La cuarentena establecida por las autoridades chinas para tratar de combatir la expansión del coronavirus convirtió a varias ciudades en sitios fantasmas.

Con las calles vacías y comercios, fábricas y oficinas cerradas. Surgió entonces la necesidad de continuar con las labores desde el hogar.

Las estadísticas no son alentadoras: aumentó a 564 la cifra de muertes por coronavirus y a 28 018 los infectados.