El año 2025 será clave en cuanto a la creación de vacunas contra el cáncer, incluidas las de nueva generación, capaces de entrenar al sistema inmunitario. 

Tras décadas de escasos avances, The Economist reportó resultados prometedores de ensayos clínicos.   

Entre los avances más significativos destacó la terapia ARNm-4157, personalizada y combinada con Keytruda.

Para junio de 2024, este fármaco desarrollado por Moderna y Merck redujo en un 49 por ciento el riesgo de muerte o recaída en pacientes con melanoma, frente a otros tratamientos.   

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En paralelo, investigadores de la Universidad de Oxford obtuvieron financiación para desarrollar un producto preventivo contra el cáncer de ovario, dirigido a identificar y atacar células en etapas tempranas.  

También los expertos avanzaron en una vacuna de ARNm contra la variante de pulmón, que presentó al sistema inmunitario marcadores tumorales comunes.

Cuando los científicos comenzaron a investigar los cambios en el ADN, descubrieron que las células cancerosas contenían cientos, si no miles, de mutaciones que las diferenciaban de sus vecinas sanas. 

En consecuencia, la idea detrás de las nuevas sustancias es introducir estos neoantígenos en el cuerpo para que entrenen al sistema inmunológico.

Sin embargo, para crear una vacuna capaz de hacerlo, los científicos tienen que tomar una muestra de un tumor, secuenciar su genoma y encontrar mutaciones.