Crueldad fascista contra Cuba: la verdadera razón
Parece la declaración de un jerarca nazi en pleno apogeo de los crímenes del fascismo alemán.
El senador por Florida, Rick Scott, ha pedido un bloqueo naval a Cuba para impedir la llegada de petróleo de Venezuela.
Sería una medida insólita. Estados Unidos ha bloqueado a Cuba por mar solamente en dos ocasiones: en el inicio de la guerra cubano hispano norteamericana en 1898, pero se redujo a La Habana, tuvo pocas consecuencias, y duró poco tiempo. La segunda ocasión fue durante la llamada crisis de octubre o de los misiles, en 1962, y se dirigió contra los buques soviéticos, con el fin de inspeccionarlos para comprobar si traían armas nucleares. Los soviéticos, como se sabe, accedieron a la inspección, y el bloqueo duró unos pocos pero muy tensos días.
Ahora el bloqueo al petróleo se ha extendido mucho más, sin necesidad de la declaración tan propagandística como salvaje del senador Scott.
No abarca solamente a los buques que traen petróleo desde Venezuela, sino que se presiona fuertemente a navieras de todo el mundo, y a las importantes e inevitables aseguradoras, con el fin de rendir por esta vía a la economía cubana.
Es decir, a las necesidades mínimas y vitales del pueblo cubano.
Hoy, por la fragilidad de la línea de abastecimiento de combustible importado, debido a la persecución ya en curso, Cuba sufre unas semanas de interrupción del suministro de diésel y dificultades con otros combustibles. Largas filas en las estaciones de servicios y en las paradas de ómnibus son imágenes que han recorrido el mundo en estos días, sin que los grandes medios occidentales expliquen la verdadera razón del desabastecimiento momentáneo.
Pero una medida como la que propone Scott, aplicada a cualquier importación de petróleo, significaría mucho más, por ejemplo, la paralización de los servicios hospitalarios o una reducción considerable de estos, dañina y hasta mortal para mujeres, hombres y niños del pueblo, necesitados de ellos.
“El Presidente ha lanzado la idea de un embargo completo a Cuba. Coincido con él absolutamente. Necesitamos tomar acciones AHORA para capitalizar la debilidad de Maduro y su régimen brutal. Cortar a Cuba, y cortaremos las fuerzas políticas que apoyan el genocidio en Venezuela”, dijo exactamente.
¿He leído bien, o habló de genocidio por parte del gobierno bolivariano?
¿Cómo calificar entonces las intenciones del senador Scott? ¿Sus consecuencias, privando de alimentos, de movimiento económico, de servicios esenciales para la supervivencia humana, son o no son genocidio?
¿Es o no es fascismo, del más corriente y vulgar?
Cronología de la escalada anticubana
Pero las declaraciones no son un hecho aislado. La periodista Rosy Amaro, del canal Cubavisión Internacional, recogió una cadena de acontecimientos que nos indican el peligroso rumbo que sigue la política estadounidense contra el pueblo de Cuba:
- “10 de diciembre del 2018, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos comunica el cierre de sus servicios en La Habana, con las consiguientes afectaciones para las familias cubanas residentes tanto en Norteamérica como en Cuba.
- “15 de marzo de 2019, el gobierno norteamericano dio a conocer la modificación de la entrega a cubanos de las visas B2 (para turismo y visitas familiares, entre otras funciones), las cuales son reducidas a una sola entrada con validez por tres meses.
- “5 y 12 de abril de 2019 impuso sanciones contra embarcaciones relacionadas con el sector petrolero de Venezuela que transportan crudo a Cuba.
- “8 de abril de 2019 se difunde que el Gobierno estadounidense ordenó cancelar un histórico acuerdo alcanzado entre las Grandes Ligas del béisbol estadounidense y la Federación Cubana de la disciplina.
- “17 de abril de 2019, la administración Trump anunció la posterior activación del Título III de la Ley Helms-Burton, el cual permite presentar demandas contra personas y entidades que invierten en propiedades nacionalizadas en Cuba, y anuncia que se adoptarán nuevas restricciones a los viajes no familiares y el envío de remesas a la isla.
- “2 de mayo de 2019, se activa el Título III de la Ley Helms-Burton y se presentan en el estado sureño de Florida las primeras demandas al amparo de ese acápite legislativo.
- “4 de junio de 2019, la administración Trump da a conocer que a partir del día siguiente se suspenden los viajes educativos grupales pueblo a pueblo, y prohíbe que vayan a la isla embarcaciones recreativas y de pasajeros, incluyendo cruceros y yates, y aeronaves privadas y corporativas.
- “3 de julio de 2019, el Gobierno estadounidense puso en su unilateral lista de entidades sancionadas por vínculos con Venezuela a la compañía cubana Cubametales, con el fin de golpear la importación de petróleo desde el país sudamericano. 3 días después Estados Unidos anunció las restricciones de visas contra funcionarios cubanos vinculados a las misiones médicas de la isla en el exterior, uno de los programas solidarios más importantes del país caribeño.
- “Las muestras más recientes de este recrudecimiento del bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba corresponden al pasado 9 de septiembre cuando la administración Trump impuso un límite de mil dólares por trimestre a las remesas que una persona puede enviar desde este país hacia Cuba, y elimina un permiso que permitía la realización de transacciones bancarias U-turn.”
Hace pocos días, además, dos funcionarios de la misión de Cuba ante la Organización de Naciones Unidas fueron expulsados de Estados Unidos y los movimientos del personal de esta representación limitados férreamente a la isla de Manhattan.
Ignorando el repudio mundial
En este panorama, un delirante repertorio de crueldad y abuso, Cuba volverá a presentar próximamente, una vez más, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el proyecto de resolución pidiendo la condena del bloqueo estadounidense, el más largo que se haya aplicado a país alguno. Sin duda alguna Estados Unidos volverá a quedarse solo ante el repudio de la comunidad mundial, únicamente acompañado por su carnal Israel, que no perdona nunca a Cuba su apoyo irresoluto a la causa palestina.
Y como en la historia de casi tres décadas de votaciones casi unánimes contra el bloqueo, con solo una breve pausa durante el último año del gobierno de Barack Obama, Estados Unidos hará oídos sordos al reclamo mundial.
Mucho más con la administración Trump, que repudia los procedimientos multilaterales, reivindicadora de la “excepcionalidad” estadounidense, racista y fascista.
Y si Cuba sigue, si Cuba seguirá en pie, si los adalides del anticastrismo en Florida saben que no tienen posibilidades de promover un alucinante cambio de régimen, ¿por qué estos engendros de crueldad y crimen?
Sencillas y crueles razones
No, no es por la mesiánica misión de Estados Unidos como defensor de la democracia y los derechos humanos. No hagan caso de esta trágica broma.
Prepárese el lector para la respuesta: el señor Trump, a quien no le interesa para nada América Latina, necesita los votos de Florida, de los sectores cavernícolas de la población cubana y venezolana allí residente, para las elecciones del año venidero, en las que el sureño estado proporciona muchos votos electorales y hasta ha sido decisivo en algunas elecciones, como la que enfrentó a George W. Bush con el demócrata Al Gore.
Así de sencillo. No busque usted más. No permita que la cantidad de árboles que a diario son los acontecimientos que se producen en torno a esta política asesina, le impida ver el verdadero bosque. La verdadera y única intención del narcisista presidente, cuéstele lo que le cueste al pueblo cubano.
Es, tristemente, el mundo en que vivimos, en la época de Donald Trump.