Otra pista sobre participación saudita en ataque a las torres gemelas
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) reveló sin querer la identidad de un funcionario saudita que brindó apoyo crucial a los terroristas responsables del 11S.
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El FBI identifica por error a funcionario de Arabia Saudita sospechoso de apoyar a terroristas del 11-S
Arabia Saudita debe encontrar un fuerte equipo de abogados para evitar que otra pista, publicada en un informe clasificado, la inculpe más en los ataques de las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) reveló sin querer la identidad de un funcionario saudita que brindó apoyo crucial a los terroristas responsables del 11S.
Ello ocurrió después que un agente de alto rango en el FBI presentó un informe sobre las investigaciones del atentado ante un tribunal federal y allí figuraba el nombre de un diplomático del reino, consignó Yahoo News.
Se sospecha que ese empleado de la embajada saudita en Washington apoyó a los terroristas que llevaron a cabo los ataques que, entre otras cosas, acabaron con el derrumbe de las Torres Gemelas en Nueva York.
El documento judicial respondía a una demanda contra Riad interpuesta por los familiares de las víctimas, quienes acusan al país árabe de ser cómplice.
“Esto muestra que hay un completo encubrimiento del gobierno de EEUU de la participación saudita”, indicó el vocero de las familias de las víctimas, Brett Eagleson.
De acuerdo con Eagleson, había una jerarquía de mando que conectaba la legación de Arabia Saudita con el Ministerio de Asuntos Islámicos (en Los Ángeles) y luego con los secuestradores.
El documento también parece confirmar que los agentes del FBI habían encontrado una relación entre los secuestradores y la embajada del reino.
Sin embargo, aún no está claro lo concluyentes que son las pruebas contra el ahora exfuncionario de la misión diplomática.
El nombre del sospechoso no tenía que aparecer en el documento, pero fue incluido por accidente, según Yahoo News.
Su identidad, revelada por los abogados de las familias de las víctimas estaba bajo una orden restrictiva que les prohibía hacerla pública.
Por ironía, el documento en cuestión tenía por objetivo prohibir la publicación de la identidad del exfuncionario y de todos los documentos relacionados con el pretexto de que eran secretos de Estado y que, de divulgarse, podrían causar un daño considerable a la seguridad nacional.
La investigación sobre el papel de los funcionarios sauditas en los atentados se centraba en dos individuos.
El primero, Fahad Thumairi, un oficial de Asuntos Islámicos Sauditas y clérigo radical que ejercía también las funciones de imam en la mezquita King Fahd en Los Ángeles, y el segundo, Omar Bayoumi, un agente del gobierno saudita, quien ayudó a buscar alojamiento a los secuestradores de los aviones.
En el documento se hablaba de un tercer funcionario quien dio la orden de respaldar a los terroristas.
Su nombre estaba tachado en todo el texto, menos en una oportunidad.
El tercer involucrado resultó ser Mussaid Ahmed Jarrah, un oficial de rango medio en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita, asignado a la embajada en Washington de 1999 a 2000.
Entre sus funciones estaba la supervisión de las actividades de los empleados del Ministerio de Asuntos Islámicos en mezquitas y otros centros musulmanes en el país norteño.
De acuerdo con Yahoo News, después de cumplir su misión en Estados Unidos, pasó a la embajada en Marruecos y ahora se encuentra en Arabia Saudita, pero se desconoce su ubicación exacta.
La exagente del FBI Catherine Hunt, quien ayuda a los familiares de las víctimas del 11S, aseguró que Jarrah prestó ayuda y apoyo a Thumairi.
Las sospechas sobre la participación de Arabia Saudita no tardaron en aparecer tras el atentado, de los 19 terroristas involucrados, 15 eran de origen saudita.
Los abogados de las víctimas, sus familias y las empresas afectadas por los ataques afirman que Arabia Saudita canalizó dinero a través de sus organizaciones benéficas hacia el grupo terrorista.
Dos ex integrantes del FBI y el ex senador por Florida Bob Graham, ex presidente del Comité Selecto de Inteligencia, denunciaron que los funcionarios sauditas en Estados Unidos brindaron apoyo a dos de los secuestradores de los aviones que impactaron las Torres Gemelas el 11 de septiembre.
El Congreso aprobó en 2016 la Ley de Justicia contra los Patrocinadores del Terrorismo (JASTA, siglas en inglés) que por primera vez permitió demandas por los ataques.
La nación árabe estaba cubierta por inmunidad soberana, una doctrina legal que protege a las naciones contra la mayoría de los pleitos.
JASTA estuvo vetado por el presidente Barack Obama, quien temía someter a Arabia Saudita a reclamos legales que amenazaban con tensar las relaciones bilaterales.