La hipertensión, o tensión arterial alta, es un trastorno serio que aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, renales, cerebrales y otras afecciones.

Según la Organización Mundial de la Salud, cerca de mil 280 millones de adultos de entre 30 y 79 años en el planeta sufren de este problema, aunque el 46 por ciento de ellos no lo saben. 

El indicador aumenta tiende a aumentar con la edad y los médicos recomiendan medirlo al menos una vez al año después de los cincuenta años.

Para reducir el riesgo de las dolencias asociadas, la estrategia fundamental es una dieta adecuada, moverse más, perder peso y controlar el estrés.

De acuerdo con Alta Autoridad Sanitaria de Francia, el sedentarismo explica por sí solo entre el 5 y el 13 por ciento de los casos registrados. 

Como respuesta, sugiere la práctica de actividades de resistencia que intensifiquen el esfuerzo durante un tiempo determinado. 

Un entrenamiento fuerte expande las arterias y la tensión cae por debajo de su nivel inicial, alrededor de 10 a 20 mmHg menos.

Además, durante la actividad física, el metabolismo de azúcar y colesterol es más eficiente, y esto ayuda a mantener la presión arterial. 

Por otro lado, un consumo excesivo de sal, grasas saturadas, carnes rojas, azúcar, refrescos y alcohol desequilibra aún más el problema.

En contraste, la ciencia recomienda aumentar la ingesta de frutas, verduras, cereales integrales, pescado y aves.

Según un estudio publicado en noviembre de 2021 por el International Dairy Journal, incluir yogur regularmente al menú también reduciría la presión.

La dificultad es muy sensible a las emociones y aumenta en situaciones estresantes. Hoy día, algunos expertos recomiendan la práctica de yoga, meditación e hipnosis, aunque no sustituyen del todo un tratamiento.