Este domingo, Honduras estará en un doble punto de mira. Por un lado, el ojo del diablo representado por Donald Trump, que ha demostrado claramente que le va la costumbre de querer imponer a «sus» candidatos a punta de amenaza. Para el gringo que se siente sheriff del mundo, así como impuso con éxito a los candidatos de Milei en Argentina, aquí, en la nación hondureña, apuesta por el Partido Nacional y su representante, el ultraderechista Tito Asfura. Dejó claro en su bravata que «si lo votan» vendrán muchos beneficios, y si por el contrario, el pueblo hace lo que le pasó a Daniel Noboa en Ecuador, donde el referendo se llenó de «NOes», se podrían descargar tempestades.

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Del otro lado del andarivel electoral está ubicada la candidata del partido LIBRE, Rixi Moncada, mujer con gran formación política, de excelente comunicación con los de abajo, y recogedora del legado que deja la actual mandataria Xiomara Castro, que a fuerza de coraje y pensamiento solidario rompió con éxito con decenas de años de bipartidismo derechista.

Si faltara algo, Trump no solo pidió por Asfura, sino que concedió a la oligarquía hondureña el deseo de que el mayor narco-político del país, el expresidente Juan Orlando Hernández, sea indultado y pueda volver al país. JOH, como lo llamaban sus compinches, fue extraditado a EE. UU en 2022, con un curriculum delictivo cargado de cientos de fechorías. Dos años después, en el 2024, fue condenado por tres cargos de narcotráfico y armas, incluyendo haber recibido dinero del capo mexicano Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. Esta «joyita» es la que ahora Trump le quiere regalar a la oposición para darle fuerza contra el «huracán» Rixi.

Sin embargo, tal decisión se ha convertido, por la gran memoria del pueblo hondureño en un regalo envenenado. De hecho, a la propia candidata Moncada le sirvió este sábado para dispararle -en conferencia de prensa especial- con munición gruesa a los opositores, a Trump y a los oligarcas narcolavadores de dinero.

«No volverán», dijo Rixi, mientras sus seguidores repetían la frase, con la bronca que genera esta segunda injerencia gringa en pocos días.

Así están las cosas, y es por eso que es posible asegurar que otra vez, como ya sucedió en varias ocasiones en las elecciones venezolanas, la oposición interna aliada a los rapiñeros del imperialismo yanqui, harán todo lo posible por embarrar la cancha. Para ellos, sabedores que en el marco de una elección normal, ya perdieron la batalla, buscarán reventar, no el comicio en sí mismo, que apunta a ser tranquilo y rodeado de una multitud de observadores internacionales, sino los resultados del evento. En ese escenario previsible, cuentan con un instrumento muy particular llamado TREP, o Transmisión de Resultados Electorales Preliminares. Se trata de un sistema que permite la divulgación rápida de los resultados. A diferencia de otros países, en Honduras el TREP está legalizado y en su andadura se mueve la oposición, tal como quedó demostrado en un simulacro reciente, que generó amplia repulsa de la población.

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En otras palabras, el TREP permitiría que una vez que termine la votación ( a las 17 hs), se emita un comunicado dando un resultado a favor del candidato trumpista Afura, que sin ser vinculante, genere el clima que la oposición necesita para gritar «ya ganamos», y no esperar así el único resultado legítimo, que es el que horas después debe dar el Consejo Nacional Electoral (CNE). De esta manera, si en este último caso, la lógica indica que la ganadora será la representante de LIBRE, Rixi Moncada, los ultra convoquen «a repudiar el fraude». Y abran la puerta a consecuencias imprevisibles.

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Para que esto no ocurra el partido LIBRE, está más que preparado. Se trata de defender la victoria en todos los terrenos, desde la instalación correcta de urnas hasta que se cuente el último voto y se trasladen esos resultados al CNE. Además, como debe ser siempre que se juega el destino de un pueblo, está la decisión de ganar la calle, adonde los partidarios de LIBRE ya han demostrado que son capaces de reunir multitudes cuando haga falta. Y aquí y ahora, esta votación se ha convertido en estratégica, no solo para este pueblo que supo resistir el golpe, poner muertos y heridos en la batalla y finalmente entrar al gobierno por las urnas, sino también, posicionar el triunfo de LIBRE en Honduras ayudará a que el continente recupere auto-estima frente a la arremetida imperial-sionista que el multimillonario de la Casa Blanca quiere naturalizar.

La victoria de Rixi Moncada, se convertirá en una cachetada para quien trata de asfixiar a Cuba y Venezuela, con bloqueos, despliegue bélico y controles de espacio aéreo. Pero también ha de servir para contrarrestar la campaña macartista que hoy Trump y no pocos presidentes latinoamericanos quieren imponer para contrarrestar protestas más que justas.

Si Honduras vence a las amenazas del trumpismo -algo que no se pudo hacer por ahora- en Argentina, ayudará a que cada pueblo rebelde del continente recupere coraje y también ideología revolucionaria para enfrentar la agresión imperial-sionista.

Un último detalle, al contrario de lo que la politiquería burguesa logró instalar en varios países, la famosa trampa del balotage o segunda vuelta, en Honduras, gana el que obtiene más sufragios. Aunque sea por un voto. De allí que todo indica que será una mujer, con predilección por el color rojo en su vestimenta y en el corazón, la próxima presidenta de esta país centroamericano al que hasta hace muy poco, Washington supo usar como un portaviones para agredir a otros pueblos