Primero dijeron que mil; luego, que cinco mil; algunos después lo subieron a veinticinco mil y, ahora, ya no saben cómo justificar ese informe interno del Departamento de Estado de los Estados Unidos, que dirige el contumaz anti-cubano Marco Rubio, el cual afirma que hay cubanos participando de la guerra en Ucrania, apoyando al bando ruso; algo que también afirma el aparato de inteligencia ucraniano.

Dicho cable fue revelado por la agencia Reuters a principios de octubre. En él se establece que las fuerzas diplomáticas estadounidenses están ejerciendo presión sobre los países diciéndoles que Cuba tiene miles de combatientes en las filas rusas dentro del conflicto en Ucrania.

La idea del gobierno de Trump, señala Reuters, es evitar el masivo voto en favor de Cuba en la próxima asamblea general de la ONU donde los países miembros votarán la resolución que condena y exige el levantamiento del bloqueo económico y comercial que desde 1962 mantiene Estados Unidos en contra de la isla.

El año pasado, 187 naciones votaron a favor y sólo Washington y, claro, “Israel” en contra.

Por su parte, el Gobierno de Cuba rechazó las acusaciones de Trump-Rubio. Pero no sólo eso: le corrige los datos a la Casa Blanca diciéndole que, sí hay cubanos en el conflicto, pero están en ambos bandos y que han sido reclutados por industrias de mercenarios, tal cual lo han hecho con hombres de casi toda Latinoamérica a cambio de 500 dólares mensuales.

Sin embargo, estos no cuentan, de ninguna manera, con el “estímulo, compromiso o el consentimiento” del Estado cubano, declaró el Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla, tal cual, los peruanos, argentinos, colombianos o mexicanos que están ahí, no van a nombre de sus respectivos gobiernos.

Aún más: La Habana le actualiza a Washington que, de 2023 a 2025, se han detenido y procesado penalmente a 40 cubanos por el delito de mercenarismo, luego de que fueran reclutados por entidades paramilitares extranjeras, deteniendo así las operaciones de reclutamiento para el conflicto ucraniano dentro de su territorio.

En muchos casos, estos procesos ocurren a través de otros nacionales o extranjeros que están dentro del país por períodos temporales. Algo que no ocurre en Estados Unidos, por cierto, donde se toleran a los escuadrones de mercenarios como los Proud Boys, fanáticos de Trump.

Pero el anaranjado ocupante de la Casa Blanca y “Little Marco” están resueltos en avanzar en su campaña contra Cuba.

Sobre la base de:

• endurecimiento del bloqueo económico y comercial contra la isla,
• su inclusión en la lista de “países patrocinadores del terrorismo”,
• las prohibiciones sobre viajes hacia la isla para estadounidenses,
• y se agrega un reguero de mentiras sobre la supuesta participación de La Habana en las filas del Kremlin.

De hecho, parte de este entramado se encuentra en la hostilidad reciente que Trump ha tenido hacia Moscú, cancelando su reunión con Vladimir Putin en Budapest y el anuncio de sanciones contra los países que osen comprar petróleo ruso.

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Todo parece un enorme guiño al rabioso talante anti-ruso de Europa, en busca de obtener su apoyo en la resolución sobre el bloqueo a Cuba. Reuters confirma esta versión al revelar que, dentro del análisis del Departamento de Estado de EE. UU., Washington busca “aliados y socios de ideas afines” en su campaña contra Cuba.

De acuerdo con la agencia de prensa, la Casa Blanca afirma que las históricas resoluciones en contra el Bloqueo, culpan “incorrectamente” a Estados Unidos por los “problemas” de la isla, causados por su “propia corrupción e incompetencia”. Pero la estrategia de defender la supuesta “legalidad” de lo que ellos llaman “embargo” hacia Cuba han fracasado en las votaciones de la ONU, reconoce Washington. Por eso, ahora se pretende convencer a los países de Europa que La Habana es “una amenaza a la paz internacional”.

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Pero Cuba está lejos de ser una amenaza. En realidad, el Bloqueo económico y comercial impuesto por Estados Unidos desde hace más de sesenta años, ha tenido siempre como propósito rendir a la Revolución cubana por “hambre, sufrimiento y desesperación”, tal cual lo confesó el exsubsecretario para Asuntos Interamericanos de EE. UU., Lester D. Mallory.

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En la actualidad, estas medidas recrudecidas por Trump son la causa de que el país no cuente con medicamentos suficientes o petróleo necesario para abastecer el transporte; de hecho, las restricciones le han impedido a la isla contar con refacciones necesarias para mantener el sistema eléctrico nacional, siendo esta la causa de los constantes apagones.

En ese sentido, bien lo categorizó el expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador: el Bloqueo a Cuba es un genocidio.