La directiva de Trump, el protagonismo de Rubio y los argumentos falaces
La esencia de la Directiva Presidencial es reafirmar al bloqueo como la piedra angular de la política estadounidense contra Cuba.
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La directiva de Trump, el protagonismo de Rubio y los argumentos falaces.
La nueva Directiva, que ya vieja, del Presidente Trump sobre Cuba, parece menos de la cosecha verbal ríspida y tremebunda del excéntrico inquilino de la Casa Blanca y más del lenguaje libidinoso y nauseabundo de los operadores políticos anticubanos de Miami.
Pero, sea uno u otro el redactor del libelo presidencial, el documento es un remedo de la Directiva trumpista de 2017 que abrió el camino para las 243 medidas coercitivas dictadas contra Cuba durante la primera administración Trump.
Más medidas, más odio, más agresión, más bloqueo, más intento de atemorizar a los ciudadanos estadounidenses que quieran visitar Cuba y a los extranjeros que intenten invertir en la nación caribeña, son la columna vertebral de la Directiva dada a conocer el 30 de junio.
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Forzar la detención de flujos financieros a sectores de la economía cubana y al gobierno en su conjunto, republicar y ampliar la lista negra punitiva de entidades cubanas productivas y de servicios, impedir a toda costa la visita de ciudadanos estadounidenses a Cuba para ejercer su derecho de hacer turismo, auditar las agencias de viaje y los vuelos a Cuba para castigar a quienes quieran violar el bloqueo, destinar recursos a los programas subversivos anticubanos (que el mismo Trump calificó como un gasto horrible), están entre las acciones punitivas reflejadas en el documento.
También se propone ampliar la lista de funcionarios cubanos "prohibidos", incluyendo a dirigentes del Partido, el gobierno, las FAR y el Minint, los ministerios, las organizaciones de masas, los directores y subdirectores de medios de comunicación y el Tribunal, entre otros. Viejas fórmulas y renovados empeños por aplicarlas en extremo.
Helms, Burton y Rubio: Tridente del diablo
La esencia de la Directiva Presidencial es reafirmar al bloqueo como la piedra angular de la política estadounidense contra Cuba. No deja dudas de la permanencia de la guerra económica y del intento de estrangular las finanzas y el comercio cubanos.
#Video | Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos atraviesan uno de los momentos más tensos en décadas, aseguró recientemente en conferencia de prensa, la subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Johanna Tablada,… pic.twitter.com/G5HHleTB7X
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) June 12, 2025
Los espectros de Jesse Helms y Dan Burton están revividos en el espíritu del documento. La infame Ley Helms-Burton es reiterada una y otra vez como la guía de la actuación de este gobierno contra Cuba:
"(c) Apoyar el embargo económico contra Cuba descrito en la sección 4(7) de la Ley de Libertad y Solidaridad Democrática Cubana (LIBERTAD) de 1996 (el embargo), incluso oponiéndose a medidas que exigen el fin del embargo en las Naciones Unidas y otros foros internacionales y mediante informes periódicos sobre si existen las condiciones para un gobierno de transición en Cuba."
Y a falta oficial de un nombrado procónsul para Cuba, como una vez designó el alcohólico Bush Jr. al amparo de la Helms-Burton, Marco Rubio se autoerige en el pretendido garante de la política de máxima presión contra Cuba. En su triple condición de Secretario de Estado, Asesor de Seguridad Nacional y Administrador de la USAID, Rubio aparece en cada párrafo relativo a las medidas anunciadas en la Directiva como uno de los decisores o de los garantes de su aplicación.
Mientras Trump se entretiene en sus tarifazos, cacerías humanas, cohetazos y su circo de vanidades con Elon Musk, Marco Rubio se afanará en reforzar su particular agenda, y la de sus compinches de Miami, contra Cuba y la nación cubana.
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La directiva de Trump, el protagonismo de Rubio y los argumentos falaces
Argumentación infame
Más allá de la pobreza espiritual y sietemesina de los políticos de Miami que rezuma la Directiva, son infames e hipócritas las justificaciones y los propósitos anunciados en el documento:
-Solidaridad con el pueblo cubano. ¿Puede tenerla un gobierno que persigue las compras de combustible para Cuba, los barcos que lo transportan, el turismo y los servicios médicos que alimentan las finanzas en divisas del país para sostener los servicios básicos y sociales, que boicotea cualquier movimiento de dinero para nuestras importaciones o de nuestras exportaciones? ¿Puede tenerla la administración que reafirma el bloqueo como su política oficial hacia Cuba, diseñada para “negar dinero y suministros a Cuba, reducir los salarios monetarios y reales, provocar hambre, desesperación", a decir de Lester Mallory?
-Mejorar los derechos humanos. ¿Puede dar lecciones un gobierno que realiza infames cacerías humanas contra migrantes, que los manda sin miramientos a una especie de campo de concentración en El Salvador y que acaba de abrir una inaudita y vejaminosa prisión para deportables en medio de un cenagal plagado de cocodrilos en Florida con la idea, según Trump, de que se enfrenten a los saurios si intentan escapar de este nuevo Alcatraz?
¿Qué puede enseñarnos una administración que gasea y apalea a manifestantes en Los Angeles con la Guardia Nacional, que pretende recortes fiscales milmillonarios a la asistencia social y el Medicaid, con lo que 11,8 millones de estadounidenses quedarían sin seguro para 2034, y que cancela programas de ayuda para la vacunación, el tratamiento del SIDA o la tuberculosis alrededor del mundo, mientras presenta un escandaloso e histórico presupuesto para la guerra que supera el millón de millones de dólares?
-Fomentar el estado de derecho. ¿Puede hacerlo un gobierno que ha tomado por asalto la Corte Suprema y la ha obligado a tomar 19 decisiones de emergencia en apenas cinco meses, que ha amenazado sin ambages a jueces que procesaron o se han opuesto a decisiones del presidente?¿Puede hacerlo una administración que atacó otro país sin tomar en cuenta al Congreso, que ataca públicamente a congresistas, periodistas, medios de comunicación y funcionarios y cuyo presidente está gobernando a golpe de decretos, firmando en su aun muy corto mandato 164 órdenes ejecutivas y 70 proclamas presidenciales sobre los más diversos temas?
-Promover el libre mercado y la libre empresa: ¿Cómo puede hablar de ello un gobierno que ha desatado una guerra comercial y tarifaria absurda, que ha intentado obligar a las empresas estadounidenses a regresar a suelo estadounidense, que ha impuesto sanciones a empresas chinas, rusas y de otras partes del mundo y que ha obligados a sus bancos y empresas a retirarse de fondos de financiamiento para enfrentar el cambio climático y proteger el medio ambiente?
-Apoyar al pueblo cubano mediante la expansión de los servicios de Internet. ¿Puede ser más hipócrita un gobierno que niega el acceso a Cuba a la conexión a las decenas de cables submarinos de tráfico de datos que circunvalan nuestro archipiélago, que niega la compra de equipamiento informático y de telecomunicaciones que tenga más de 10 por ciento de componentes estadounidenses y que bloquea el acceso a programas y aplicaciones informáticas producidas en Estados Unidos?
Uno tras otro se hilvanan falsedades e hipocresías para intentar justificar una política anacrónica y genocida. Una política que no responde a los mejores intereses del pueblo estadounidense, sino a los deseos de una minoritaria y corrupta élite que ha vivido por décadas del oprobioso negocio de la política anticubana.
Epílogo
El mismo día que Trump arreciaba la política imperial contra Cuba, firmaba una Orden Ejecutiva para revocar las sanciones contra Siria, en claro apoyo al régimen que gobierna aquella nación, cuyos dirigentes actuales fueron declarados hasta hace muy poco como terroristas por la propia Casa Blanca y cuyos crímenes contra sectores de la población siria dieron la vuelta al mundo en semanas recientes. A los hechos hay que remitirse.