Detenciones y abusos de la Ocupación
Un soldado israelí detiene a dos palestinos en una zona ocupada por (Israel).

Una imagen que -a pesar de las denuncias, de las condenas, de los llamamientos internacionales- se vuelve cotidiana: un soldado israelí detiene a dos jóvenes palestinos.
Se estima que seis mil 300 palestinos estén encerrados en cárceles israelíes, la mayoría fuera de los territorios ocupados.
Las historias de los abusos cometidos por los soldados de la ocupación, durante y después de las detenciones son tristemente horrendas. Y no entienden ni de género o edad.
Varios niños palestinos revelaron que fueron golpeados y sometidos a torturas sistemáticas durante y después del arresto por parte de las fuerzas israelíes, ha denunciado la Comisión de Asuntos de los Presos.
Hiba Ighbarieh, abogada de esa organización, documentó los testimonios de tres menores detenidos en 2018 en la prisión de Majido, sobre lo que sufrieron durante y después de su detención.
Munir Dari, de 16 años, del barrio de Issawiyeh en Jerusalén oriental ocupado, dijo que tras su detención varios miembros de las fuerzas de seguridad israelíes lo golpearon al azar por todo el cuerpo.
Una vez en el centro penitenciario, el adolescente también fue objeto de golpizas y maldiciones para que confesara los cargos que se le imputaban.
Fahd Qeisieh, de 17 años, también del vecindario de Issawiyeh, fue apaleado después de haber sido atrapado durante los enfrentamientos entre la comunidad palestina y las fuerzas israelíes en su vecindario.
El joven reveló que un policía lo abordó y lo arrastró hasta un automóvil de la policía, donde otro oficial se paró sobre su espalda mientras otros dos lo golpeaban violentamente y lo obligaban a permanecer en el suelo.
Según relata Qeisieh, las golpizas continuaron en la prisión de Majido, en la cual fue azotado con un palo en las manos, las piernas, la cara y la espalda.
Firas Masri, de 17 años, también fue duramente atacado por varios soldados cuando fue arrestado en un puesto de control del ejército cerca de la ciudad de Qalqilya, en el norte de Cisjordania.
El menor contó que fue arrojado al suelo cubierto de grava, golpeado en la cabeza y la espalda, después fue vendado y esposado, para finalmente ser arrastrado por el suelo durante una larga distancia antes de ser arrojado a un jeep militar y llevado a una estación de policía en el asentamiento de Ariel.
Otro abogado de la Comisión de Asuntos de los Presos, Hussein al-Cheikh, denunció que otros dos niños, Mohammad Hadieh, de 16 años; y Fawzi Masalmeh, de 18 años, ambos del distrito de Belén, presentaron declaraciones juradas sobre golpizas que recibieron durante el arresto.
(Fuente: Al Mayadeen)
(Foto: Mohamad Torokman - REUTERS)