Día de la Medicina Latinoamericana, ¿por qué?
La fecha recuerda el natalicio de Carlos Juan Finlay, médico cubano y descubridor del mosquito transmisor de la fiebre amarilla.
Corría la segunda mitad del siglo XIX cuando el doctor Carlos Juan Finlay Barrés, considerado el más grande científico de Cuba de todos los tiempos, develó al mundo el misterio del agente transmisor de la fiebre amarilla.
Dicen los estudiosos de la obra del galeno, nacido en la ciudad de Puerto Príncipe, actual Camagüey, el 3 de diciembre de 1833, que leyó el texto sin hacer ningún énfasis especial, esbozando con naturalidad cada uno de sus puntos.
Así, identificó a la hembra del mosquito denominado hoy Aedes aegypti, como el vector intermedio capaz de pasar la agresiva dolencia.
Pese a la solidez del estudio y su brillante y detallada exposición, su tesis tardó muchos años para ser aceptada.
Incluso algunos intentaron escamotear la gloria a Finlay, y adjudicarla ilegítimamente al médico norteamericano Walter Reed, quien recibió todos los resultados, hallazgos y las fundamentaciones teórica del sabio.
Un siglo después de su nacimiento, en 1933 llegó la reivindicada y reconocida la paternidad de su aporte con el establecimiento el 3 de diciembre como el Día de la Medicina Latinoamericana.
De esta forma, Cuba inició el papel en el sector. Su actual sistema sanitario tiene una historia de colaboración de décadas y ya brindó asistencia a un tercio del planeta.
La primera brigada médica de la isla desplegó en mayo de 1963 en Argelia, aunque tuvo un pequeño antecedente en 1960, cuando un equipo llegó a Chile para ayudar tras un terremoto.
Hace diez años, acudieron a Sierra Leona, Liberia y Guinea, durante la epidemia de ébola causante de daños a lo largo de la costa de África Occidental.
Asimismo, a principios de 2023 arribaron a Turquía y Siria, tras los sismos que devastaron la zona fronteriza entre ambos países.