La bofetada del siglo
Un acuerdo muy promocionado con el que –según dicen- terminarán con lo que occidente llama el conflicto palestino-israelí.

El presidente Mahmud Abbas, afirmó que no permitirá que “se implementen los planes de (Israel)” para traer el hambre al pueblo de Palestina.
El pasado mes abril Jared Kushner, yerno y enviado especial de Donald Trump para Medio Oriente, anunció su intención de desvelar el “acuerdo del siglo” una vez terminara el mes de ramadán, el 4 de junio.
Un acuerdo muy promocionado con el que –según dicen- terminarán con lo que occidente llama el conflicto palestino-israelí.
La Casa Blanca dio a conocer los primeros detalles, los de componente económico más que político, se revelarán los próximos 25 y 26 de junio en Barhein, durante la conferencia de Manama.
Sin embargo, algunos datos de este documento se han filtrado en medios de prensa y se sabe que el texto lo elaboran miembros civiles y militares del gobierno israelí, el mejor y más fiel aliado de Estados Unidos (EE.UU.) en la región.
Todos los que trabajan en darle forma al Acuerdo son coordinados por Kushner, empresario inmobiliario metido en los trajines de la política secundando a su suegro.
El acuerdo, presuntamente concebido por Trump como la solución para alcanzar la paz en la región y poner fin al conflicto palestino-israelí, fue calificado como la “bofetada del siglo” por el mandatario de los palestinos, quienes, al igual que otros representantes del mundo, ven con sospecha ese engendro desde su anuncio.
“Decimos no a Trump, ‘no aceptaremos su proyecto’. El acuerdo del siglo es la bofetada del siglo y por lo tanto no lo aceptaremos”, advirtió Abbas.
El analista internacional Alberto García declaró a la cadena HispanTV que: “Trump, con este plan ridículo y absurdo, lo único que pretende es que Israel pueda expandirse y tener todo el control sobre todo el territorio palestino y de su capital histórica, Al-Quds (Jerusalén) y, en fin, mantener su predominio sobre la región”.
Algunas fuentes indican que el llamado “acuerdo del siglo” niega el derecho al retorno de los refugiados palestinos expulsados tras la formación de (Israel), entre otras medidas prosionistas.
El Profesor de Sociología de las Relaciones Internacionales en la Universidad de La Laguna, José Abú-Tarbush, señala que este plan presenta importantes fisuras.
Primero, carece de credibilidad al ser Estados Unidos juez y parte en este conflicto, sin crédito alguno como mediador honesto e imparcial. “La administración Trump ha rebasado significativas líneas rojas con el reconocimiento de Jerusalén como la capital de (Israel) y de la anexión israelí de los Altos del Golán sirio”.
Segundo señala el catedrático en la web www.politicaexterior.com, que el acuerdo elude el Derecho Internacional y, en particular, las resoluciones de la ONU sobre el conflicto; y, en su lugar, diseña un plan a la altura de las exigencias e intereses israelíes y estadounidenses en la región.
Por último, destaca que posee un carácter unilateral y excluyente, confeccionado en connivencia con el gobierno israelí y la exclusión palestina.
“Convendría preguntarse si no es otra cortina de humo más para perpetuar la ocupación colonial e intentar legitimarla”, alertó el catedrático.
El acuerdo al que algunos críticos llaman como el Plan Kushner, no habla en ningún momento de Estado palestino o del regreso a las fronteras de 1967, ni del desmantelamiento de los asentamientos, o de Jerusalén como capital compartida ni mucho menos del retorno de los refugiados o del respeto al derecho internacional.
Para los expertos, (Israel) nunca ha querido la paz, mucho menos una paz justa en línea con los principios elementales del derecho internacional o el origen real del conflicto. Apuntan que son la parte fuerte en un conflicto asimétrico, no cuestionada por Occidente.
Mientras esto ocurre, el pasado 31 de mayo el primer ministro Benjamin Netanyahu, mostró un nuevo mapa del Departamento de Estado de (Israel) autografiado por el presidente Donald Trump, donde marca los Altos del Golán como parte del territorio sionista y que el jefe de la Casa Blanca escribió una palabra “Nice” (lindo). ¿Casualidad?