Covid-19 amenaza con arrasar a estadounidenses autóctonos
El Covid-19 causó la muerte a una veintena de personas de la reserva Nación Navajo, Estados Unidos, en comparación con 16 que fallecieron en todo el estado de Nuevo México de una población 13 veces mayor.
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Covid-19 amenaza con arrasar a estadounidenses autóctonos.
Cuando Chad Yazzie se unió al Departamento de Policía de la Nación Navajo, esperaba que su trabajo resultaría emitir multas por exceso de velocidad u otras funciones, pero cambió su perfil ocupacional la llegada de la Covid-19 que está arrasando la reserva india más grande de Estados Unidos.
Las bajas en la Nación Navajo están eclipsando las de los estados con poblaciones mucho más grandes.
“Mi trabajo consiste en decirle a nuestra gente que tomen el virus en serio o que enfrenten las consecuencias", dijo Yazzie, de 24 años de edad.
Ante un aumento alarmante de muertes de lo que el departamento tribal de salud denomina Dikos Ntsaaígíí-19, o Covid-19, los funcionarios de Navajo están colocando puestos de control, levantando hospitales de campaña y amenazando a los infractores del toque de queda con 30 días de cárcel o una multa de mil dólares.
Las medidas forman parte de la protección de más de 150 mil personas en la gran reserva de los autóctonos norteamericanos, que se extiende sobre 27 mil millas cuadradas de los estados de Arizona, Nuevo México y Utah, y decenas de otros miles asentados en pueblos que bordean la Nación Navajo.
El virus causó la muerte a una veintena de personas de la reserva, en comparación con 16 que fallecieron en todo el estado de Nuevo México de una población 13 veces mayor.
Los funcionarios navajos que rastrean los casos de coronavirus, advierten que las infecciones aumentarán en las próximas semanas, con un pico dentro de un mes.
La alta prevalencia de enfermedades como la diabetes, la escasez de agua corriente y los hogares con varias generaciones bajo el mismo techo, propiciaron que el virus se propague con una velocidad excepcional, según los epidemiólogos.
Este mes, la Guardia Nacional de Arizona comenzó a llevar máscaras, batas y otros equipos para entregarlos a Kayenta, una ciudad de 5.200 personas cerca de las areniscas colinas de Monument Valley.
El virus aún se manifiesta con menor fuerza en la costa oeste por la intervención de los funcionarios que actuaron más rápido que sus contrapartes de la costa este.
A diferencia de órdenes de permanecer en casa, los toques de queda en la nación Navajo se aplican con puestos de control y patrullas y cárcel, multas o ambas para los infractores.
Phillip Francisco, jefe de la Policía Navajo, dijo que cualquiera que exponga a sabiendas a los oficiales al coronavirus sería acusado de agresión contra un agente.
El presidente de la nación navaja, Jonathan Nez, quien comenzó a usar máscara en público, explicó que las autoridades estaban trabajando bajo el supuesto de que el pico podría estar a un mes de distancia, a principios o mediados de mayo.
Nez indicó que estaba cada vez más desesperado ante los retrasos de fondos federales de emergencia y por los requisitos de que las naciones tribales, a diferencia de ciudades y condados, deben solicitar subvenciones para obtener recursos del gobierno federal.
“Apenas recibimos partes y piezas, mientras hay otros condados y municipios que ya disponen de esos fondos, al tiempo que las tribus esperan por semanas para sus necesidades”, subrayó.
La crisis entre los Diné, como muchos navajos prefieren llamarse a sí mismos, está asolando a todo el país indio.
En Nuevo México, los líderes tribales han comenzado a rechazar a los visitantes, en tanto que, en Dakota del Sur, la tribu Oglala Sioux anunció un encierro de 72 horas después que un residente de la reserva de Pine Ridge dio positivo por el coronavirus.
Los Blackfeet y las naciones tribales del norte de Cheyenne, en Montana, impusieron toques de queda.
La reserva Hopi, rodeada por completo de la Nación Navajo, y uno de los lugares que se estima entre los de presencia humana más antigua en Estados Unidos, emitió su propia orden de estadía en el hogar para cerrarse a posibilidades de contagio.
En Page, una ciudad de Arizona que limita con la Nación Navajo, se informó del arresto de Daniel Franzen de 34 años de edad, bajo sospecha de incitar a acciones terroristas.
Franzen recabó en Facebook uso de fuerza letal contra los navajos porque, en su opinión, estaban 100 por ciento infectados con el nuevo coronavirus.
Los especialistas en enfermedades infecciosas consideran que el patógeno mortal llegó a la reserva más tarde que en otras partes de Estados Unidos y comenzó a extenderse después de ser detectado entre feligreses de la Iglesia del Nazareno, una congregación evangélica en el puesto avanzado de Chilchinbeto, cerca de la frontera entre Arizona y Utah.
Laura Hammitt, directora del programa de prevención de enfermedades infecciosas del Centro Johns Hopkins para la Salud de los Indios Americanos, enumeró varios factores que han hecho que los ciudadanos de la Nación Navajo sean especialmente vulnerables al coronavirus.
La escasez de agua corriente en la reserva, apuntó, dificulta lavarse las manos. También hay precarias condiciones de salud, incluidos problemas respiratorios por la contaminación en interiores generada en la quema de madera y el carbón utilizados para calentar hogares.
Las familias que viven por costumbre muy unidas y que, en anteriores oportunidades ese hábito ayudó a enfrentarse a situaciones extremas, ahora ven un aumento de posibilidades para contagiarse con el virus.
En lugar de un hacinamiento urbano en ciudades de alta densidad como Nueva York, hay hacinamiento interior con varias generaciones viviendo bajo el mismo techo, comentó Hammit.
Eso explica la necesidad especial de hospitales de campaña donde los pacientes que resultaron positivos puedan recuperarse lejos de sus familias.
Las autoridades también están buscando formas de mitigar la propagación en ciudades fronterizas donde viven muchos Diné con la conversión del icónico Hotel El Rancho en la ciudad de Gallup en albergue de indigentes con problemas respiratorios u otros.
Pese a todas las medidas, el pánico cunde en la reserva y algunos se encargan por su cuenta de proteger a sus familias, tomando en cuenta una cultura que valora el contacto cercano.