Líderes de los caravanistas dijeron a medios locales que reanudarán el camino con la decisión de llegar a territorio estadounidese, donde el mandatario republicano los ha calificado de criminales y prometió recortar la ayuda a El Salvador, Honduras y Guatemala por no impedirles el paso. Además, Trump amenazó con militarizar la frontera.

En Huixtla los centroamericanos pernoctaron debajo de hules, cartones y maderas, condiciones que padecieron niños, mujeres y hombres con temperaturas sobre los 35 grados celsius.

No pocos de ellos recibieron ayuda de ciudadanos mexicanos, mientras que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto aseguró que hasta la víspera registró mil 699 solicitudes de refugio, sobre todo de menores, adolescentes y mujeres que integran la caravana.

Apuntó que mil 228 se encuentran alojados en el Recinto Ferial de Tapachula, Chiapas, para ser atendidos por el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

Otros 471 permanecen en la Estación Migratoria Siglo XXI del INM, de Tapachul, efectuando diversos trámites migratorios "con la debida atención y protección de sus derechos humanos", indicó un comunicado conjunto de la Secretaría de Gobernación, y de Relaciones Exteriores.

Esta cifra de solicitantes de reconocimiento de la condición de refugiado representa un incremento del 65 por ciento con relación al domingo 21 de octubre, cuando se registraron mil 028 solicitudes, acotó el comunicado.

También ayer conversaron telefónicamente los cancilleres de Estados Unidos y México, Mike Pompeo y Luis Videgaray, y el tono de la vocero del Departamento de Estado sobre esas pláticas resultó diferente al beligerante que prima en las declaraciones y tuits del jefe de la Casa Blanca sobre la caravana de migrantes centroamericanos.