Desde el primer día de lluvias, las tiendas de campaña de las personas desplazadas en Gaza se inundaron, el agua entró en su interior, empapando la ropa y las pertenencias, y mojando a las personas, sus colchones y mantas, mientras los toldos destrozados de las tiendas fueron arrancados por el viento.
Se agrava la crisis humanitaria en Gaza, después de dos años de genocidio y un alto al fuego que no acaba de hacerse efectivo.