Miles de militantes y simpatizantes de  Evo Morales respaldan su llamado al voto nulo en las elecciones generales del 17 de agosto en Bolivia, medida que el exmandatario considera una protesta contra la crisis política y el rumbo actual del país.

Morales aseguró que esta postura no beneficia a la derecha, sino que responde a decisiones del Gobierno y de antiguos aliados que, según él, lo apartaron de la carrera electoral.

En una publicación en redes sociales, el líder indígena  sostuvo que la “puerta” para el avance de la derecha la abrieron quienes lo proscribieron de los comicios y se beneficiaron de esa exclusión.

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Recordó que no podrá participar en la contienda por carecer de una sigla que lo habilite y por al menos tres fallos constitucionales que frenaron sus aspiraciones presidenciales.

El exjefe de Estado (2006-2019) calificó de “desastrosa” la gestión del presidente Luis Arce. Denunció la negativa a realizar elecciones primarias, la imposición de listas de candidatos sin representación popular y la fragmentación del movimiento popular mediante postulaciones individuales.

Voto nulo como denuncia política

Morales afirmó que el voto nulo es la única herramienta que queda para rechazar un proceso electoral que califica de “fraudulento e ilegítimo”. Estimó que el 60 por ciento del electorado podría sumarse a esta modalidad.

También criticó la “indignación selectiva” ante su proscripción y advirtió que las decisiones del oficialismo han debilitado la confianza de la militancia. Ratificó su apoyo a quienes construyeron el “movimiento político más grande” y recordó que presidió, según sus palabras, “el mejor gobierno de estos 200 años”.