Una declaración emitida por la Cancillería antillana condenó que la nueva agresión se suma a las "groseras presiones ejercidas contra varios gobiernos para obstaculizar la cooperación cubana".

El texto, publicado en el sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), añade que es parte también de los esfuerzos anteriores de igual propósito como el programa especial de 'parole' dirigido al robo de recursos humanos formados en Cuba.

Las autoridades cubanas calificaron de "inmoral calumnia" con falta de fundamento las alegaciones de Washington de que el país incurre en la trata de personas o la práctica de la esclavitud, así como las pretensiones de denigrar la labor de los profesionales y técnicos de la salud en varios países.

La declaración del Minrex refirió que es una "injuria contra los programas bilaterales e intergubernamentales de cooperación, todos legítimamente establecidos entre el gobierno cubano y gobiernos de decenas de países".

Puntualizó que esos programas de colaboración son consecuentes con las pautas de las Naciones Unidas sobre la cooperación Sur-Sur y responden a los requerimientos de salud que esos propios gobiernos definen soberanamente.

El Gobierno caribeño insistió en que esos intercambios son totalmente justos y legítimos entre países en vías de desarrollo, muchos de los cuales carecen de una cobertura de salud exitosa como la cubana alcanzada tras años de experiencia.

En ese sentido, subrayó que los técnicos y profesionales cubanos que participan en esos programas "lo hacen absolutamente de manera libre y voluntaria".

Detalló que durante el cumplimiento de su misión siguen recibiendo íntegramente su salario en Cuba y disponen además de un estipendio en el país de destino, junto a otras formas de compensación.

El Minrex acentuó que las nuevas mentiras "son reveladoras de la baja catadura moral del gobierno de los Estados Unidos y los políticos que se dedican al negocio de la agresión a Cuba".

Según el texto, la nueva campaña orquestada cuenta con fondos millonarios y la complicidad de grandes medios de comunicación, en particular, "de reporteros inescrupulosos que sacrifican su supuesta imparcialidad y objetividad al servicio de los intereses políticos del gobierno de los Estados Unidos".

 

El acceso a la salud es un derecho humano y Estados Unidos comete un crimen al pretender negarlo u obstaculizarlo con motivos políticos o de agresión, denunciaron las autoridades cubanas.