Filtraciones sobre la hipotética guerra de “Israel”: Ofensiva terrestre en y desde Siria... Separar la Bekaa del Sur
"Israel" amenaza con ampliar la guerra hacia Líbano, manda mensajes intimidatorios, pero encuentra la fuerte y decidida posición de Hizbullah en defensa de su tierra y en apoyo a la resistencia palestina.
Los dirigentes del ente enemigo siguen profiriendo amenazas al Líbano hablando de la disposición del ejército de ocupación a lanzar un gran operativo militar contra la resistencia y esto, con el fin de cambiar las reglas del juego y garantizar el retorno de más de cien mil colonos desplazados de los asentamientos de la Galilea Occidental y Superior.
Las amenazas se intensifican en la medida que resulta cada vez más difícil llegar a un pronto acuerdo para poner fin a la guerra en Gaza, con la que el enemigo y los estadounidenses contaban para detener la contienda con Líbano, especialmente tras el fracaso de los esfuerzos estadounidenses y europeos por separar ambos frentes.
Los enviados occidentales y árabes, ya sean los que se reúnen con Hizbullah y con el gobierno libanés o con el presidente del parlamento, Nabih Berri, siguen transmitiendo mensajes de intimidación y amenazas, y sus palabras se centraban en el desplazamiento de los colonos e intentaban presentarlo como justificación para una acción militar de gran envergadura de las fuerzas de ocupación contra Líbano, y cuyo fin es, garantizar su retorno a los asentamientos del norte.
Asimismo, concluye una fuente familiarizada con estos contactos que “Israel" no quiere la guerra, y Estados Unidos le insta a no ir a la guerra, y Hizbullah no quiere la guerra e Irán le insta a no ir a la guerra”; pero existe el problema del desplazamiento forzado de cien mil colonos de manera permanente o a largo plazo y de un número igual de desplazados de manera voluntaria de las zonas del norte, cuyo retorno requiere de un acuerdo integral y no sólo un alto al fuego.
La fuente añade que los enviados hablan del “fracaso de los intentos de convencer a Hizbullah de que llegue a un acuerdo aislado de lo que ocurre en Gaza, y que no muestra ninguna flexibilidad hacia ningún escenario para la fase posterior al alto al fuego, a la luz de la insistencia de “Israel” en las garantías sobre el terreno para el retorno de los colonos sin que tengan nada que temer; dichos escenarios se incluyeron en planteamientos anteriores presentados por el enviado presidencial estadounidense Amos Hochstein, ademoas del desmantelamiento de todas las estructuras militares visibles o invisibles a lo largo de la frontera con el Líbano, el despliegue de grandes fuerzas de la UNIFIL y las del ejército libanés, para garantizar la desmilitarización en toda la zona del sur del Rio Litani o al menos de ocho a diez kilómetros de profundidad”.
Basado en ello, los enviados se convierten en analistas cuando dicen que: “A la luz de lo anterior, "Israel" tendrá que emprender una gran operación militar para lograr estos objetivos, lo que es cada vez más probable, y nadie en el mundo puede impedir que lance este tipo de guerra”; y aquí se cita a un diplomático británico señalando que: “El contexto de las conversaciones de Gaza demostró que Estados Unidos no puede imponer nada al gobierno de Benjamín Netanyahu y, por lo tanto, no hay que apostar por la presión estadounidense para evitar que este lance una guerra contra Líbano”.
Además de las filtraciones diplomáticas y las declaraciones emitidas por la dirigencia enemiga, diversas partes interesadas en lo que está ocurriendo en la región indican que el enemigo lleva a cabo maniobras y ejercicios militares en más de un lugar con el fin de aumentar la capacidad de sus fuerzas para realizar una acción militar terrestre en el Líbano.
Las fuentes revelan que estos ejercicios y maniobras no sólo tienen como objetivo el territorio libanés, sino también el sirio, y también hablan de una actividad política y de seguridad por parte de “Israel” y sus aliados occidentales y árabes para crear presión política y popular sobre Hizbullah tanto en Líbano como en Siria.
Del mismo modo, revelan que el ejército de ocupación está enviando deliberadamente señales de que al comienzo de cualquier operación militar buscaría cortar cualquier suministro terrestre que necesite el movimiento de resistencia libanés, ya sea desde Siria o desde Irak, y cortar la conexión entre la Bekaa y el Sur, y que para lograrlo está planeando una operación militar terrestre mediante la cual entrará en las regiones sur y suroeste de Siria y avanzará en dirección oeste, hacia la profundidad del Líbano, con el fin de cortar la carretera entre la Bekaa y el Sur.
Según las fuentes el enemigo también busca aprovechar cualquier avance dentro del territorio sirio para asestar un duro golpe militar al ejército de esa nación, lo cual limitaría cualquier capacidad de ayuda a Hizbullah, esto por un lado, y motivaría a las fuerzas de la oposición siria en el sur y en el norte para reanudar sus batallas en contra del régimen en más de una región.
Lo que llama la atención en la información revelada por las partes implicadas, es que existe una intersección entre dos apuestas, una necesaria por parte del enemigo para crear una situación turbulenta en el entorno general en el que lucha Hizbullah, y una segunda por parte de las fuerzas hostiles al movimiento de resistencia que consideran que una guerra de este tipo es la última oportunidad para asestarle un golpe y eliminarle de la ecuación interna, y el denominador común de estas apuestas es el trabajo con los refugiados sirios en Líbano y los grupos de oposición en Siria.
Estas fuentes revelan que se celebraron reuniones en Alemania, Turquía y otros lugares entre partidos libaneses contrarios a Hizbullah (cuyas identidades se conocen perfectamente) y miembros de la oposición siria, en cuyos encuentros se indagó sobre la posición de los refugiados sirios en caso de una guerra, y se obtuvieron respuestas contradictorias: algunos opositores afirmaban que no aceptarían participar en una guerra israelí contra Líbano o Siria, y creían que los activistas sirios estarían más cerca de Hamas y Hizbullah, mientras que otros, la mayoría de los cuales reside en capitales occidentales, dijeron que creen que es posible tocar la cuerda sectaria para atraer a grandes grupos de la oposición siria a la campaña contra Hizbullah en caso de que se pueda garantizar de que el resultado conducirá a la caída del régimen en Siria o a crear nuevas realidades sobre el terreno.
Parece que hay un factor estadounidense relacionado con este tipo de esfuerzos, después de que saliera a la luz que la fuerza política libanesa en cuestión ha asignado a un dirigente conocido por sus relaciones especiales con la inteligencia estadounidense y que ha pasado mucho tiempo en Estados Unidos, para llevar a cabo esta comunicación, siendo el mismo que escuchó de miembros del congreso de EE. UU. una advertencia que reza: “Que los políticos libaneses que inciten contra los refugiados sirios pueden ser objeto de sanciones, y que se preparó una lista con los nombres de personas, partidos y asociaciones que incluyen documentos, datos y pruebas de lo que han hecho contra los refugiados sirios”.
Además de lo que se dice en una capital regional relacionada con el expediente sirio sobre estos escenarios, de que las partes interesadas de la oposición siria expresan su temor de que grupos conocidos durante los acontecimientos sirios por tener vínculos con “Israel” estén dispuestos a cooperar con las fuerzas de ocupación; y se señala con nombre a un individuo del poblado de Kanaker conocido como “Clinton”, que dirigía grupos de la “Brigada de al Furqan” y este había establecido anteriormente relaciones con el enemigo, tras trasladar a elementos heridos de su brigada para que recibieran tratamiento en el Golán ocupado; él formó parte de un acuerdo con mediación rusa en el sur, pero intenta rebelarse mediante actividades que parecen contar con apoyo israelí, lo que ha llevado a las fuerzas de seguridad sirias a detener a varios de sus asociados en las últimas semanas.