.

Sin embargo, nunca albergó un proyecto de esta escala, que refuerza el endurecimiento de la política migratoria de Washington en un contexto de creciente presión.

El anuncio de Fort Bliss sigue a la inauguración reciente del centro de detención “Alligator Alcatraz” en Florida, también con capacidad para cinco mil personas.

Legisladores demócratas denuncian que esta instalación presenta condiciones de hacinamiento y trato inadecuado hacia los detenidos.