La adicción digital va de la mano con problemas serios de salud mental, según planteó un estudio publicado en la revista JAMA y enfocado en los adolescentes.

De acuerdo con los investigadores, el hábito de mirar pantallas de celulares y otros dispositivos a toda hora se convirtió en un riesgo silencioso que afecta relaciones, estudios, sueño y autoestima.

Los autores analizaron datos de más de cuatro mil niños a lo largo del análisis longitudinal que los siguió durante años, y comenzó cuando tenían entre nueve y 10 años.

El rango etario entre los 11 y 14 años fue especialmente crítico, pues a esta altura la personalidad aún continuaba en formación y la validación externa. 

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La situación de permanente contacto con los dispositivos y redes sociales devino terreno fértil para comparaciones tóxicas, ciberacoso y, en casos extremos, trastornos de conducta alimentaria, según advirtieron los especialistas.

En el caso de los teléfonos móviles, aproximadamente la mitad de los niños analizados informaron de un alto nivel de uso adictivo desde el inicio del estudio. 

También el trabajo alertó que aproximadamente una cuarta parte de los menores se volvieron cada vez más adictos a su teléfono móvil y más del 40 por ciento mostró rasgos de adicción a los videojuegos, sobre todo los varones.

El doctor Yunyu Xiao, profesor adjunto de ciencias de la salud poblacional en Weill Cornell Medicine, precisó que para los padres y educadores, el debate centró en limitar o prohibir su uso, “pero nuestros hallazgos indican que intervienen factores más complejos”.

Los resultados no demuestran que el uso de pantallas sea la causa de los problemas de salud mental, no obstante, los científicos destacan que el empleo compulsivo, al parecer muy común, es un factor de riesgo importante para estar alerta.