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El tema central que conecta el contenido y el momento del acuerdo de paz ruso-ucraniano es el afán de Estados Unidos por resolver la dimensión de Washingto-Moscú de la Nueva Guerra Fría para priorizar la siguiente fase de su competencia sistémica con China por el futuro orden mundial.

El New York Post, al que el pesidente Donald Trump alguna vez llamó su “periódico favorito”, acaba de publicar lo que afirma ser la totalidad de los 28 puntos del marco del acuerdo de paz ruso-ucraniano en el que, según se informa, Rusia y Estados Unidos han trabajado en secreto durante las últimas semanas.

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A continuación, se presenta el texto de cada punto, tal como se detalla en la infografía compartida en su artículo sobre este tema, y ​​posteriormente se analizará concisamente. El análisis se complementará con algunas observaciones sobre el contenido del acuerdo y su oportunidad.

1. Se confirmará la soberanía de Ucrania.

Esto se refiere al respeto de Rusia al derecho de Ucrania a gestionar sus asuntos, tanto internos como externos, de conformidad con los términos especificados en este acuerdo. Es un gesto meramente simbólico, cuyo objetivo es presentar el resultado de este conflicto como una victoria (falsa) para Ucrania, en el marco de la narrativa impulsada tanto por Ucrania como por Occidente de que Rusia pretende conquistar todo el país. Algunos grupos prorrusos no rusos (NRPR), afines al Estado, también contribuyeron involuntariamente a reforzar esta narrativa con sus comentarios sensacionalistas.

2. Se concluirá un acuerdo integral de no agresión entre Rusia, Ucrania y Europa. Se considerarán resueltas todas las ambigüedades de los últimos 30 años.

Esto se relaciona con la reforma de la arquitectura de seguridad europea y, por lo tanto, podría ser un proceso prolongado debido a las cuestiones que implica. Algunas de ellas incluyen

• el acceso de Rusia a Kaliningrado,
• la navegación a través del Mar Báltico
• y su oposición a las armas nucleares en Polonia. 

Mientras que Polonia, cuyo estatus de gran potencia está siendo recuperado con el apoyo de Estados Unidos, exige la retirada de las armas nucleares tácticas rusas y los misiles Oreshnik de Bielorrusia.

La «Línea de Defensa de la UE» que se está construyendo entre la OTAN y Rusia-Bielorrusia probablemente se convertirá también en una «nueva Cortina de Hierro».

3. Se espera que Rusia no invada a los países vecinos y que la OTAN no se expanda más.

Este intercambio de favores, que podría incluir mecanismos de verificación y control del estatus de las fuerzas a lo largo de la “nueva Cortina de Hierro”, busca aliviar su dilema de seguridad y, por ende, facilitar algunos de los compromisos mencionados.

Estados Unidos también tendría un pretexto para redesplegar algunas de sus fuerzas con base en la Unión Europea (UE) a la región Asia-Pacífico con el fin de contener a China de manera más contundente, mientras que Rusia tendría el mismo pretexto para reorientar su atención estratégica hacia el sur en respuesta a la creciente influencia turca en la zona .

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4. Se celebrará un diálogo entre Rusia y la OTAN, con la mediación de Estados Unidos, para resolver todas las cuestiones de seguridad y crear las condiciones para la desescalada con el fin de garantizar la seguridad mundial y aumentar las oportunidades de cooperación y el desarrollo económico futuro.

Esto refuerza lo expresado respecto a alcanzar una serie de compromisos mutuos para aliviar su dilema de seguridad, con el fin de liberar a las fuerzas estadounidenses y rusas para que se reorienten hacia Asia-Pacífico y el Cáucaso Sur-Asia Central, respectivamente, para contrarrestar la influencia de China y Turquía. Existe también la posibilidad, aunque especulativa, de que Estados Unidos limite la expansión de la influencia de Turquía, miembro de la OTAN, en la región, a cambio de que Rusia limite su cooperación técnico-militar y, posiblemente, energética con China.

5. Ucrania recibirá garantías de seguridad confiables.

En marzo pasado se evaluó que «Ucrania ya cuenta con garantías, en cierto modo, del Artículo 5 por parte de algunos países de la OTAN », debido al conjunto de «garantías de seguridad» que acordó con los miembros del bloque durante el año anterior, todas ellas enlazadas en el análisis previo. Este punto, por lo tanto, resulta redundante, pero también podría sugerir una disposición por parte de esos Estados —Estados Unidos, Polonia, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia— a renegociar algunos de los términos para hacerlos aún más favorables para Ucrania.

6. El tamaño de las Fuerzas Armadas de Ucrania estará limitado a 600.000 efectivos.

El especial, el objetivo de desmilitarización de la operación se lograría en esencia mediante estos medios, si bien existe la posibilidad de que Ucrania aún emplee mercenarios para sortear esta limitación. No obstante, con mecanismos de verificación y aplicación creíbles, se respetaría el espíritu de este punto. Por consiguiente, Rusia debería considerar proponerlo sin demora para evitar que Ucrania socave subrepticiamente la paz (quizás en connivencia con el Reino Unido, al que considera subversivo y belicista).

7. Ucrania acepta consagrar en su constitución que no se unirá a la OTAN, y la esta acepta incluir en sus estatutos una disposición que establezca que Kiev no será admitida en el futuro.

El objetivo de Rusia de restaurar la neutralidad constitucional de Ucrania se lograría también, en esencia, por estos medios, si bien las «garantías de seguridad» que Ucrania recibiría (o más bien, que se le concederían mediante un acuerdo de paz y posiblemente se ampliarían antes de su firma) la convierten en un miembro marginal del bloque . En cualquier caso, al no convertirse en miembro pleno, se mitigarían las antiguas preocupaciones de Rusia sobre la posibilidad de que Kiev provocara la Tercera Guerra Mundial, lo que podría sentar las bases para restablecer las relaciones entre Rusia y la OTAN.

8. La OTAN acuerda no estacionar tropas en Ucrania.

El personal militar de carrera de Francia y el Reino Unido, cuya llegada a Odesa fue reportada por el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia a finales de septiembre, sería retirado discretamente. Sin embargo, la OTAN podría reforzar considerablemente sus capacidades en Polonia, líder regional, como medida de contingencia. El objetivo sería disuadir a Rusia, si bien dentro del marco de la nueva arquitectura de seguridad europea que negociarán, manteniendo a las fuerzas de la OTAN listas para intervenir si se desatara una segunda ronda de conflictos.

9. Aviones de combate europeos estarán estacionados en Polonia.

Este punto confirma que Polonia liderará la contención regional de Rusia tras el fin del conflicto ucraniano, un papel que, sin duda, pasó inadvertido para Rusia debido a que hasta ahora subestimaba a Polonia, considerándola simplemente un títere más de Estados Unidos. Dicho esto, parece que en las últimas semanas algunas figuras influyentes han tomado conciencia de su papel, como lo sugiere el aumento de contenido antipolaco por parte de organizaciones regionales pro-polacas afines al Estado, lo que podría tener como objetivo preparar a la opinión pública para un resurgimiento de la histórica rivalidad ruso-polaca .

10. Garantía de EE. UU.:

• Estados Unidos recibirá una compensación por la garantía;
• Si Ucrania invade Rusia, perderá la garantía;
• Si Rusia invade Ucrania, además de una respuesta militar coordinada y decisiva, se restablecerán todas las sanciones globales, se revocará el reconocimiento del nuevo territorio y todos los demás beneficios de este acuerdo;
• Si Ucrania lanza un misil contra Moscú o San Petersburgo sin causa justificada, la garantía de seguridad se considerará inválida.

Estados Unidos se beneficiará de sus “garantías de seguridad” a Ucrania del mismo modo que ahora se beneficia de la venta de armas a través de la OTAN; cualquier movimiento transfronterizo de tropas provocará la ira de Estados Unidos en el país que lo realice; presumiblemente, Estados Unidos coaccionará a aquellos con quienes negocia nuevos acuerdos comerciales (China, India) para que cumplan con sus sanciones contra otros, siguiendo los precedentes de Camboya y Malasia, como medida disuasoria contra Rusia; y presumiblemente, se permitirá a Ucrania obtener capacidades de misiles de largo alcance como otra medida disuasoria.

11. Ucrania es elegible para ser miembro de la UE y recibirá acceso preferencial a corto plazo al mercado europeo mientras se considera este asunto.

El problema radica en que «Polonia podría obstaculizar el impulso de la UE para conceder rápidamente la adhesión a Ucrania», como se evaluó a principios de noviembre y se explicó en el análisis anterior (enlace adjunto). En resumen, Polonia sigue negándose unilateralmente a permitir la entrada en su mercado interno de grano ucraniano barato (y de baja calidad), lo que arruinaría el sustento de sus agricultores y, en consecuencia, colapsaría su sector agrícola. Por lo tanto, probablemente será necesario incluir una excepción para Polonia en este acuerdo para que pueda ser aprobado.

12. Un paquete global de medidas contundentes para la reconstrucción de Ucrania, que incluye, entre otras:

• La creación de un Fondo de Desarrollo de Ucrania para invertir en industrias de rápido crecimiento, incluyendo tecnología, centros de datos e inteligencia artificial;
• Estados Unidos cooperará con Ucrania para reconstruir, desarrollar, modernizar y operar conjuntamente la infraestructura de gas de Ucrania, incluidos los gasoductos y las instalaciones de almacenamiento;
• Esfuerzos conjuntos para rehabilitar las zonas afectadas por la guerra para la restauración, reconstrucción y modernización de ciudades y zonas residenciales;
• Desarrollo de infraestructura;
• Extracción de minerales y recursos naturales.
• El Banco Mundial elaborará un paquete de financiación especial para acelerar estos esfuerzos.

La idea principal es crear intereses globales en la infraestructura ucraniana como elemento disuasorio contra un posible ataque ruso en una segunda fase, bajo la amenaza de que la mayoría de los actores involucrados (probablemente incluyendo a China e India) impongan sanciones. Los miembros de la OTAN, como mínimo, reanudarían su cooperación militar-estratégica con Ucrania y, como máximo, intervendrían en el conflicto desde sus bases polacas, aunque solo sea para llegar rápidamente al Dniéper y dividir de facto Ucrania, atrayendo a Occidente bajo su control para detener el avance ruso.

13. Rusia se reintegrará en la economía mundial:

1. El levantamiento de las sanciones se discutirá y acordará por etapas, caso por caso;

2. Estados Unidos suscribirá un acuerdo de cooperación económica a largo plazo en las áreas de energía, recursos naturales, infraestructura, inteligencia artificial, centros de datos, proyectos de extracción de metales de tierras raras en el Ártico y otras oportunidades corporativas mutuamente beneficiosas;

3. Rusia será invitada a reincorporarse al G8.

Este punto complementa el anterior al brindar a Rusia razones económicas concretas para contener a sus sectores más radicales y se alinea con el espíritu de las propuestas de “diplomacia energética creativa” presentadas aquí en enero. Los aspectos de cooperación tecnológica conducirán a una compleja interdependencia entre Rusia y Estados Unidos en el marco de la “Cuarta Revolución Industrial”/“Gran Reinicio” (4RI/GR), posiblemente a expensas de los planes de soberanía de Putin en este ámbito y de la potencial cooperación de Rusia con China en la materia.

14. Los fondos congelados se utilizarán de la siguiente manera:

* Cien mil millones de dólares en activos rusos congelados se invertirán en los esfuerzos liderados por Estados Unidos para reconstruir e invertir en Ucrania. Estados Unidos recibirá el 50 por ciento de las ganancias de esta iniciativa;

* Europa aportará 100 mil millones de dólares adicionales para aumentar la cantidad de inversión disponible para la reconstrucción de Ucrania. Se desbloquearán los fondos europeos congelados.

El resto de los fondos rusos congelados se invertirán en un vehículo de inversión ruso-estadounidense independiente que implementará proyectos conjuntos en áreas específicas. El objetivo del fondo será fortalecer las relaciones y fomentar los intereses comunes para crear un fuerte incentivo para no retomar el conflicto.

Continúa la tendencia de Estados Unidos a beneficiarse de este conflicto, primero mediante la venta de armas a Ucrania a través de la OTAN y luego recibiendo compensación por las garantías de seguridad otorgadas a ese país, mientras que la segunda se alinea con las políticas de disuasión multidimensionales sugeridas en los dos puntos anteriores. Además, fortalecerá aún más la compleja interdependencia entre Rusia y Estados Unidos, en consonancia con lo planteado en abril respecto a cómo los activos rusos congelados podrían financiar importantes acuerdos con Estados Unidos.

15. Se establecerá un grupo de trabajo conjunto estadounidense-ruso sobre cuestiones de seguridad para promover y garantizar el cumplimiento de todas las disposiciones de este acuerdo.

Este punto satisface parcialmente lo propuesto anteriormente en este análisis sobre la creación de mecanismos creíbles de verificación y aplicación de la ley, pero aún necesita desarrollarse para ser efectivo. Rusia también podría emplear este canal, de manera importante, para prevenir provocaciones conjuntas británico-ucranianas de falsa bandera, como las que sus espías han llevado a cabo ocasionalmente. Se trata de lograr que Estados Unidos los detenga primero. Este grupo de trabajo también podría ayudar a gestionar el estatus de las fuerzas a lo largo de la “nueva Cortina de Hierro”.

16. Rusia consagrará en la ley su política de no agresión hacia Europa y Ucrania.

Esto será tan simbólico como confirmar la soberanía de Ucrania y también buscará presentar el resultado de este conflicto como una victoria (falsa) para Ucrania, como se explicó en el punto 1. Queda por ver si esto influirá en las declaraciones públicas de los funcionarios rusos o en el contenido producido por los medios de comunicación rusos financiados con fondos públicos (tanto nacionales como internacionales) y las organizaciones regionales rusas afines al Estado. Otra cuestión es qué consecuencias podrían derivarse si Europa o Ucrania objetan alguna de sus declaraciones o contenido.

17. Estados Unidos y Rusia acordarán prorrogar la vigencia de los tratados sobre la no proliferación y el control de las armas nucleares, incluido el Tratado START.

Esto coincide con la propuesta de Putin de extender el Nuevo START por un año más tras su vencimiento en febrero próximo, lo que daría a Rusia y Estados Unidos tiempo suficiente para negociar su modernización en consonancia con los nuevos desafíos de seguridad. Algunos de los más importantes incluyen el megaproyecto» Cúpula Dorada » de Trump y el último programa de defensa antimisiles ruso que se desarrollaron en respuesta a la retirada de Estados Unidos de otros pactos de control de armas, la proliferación de drones y la militarización del espacio.

18. Ucrania acepta ser un Estado no nuclear de conformidad con el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares.

El coqueteo de Ucrania con el desarrollo de armas nucleares en el período previo a la operación especial fue una de las razones por las que Putin finalmente la autorizó para evitar que se concretara. Por lo tanto, sería una victoria para Rusia si Kiev aceptara esta disposición, pero, al igual que con muchos otros puntos de este acuerdo, también deben implementarse mecanismos creíbles de verificación y cumplimiento. Estos podrían negociarse a través de los grupos de trabajo conjuntos de seguridad estipulados en el punto 15.

19. La central nuclear de Zaporizhzhya se pondrá en marcha bajo la supervisión del OIEA y la electricidad producida se distribuirá por igual entre Rusia y Ucrania – 50:50.

Hasta ahora, Rusia se había opuesto a ceder cualquier aspecto de su soberanía sobre esta central eléctrica, por lo que este punto representa un compromiso indiscutible por su parte, si bien razonable si se consideran los compromisos que Ucrania, la UE, la OTAN y EE. UU. están asumiendo, tal como se propone en este acuerdo. Además, contribuirá de manera importante a sentar las bases para el restablecimiento de las relaciones económicas ruso-ucranianas una vez finalizado el conflicto, lo que podría servir como otro elemento disuasorio mutuo contra un escenario de «segunda ronda».

20. Ambos países se comprometen a implementar programas educativos en las escuelas y en la sociedad destinados a promover la comprensión y la tolerancia de las diferentes culturas y a eliminar el racismo y los prejuicios:

a. Ucrania adoptará las normas de la UE sobre tolerancia religiosa y protección de las minorías lingüísticas;

b. Ambos países acordarán abolir todas las medidas discriminatorias y garantizar los derechos de los medios de comunicación y la educación ucranianos y rusos;

c. Toda la ideología y las actividades nazis deben ser rechazadas y prohibidas;

Este punto cumpliría el objetivo de desnazificación de la operación especial y sentaría las bases legales para el restablecimiento de los lazos socioculturales ruso-ucranianos una vez finalizado el conflicto. También implica que los funcionarios rusos, sus medios de comunicación financiados con fondos públicos y las organizaciones regionales rusas afines al Estado ya no pueden negar la actual independencia del pueblo ucraniano, a pesar de su unidad histórica con los rusos, que Putin expuso en su extenso discurso de julio de 2021. Él mismo escribió allí, de manera significativa, que esto debe ser tratado «¡con respeto!».

21. Territorios:

• Crimea, Luhansk y Donetsk serán reconocidas como rusas de facto, incluso por los Estados Unidos;
• Jersón y Zaporiyia quedarán congeladas a lo largo de la línea de contacto, lo que significará un reconocimiento de facto a lo largo de la línea de contacto;
• Rusia renunciará a otros territorios acordados que controla fuera de las cinco regiones;
• Las fuerzas ucranianas se retirarán de la parte de la óblast de Donetsk que controlan actualmente, y esta zona de retirada se considerará una zona de amortiguamiento desmilitarizada neutral, reconocida internacionalmente como territorio perteneciente a la Federación Rusa. Las fuerzas rusas no entrarán en esta zona desmilitarizada.

Esto representa un compromiso significativo, ya que Rusia considera que la totalidad de las regiones en disputa le pertenecen. El punto 2 también exige resolver «todas las ambigüedades de los últimos 30 años», por lo que Moscú no podría mantener estas reivindicaciones tras congelar el frente; sin embargo, la Constitución prohíbe la cesión de territorio. No obstante, podría emplearse la solución jurídica propuesta en agosto, mediante la cual el Tribunal Constitucional podría dictaminar que no existe «cesión», puesto que las reivindicaciones abandonadas no se referirían a territorio bajo su control.

22. Tras acordar los acuerdos territoriales futuros, tanto la Federación de Rusia como Ucrania se comprometen a no modificarlos por la fuerza. Las garantías de seguridad no serán aplicables en caso de incumplimiento de este compromiso.

Este punto refuerza las políticas de disuasión ya propuestas en el acuerdo, al fomentar el uso de medios político-diplomáticos para la resolución de futuras disputas territoriales. La retirada explícita de las «garantías de seguridad» otorgadas a la parte que emplee la fuerza contra la otra, lo que implica incluso ataques con drones y bombardeos (incluidas, por tanto, las hostilidades que no lleguen a constituir una «invasión» tras la prohibición de las «invasiones» en el punto 10), tiene como objetivo lograr que ambas partes contengan al máximo a sus sectores más radicales, halcones y revisionistas.

23. Rusia no impedirá que Ucrania utilice el río Dniéper para actividades comerciales y se alcanzarán acuerdos sobre el libre transporte de grano a través del Mar Negro.

Muchos miembros de la NRPR, tanto afines al Estado como informales, insistieron en que Rusia liberaría Odesa antes de que terminara el conflicto. Sin embargo, esto definitivamente no ocurrirá si se aceptan los términos de este acuerdo, que esencialmente garantizan que el bajo Dniéper se convierta en la nueva frontera entre Rusia y Ucrania. Rusia nunca se fijó este objetivo, como se explicó en diciembre de 2023. Formalizar el uso del río Dniéper por parte de Ucrania y el uso continuado del Mar Negro después de que termine el conflicto, por lo tanto, desacredita aún más esas afirmaciones.

24. Se establecerá un comité humanitario para resolver los asuntos pendientes:

1. Todos los prisioneros y cadáveres restantes serán intercambiados bajo la premisa de «todo por todo»;

2. Todos los civiles detenidos y rehenes serán liberados, incluidos los niños;

3. Se implementará un programa de reunificación familiar;

4. Se adoptarán medidas para aliviar el sufrimiento de las víctimas del conflicto.

Este punto complementa el punto 20 al sentar las bases para el restablecimiento de los lazos socioculturales ruso-ucranianos tras el fin del conflicto, ayudando a cada parte a superar, en la medida de lo posible, el trauma de los últimos casi cuatro años. De esta manera, no quedarían heridas abiertas en el plano humanitario, ya que cada una habría hecho todo lo posible por reparar el daño. Esta serie de grandes gestos contribuiría significativamente a mejorar, con el tiempo, la percepción que cada sociedad tiene de la otra.

25. Ucrania celebrará elecciones en 100 días.

Es probable que el objetivo tácito de Rusia de un cambio de régimen en Ucrania se cumpla por estos medios, dado que la popularidad de Zelensky ya estaba en picada incluso antes de que el último escándalo de corrupción le asestara un golpe mortal. Teniendo en cuenta este punto del acuerdo de paz en el que, según se informa, Moscú y Washington han trabajado en secreto, el momento en que se produjo este último escándalo, iniciado por la «Oficina Nacional Anticorrupción» respaldada por Estados Unidos, puede considerarse, en retrospectiva, un golpe de Estado de facto contra Zelensky.

26. Todas las partes involucradas en este conflicto recibirán amnistía total por sus acciones durante la guerra y aceptan no presentar reclamaciones ni considerar quejas en el futuro.

La amnistía total incentiva a Zelensky, a su camarilla corrupta y a los criminales de guerra neonazis de Ucrania a aceptar este acuerdo, y a los dos primeros a aceptar la «transición gradual del liderazgo» acordada anteriormente. Rusia abandonaría sus planes para un segundo Juicio de Núremberg, pero Putin tendría libertad para viajar a donde quiera a cambio, ya que se revocaría la orden de la CPI. Algunos miembros de sus sociedades podrían indignarse al ver que no se impartirá justicia según su propia concepción, pero sin duda se trata de un compromiso pragmático.

27. Este acuerdo será jurídicamente vinculante. Su implementación será supervisada y garantizada por el Consejo de la Paz, presidido por Donald J. Trump. Se impondrán sanciones en caso de incumplimiento.

No está claro quiénes integrarán el Consejo de Paz ni cuáles serán sus responsabilidades, como por ejemplo, cómo garantizará la implementación de los términos estipulados en el acuerdo, pero se presume que mantendrá una relación simbiótica con los grupos de trabajo conjuntos estadounidenses y rusos. Otra incógnita es quién dirigirá el Consejo de Paz tras la salida de Trump de la Casa Blanca. Estos detalles son cruciales para asegurar una paz duradera y, por lo tanto, sin duda serán objeto de intensas negociaciones futuras.

28. Una vez que todos aprueben este memorando, el cese al fuego entrará en vigor inmediatamente después de que ambas partes se retiren a los puntos acordados para comenzar la implementación del acuerdo.

En otras palabras, Rusia, Ucrania, Estados Unidos, la OTAN, la UE y Polonia (donde se propone alojar aviones de combate europeos) deben acordar estos términos (que podrían ser enmendados) como requisito previo para un alto al fuego (pero el acuerdo ruso-ucraniano es el más importante), mientras que la “retirada” se refiere a que Rusia se retire de Sumy, Járkov y Dnipropetrovsk (posiblemente también de la franja de Nikolálev que controla en el istmo de Kinburn ) y Ucrania del resto de Donbás (dejando esa parte cedida como zona desmilitarizada).

Algunas observaciones sobre el contenido de este acuerdo y su oportunidad son las siguientes:

* Rusia logra casi todos sus objetivos en la operación especial a través de la desmilitarización parcial de Ucrania, su desnazificación, la restauración de su neutralidad constitucional, el abandono de cualquier plan de armas nucleares, la reforma de la arquitectura de seguridad europea y la destitución de Zelensky (un objetivo no declarado).

* Se pretende evitar una “segunda ronda” mediante “garantías de seguridad” para Ucrania, el despliegue de fuerzas de la OTAN en Polonia para una intervención directa en ese caso, inversiones globales en infraestructura ucraniana como mecanismo de activación para sanciones si Rusia las ataca, y el abandono de Ucrania por parte de Estados Unidos si viola el acuerdo.

La reintegración gradual de Rusia en la economía global (occidental) y el uso parcial de sus fondos congelados para financiar proyectos conjuntos con Estados Unidos, incluidos los relacionados con recursos estratégicos y la 4RI/GR, podrían complicar sus ambiciosos (pero lejos de haberse cumplido ) planes con los BRICS y sus lazos económicos con China.

* La observación anterior sugiere que Estados Unidos quiere evitar que Rusia se convierta en el apéndice de materias primas de China para impulsar su trayectoria como superpotencia y, a partir de entonces, competir de forma más sólida con Estados Unidos en la configuración de los contornos del emergente Orden Mundial Multipolar.

* Asimismo, la conformidad de Rusia con el espíritu de esas propuestas asociadas (aunque su contenido se modifique mediante negociaciones) sugiere que teme volverse desproporcionadamente dependiente de China, de ahí que recalibrara radicalmente sus vínculos geoeconómicos y tecnológicos por estos medios.

* La coincidencia temporal con las importantes sanciones energéticas estadounidenses contra Rusia, que podrían resultar contraproducentes al hacerla más dependiente de China, lo que preocupa a Estados Unidos y posiblemente también a Rusia, y con la expansión, facilitada por Estados Unidos, de la influencia de Turquía, miembro de la OTAN, a lo largo de la periferia sur de Rusia a través del corredor TRIPP .

En consecuencia, Estados Unidos está incentivando a Rusia a aceptar este acuerdo al satisfacer la mayoría de sus objetivos en el conflicto, al tiempo que ayuda a evitar una “segunda ronda” mediante los medios ya mencionados, mientras que Rusia debe reorientar urgentemente su atención estratégica hacia el Cáucaso Sur y Asia Central en respuesta a Turquía.

El último escándalo de corrupción en Ucrania también ha asestado un golpe mortal a la popularidad de Zelensky y podría provocar la pérdida de su control sobre el parlamento si los miembros del partido gobernante desertan en señal de protesta, presionándolo así para que acepte el acuerdo y la “transición gradual del liderazgo” que este contempla a cambio de la amnistía.

* Objetivamente hablando, los compromisos mutuos y las medidas disuasorias contra una “segunda ronda” que contiene el acuerdo son impresionantemente pragmáticos, tanto que cada parte podría reclamar convincentemente una “victoria” y, por lo tanto, hacer que sus respectivos líderes se preocuparan menos por “perder la cara” si aceptaran estos términos.

* La implementación exitosa del acuerdo permitiría a Estados Unidos y Rusia “girar hacia Asia”, el primero en el sentido de contener de manera más sólida a China en la región Asia-Pacífico y el segundo en lo que respecta a contrarrestar de manera creativa la expansión de la influencia de Turquía a lo largo de su periferia sur.

Dado que Turquía es miembro de la OTAN y se encuentra bajo la influencia de Estados Unidos, podría alcanzarse un acuerdo de intercambio mediante el cual EE. UU. limite la expansión de la influencia de su aliado en ese país a cambio de que Rusia limite su cooperación técnico-militar y posiblemente energética con China, lo que le daría a Estados Unidos una ventaja en su rivalidad.

* El tema central que conecta el contenido y el momento de este acuerdo es, por lo tanto, el afán de Estados Unidos por resolver la dimensión ruso-estadounidense de la Nueva Guerra Fría para priorizar la dimensión sino-estadounidense de la misma como la siguiente fase de su competencia sistémica con China por el futuro orden mundial.