Muere en cárceles israelíes prisionero palestino Sami Abu Diak
Antes de su muerte, el mensaje final de Abu Diak fue: "A los que tienen conciencia....Estoy viviendo mis últimas horas y días, no hay nada que me gustaría más que pasarlos cerca de mi madre; entre mis seres queridos, me encantaría pronunciar mi último aliento en los brazos de mi madre; no deseo morir esposado y encadenado".

El prisionero palestino Sami Abu Diak falleció tras un largo sufrimiento a causa del cáncer que padecía, víctima además de la negligencia médica en las cárceles israelíes, según se anunció este martes.
Los días previos a su muerte, Abu Diak, quien ya había hecho metástasis, expresó su deseo de pasar los últimos momentos junto a su familia, petición que fue rechazada por las autoridades de la ocupación.
La madre del prisionero palestino había dicho previamente a Al Mayadeen que la situación de salud de su hijo se había deteriorado significativamente.
Contó que Abu Diak fue llevado a su encuentro en silla de ruedas, pasó solo un cuarto de hora con él. Luego lo condujeron al hospital de la prisión tras atarlo de pies y manos.
Abu Diak estuvo confinado durante 18 años y enfrentaba tres sentencias de cadena perpetua más otros 30 años. Fue arrestado el 17 de julio de 2002.
El diagnóstico de cáncer intestinal la conoció en agosto de 2015. Lo sometieron a cirugía, después de que las autoridades penitenciarias lo trasladaran al Centro Médico Soroka; sin embargo, una valoración inadecuada y un error médico derivó en serias complicaciones.
A Abu Diak le practicaron varias cirugías y sufrió complicaciones adicionales, incluyendo insuficiencia pulmonar y renal.
Antes de su muerte, el mensaje final de Abu Diak fue: "A los que tienen conciencia....Estoy viviendo mis últimas horas y días, no hay nada que me gustaría más que pasarlos cerca de mi madre; entre mis seres queridos, me encantaría pronunciar mi último aliento en los brazos de mi madre; no deseo morir esposado y encadenado".
"No quiero morir -dijo- frente a un carcelero que ama la muerte y se alimenta de nuestro dolor y sufrimiento. ¡¿Alcanzarán mis palabras los oídos y mentes de los líderes?! Les digo que si muero lejos de mi madre, nunca los perdonaré...."
Sami Abu Diak era de la ciudad de Sielet ath-Thaher, en el sur de la ciudad de Jenin, en Cisjordania.
Al conocerse la triste noticia, la Presidencia palestina culpó a (Israel) por lo ocurrido, mientraslos movimientos palestinos señalaron que “la política de negligencia médica contra nuestros heroicos prisioneros representa una clara agresión contra todas las convenciones internacionales".
Por su parte, la Asociación Waed para Prisioneros ratificó que "todos los líderes de nuestro pueblo y su resistencia deben tener la última palabra para detener la criminalidad israelí ejercida contra los prisioneros enfermos".
El Movimiento Yihad Islámica Palestina apuntó que la muerte del prisionero palestino es una evidencia más del terrorismo israelí. Añadió que la ocupación ignoró el dolor de Abu Diak y los organismos internacionales guardaron silencio sobre ese asesinato.