Los presidentes de Líbano y Chipre firmaron un acuerdo para delimitar su zona económica exclusiva y destacaron el carácter cooperativo del pacto y su potencial para reforzar la estabilidad regional.

Durante una conferencia conjunta con su homólogo chipriota Nikos Christodoulides, Joseph Aoun señaló que el acuerdo no implica ninguna intención hostil hacia países vecinos, insistió en la inexistencia de objetivos dirigidos contra naciones consideradas amigas y destacó el pacto como parte del fundamental en el respeto mutuo y la cooperación técnica.

Líbano aprueba demarcación marítima con Chipre y reabre exploración https://t.co/A2v6dv19M6#Libano #Chipre pic.twitter.com/smh1kE9DIs

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Impulso a la cooperación económica y energética

A juicio de Aoun, el arreglo permitirá avanzar en acuerdos bilaterales para ordenar la actividad de las empresas dedicadas a la exploración y prospección energética, una vez finalizado el proceso técnico.

También expresó su expectativa ante la futura presidencia chipriota del Consejo de la Unión Europea, la cual podría facilitar la firma de nuevos convenios de asociación económica entre Líbano y el bloque comunitario.

Mensaje político y estabilidad regional

Por su parte, Christodoulides describió la rúbrica como un momento de enorme relevancia histórica para ambos países y subrayó su valor político como símbolo de cooperación y estabilidad en el Mediterráneo oriental.

Chipre destaca excelentes relaciones con Líbano y rechaza conflictos https://t.co/t8IAFjwOM8#Chipre #Libano #ResistenciaLibanesa pic.twitter.com/DvyGAjazVW

— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) June 21, 2024

El acuerdo resolvió un asunto pendiente desde años atrás y evidenció el resultado de un trabajo constante basado en la confianza mutua, señaló.

Nuevas oportunidades y marco regional

Para el jefe de Estado chipriota, la delimitación marítima abre oportunidades en sectores estratégicos y ofrece seguridad jurídica y económica a los inversores.

También sienta las bases para una coordinación regional en materia energética y sitúa al corredor del Mediterráneo oriental como una vía alternativa para el suministro de energía hacia Europa, agregó.