El estrés postraumático genera pánico y miedo, incluso en situaciones seguras, sobre todo durante la guerra o ataques a civiles.

Sin embargo, este trastorno también surge después de momentos difíciles como accidentes de tránsito o la pérdida de un ser querido.

Los especialistas recomiendan no dejar el peso del trauma psicológico únicamente en la persona afectada, pues existen diferentes formas de ayudarle a salir del shock.

Una de esas estrategias es la terapia cognitivo-conductual, encaminada a enseñar al paciente a identificar y modificar pensamientos negativos que desencadenan emociones de tristeza y pánico. 

Por otro lado, el método gradual lleva al sujeto al trauma de manera controlada, a través de herramientas como la realidad virtual, hasta reducir gradualmente su miedo y ansiedad.

El trabajo de grupo también puede ser muy útil al permitir que los afectados compartan sus experiencias con otros que pasaron por situaciones similares.

Según los expertos, la conexión y el apoyo mutuo son partes muy poderosas en el proceso de sanación.

A ello es importante sumar una dosis de autocuidado, con la digestión de alimentos saludables, además del ejercicio físico y del descanso. 

Cada médico requerirá la evaluación del estado de su paciente para determinar el tratamiento más adecuado.