“Se busca”, el ¿último? invento trumpista para asfixiar a Cuba
En la concepción de las relaciones internacionales que preconiza la Casa Blanca todo es bussines y el sheriff mundial puede anunciar su recompensa para quienes quieran ayudarlo a hacerle la vida más difícil a los cubanos y a todos aquellos que desean que en sus países la salud sea un derecho al alcance de los que menos tienen.
De las primeras veces que fui al cine quedó grabada en mi memoria: “Wanted”, la expresión impresa en los carteles con los que los sheriff del Far West daban a conocer que alguien era buscado a cambio de una recompensa.
Y fue lo primero que me vino a la mente al conocer que el gobierno de Estados Unidos acaba de anunciar un fondo de tres millones de dólares para financiar informantes que le faciliten su cacería contra la colaboración médica cubana en más de sesenta países.
En la concepción de las relaciones internacionales que preconiza la Casa Blanca todo es bussines y el sheriff mundial puede anunciar su recompensa para quienes quieran ayudarlo a hacerle la vida más difícil a los cubanos y a todos aquellos que desean que en sus países la salud sea un derecho al alcance de los que menos tienen. No es sólo la más reciente de un grupo de medidas estadounidenses dirigidas a asfixiar económicamente a Cuba, saboteando una de las más importantes fuentes de ingresos de la Isla, sino que en este caso lo intenta en contra de las decenas de millones de seres humanos que en localidades empobrecidas de todo el planeta han visto por primera vez un médico gracias a los servicios reconocidos mundialmente que prestan los galenos cubanos.
Pero el sheriff de las películas del Far West no contaba con el control de internet, y una tupida red de medios de comunicación para facilitarle la tarea.
Lo primero es construir el villano. El malo no es el sistema que Washinton y sus aliados han impuesto al mundo, condenando a miles de millones de seres humanos a vivir sin atención médica, sino la “trata de personas” que el gobierno cubano hace cuando organiza, con la participación consciente de sus calificados profesionales de la salud, programas de atención médica que han salvado más vidas que todos los dólares que Estados Unidos ha destinado a planes de injerencia en medio mundo, disfrazados de atención humanitaria desde la “Alianza para el Progreso” hasta acá. Para ello hay que amplificar las voces de la minoría que se presta para denigrar el sistema que los formó y sobre todo prohibirle la palabra en los medios de comunicación a la enorme mayoría de esos médicos cubanos que permanecen leales a su país y al juramento hipocrático, a pesar de las promesas de prosperidad que Washington lleva décadas haciéndoles.
Algo tan primitivo, y poco original, como pagar informantes, sólo puede salir de una mente que ve a todos y a todo como susceptible de ser comprado y vendido, y presta a venderse ella misma. ¿Marco Rubio? ¿Mauricio Claver Carone? ¿John Bolton? ¿Mike Pompeo? Da igual, la solución a todo con dinero está enraizada en la historia del país que se pretende modelo universal en esta mezcla de estado policial con Far West en que se va convirtiendo el mundo y se traduce en que un magnate inmobiliario ocupa a Casa Blanca.
Llevan sesenta años intentando comprar cubanos, bombardeándolos con propaganda en la que sólo en RadioTv Martí -la emisora anticubana asentada en Miami donde el salario triplica el ingreso medio en los EE.UU. y cuyos colaboradores en Cuba hurgan como buitres en la realidad cubana para convertirla en dinero pagado por el Tío Sam- han invertido más de mil millones de dólares, pagando mercenarios para el terrorismo o la mentira. Sólo que el resultado quedó a la vista este 24 de febrero: 87% de los electores cubanos votó Sí a una Constitución que ratifica el socialismo y el liderazgo del Partido Comunista.
Menos mal que las libertades de información y de prensa que tanto preconiza su gobierno impiden a los estadounidenses enterarse de cómo sus líderes despilfarran el dinero de sus impuestos, porque si se enteraran, y su democracia sirviera para algo, los que tendrían sus rostros en el cartel de Wanted serían Trump, Bolton, Claver Carone y Pompeo.