La fusión de sangre cubana y angoleña en la Operación Carlota. Por Osvaldo Cardosa Samón
Al desenterrar memorias a 40 años de la Operación Carlota, el secretario general de la Asociación de Amistad Angola-Cuba (ASAC), Fernando Jaime, afirmó hoy que la monumental hazaña fusionó para siempre sangre cubana y angoleña.

"Con la epopeya, que su comienzo pudiera enmarcarse el 5 de noviembre de 1975, brotó además una inquebrantable amistad y solidaridad entre dos pueblos", declaró Jaime a Prensa Latina tras aludir, por aquella fecha, a sus 16 años de edad abrazado a un fusil en una trinchera en Puerto Amboim, cerca de la provincia de Cuanza Sur.
Ante la posibilidad de frustrarse la proclamación de independencia, prevista para el 11 de noviembre de ese año, el líder nacionalista Agostinho Neto (posteriormente primer presidente) y el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) pidieron apoyo Cuba para adiestrar a sus combatientes y frenar a agresores internos y externos.
El gobierno de La Habana respondió ante tal solicitud y bautizó la misión internacionalista con el nombre de Carlota, esclava africana que encabezó en la isla dos revueltas a mitad del siglo XIX contra el colonialismo español.
La rebelde de origen lucumí fue salvajemente asesinada, encadenado su cuerpo a caballos que tiraban de forma contraria, hasta desmembrarla.
Genuino reconocer que Fidel Castro y Cuba dieron en la diana al llamar Carlota a esa misión que resultó humana, significativa y profunda, señaló el exmilitar.
Explicó que cuando se conoció el nombre dado a la extraordinaria gesta, "nos dimos cuenta del valor y el alcance político que Fidel y la valiente Cuba prestaron a Angola".
La esclava, tal vez angoleña, tuvo estirpe guerrera, heroica, como "los cubanos, los mejores hijos de su revolución, que permanecieron en este país durante más de 15 años para proteger un pedazo de tierra africana, como Carlota defendió, como suya, la de la isla", reflexionó el activista solidario.
Sin temblarle la voz, subrayó que si no fuera por el internacionalismo cubano, ""Angola sería hoy una nación neocolonizada".
Insistió que se debe reconocer en su justa medida el empeño, la extraordinaria entrega de Cuba en pro de la liberación de Angola y África. "Es una obligación de todos los angoleños dignos respetar la sangre derramada de forma épica en esta tierra".
Ante la posibilidad de frustrarse la proclamación de independencia, prevista para el 11 de noviembre de ese año, el líder nacionalista Agostinho Neto (posteriormente primer presidente) y el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) pidieron apoyo Cuba para adiestrar a sus combatientes y frenar a agresores internos y externos.
El gobierno de La Habana respondió ante tal solicitud y bautizó la misión internacionalista con el nombre de Carlota, esclava africana que encabezó en la isla dos revueltas a mitad del siglo XIX contra el colonialismo español.
La rebelde de origen lucumí fue salvajemente asesinada, encadenado su cuerpo a caballos que tiraban de forma contraria, hasta desmembrarla.
Genuino reconocer que Fidel Castro y Cuba dieron en la diana al llamar Carlota a esa misión que resultó humana, significativa y profunda, señaló el exmilitar.
Explicó que cuando se conoció el nombre dado a la extraordinaria gesta, "nos dimos cuenta del valor y el alcance político que Fidel y la valiente Cuba prestaron a Angola".
La esclava, tal vez angoleña, tuvo estirpe guerrera, heroica, como "los cubanos, los mejores hijos de su revolución, que permanecieron en este país durante más de 15 años para proteger un pedazo de tierra africana, como Carlota defendió, como suya, la de la isla", reflexionó el activista solidario.
Sin temblarle la voz, subrayó que si no fuera por el internacionalismo cubano, ""Angola sería hoy una nación neocolonizada".
Insistió que se debe reconocer en su justa medida el empeño, la extraordinaria entrega de Cuba en pro de la liberación de Angola y África. "Es una obligación de todos los angoleños dignos respetar la sangre derramada de forma épica en esta tierra".

Hacer alusión a la misión Carlota, agregó el secretario general de la ASAC, es también recordar al comandante cubano Raúl Díaz Argüelles, quien murió el 11 de diciembre de 1975 en Cuanza Sur, como resultado de las heridas provocadas por la explosión de una mina antitanque, que destruyó su blindado.
Detalló que por la Operación el 15 de noviembre de 1975 el actual presidente angoleño, José Eduardo dos Santos, en aquel momento canciller, rubricó el arreglo de formalizar esos nexos con el embajador cubano Oscar Oramas, solo a cuatro días de declarada la libertad en este país africano.
Esos históricos lazos de amistad, anudados desde la época de la esclavitud, se reordenaron y consolidaron un año después cuando ambas naciones firmaron el Acuerdo General de Colaboración y sobre esa base se constituyó la Comisión Bilateral Intergubernamental.
Por ese entendimiento se tuvo a los primeros grupos de angoleños y cubanos, iniciadores a partir de ese periodo de la campaña de alfabetización en Angola, donde el 85 por ciento de sus ciudadanos no sabía leer ni escribir.
Desde esa etapa, La Habana y Luanda ajustan, renuevan y establecen nuevos compromisos y protocolos sectoriales.
La preciada solidaridad de más de 300 mil internacionalistas cubanos durante casi 16 calendarios contribuyó a poner punto final al régimen segregacionista del apartheid en Sudáfrica y Namibia pudo declarar su emancipación en 1990.
Cinco semanas antes de la fecha pactada (1 de julio) entre las autoridades de ambas naciones, los últimos combatientes de la isla caribeña abandonaron Angola el 25 de mayo de 1991.
Detalló que por la Operación el 15 de noviembre de 1975 el actual presidente angoleño, José Eduardo dos Santos, en aquel momento canciller, rubricó el arreglo de formalizar esos nexos con el embajador cubano Oscar Oramas, solo a cuatro días de declarada la libertad en este país africano.
Esos históricos lazos de amistad, anudados desde la época de la esclavitud, se reordenaron y consolidaron un año después cuando ambas naciones firmaron el Acuerdo General de Colaboración y sobre esa base se constituyó la Comisión Bilateral Intergubernamental.
Por ese entendimiento se tuvo a los primeros grupos de angoleños y cubanos, iniciadores a partir de ese periodo de la campaña de alfabetización en Angola, donde el 85 por ciento de sus ciudadanos no sabía leer ni escribir.
Desde esa etapa, La Habana y Luanda ajustan, renuevan y establecen nuevos compromisos y protocolos sectoriales.
La preciada solidaridad de más de 300 mil internacionalistas cubanos durante casi 16 calendarios contribuyó a poner punto final al régimen segregacionista del apartheid en Sudáfrica y Namibia pudo declarar su emancipación en 1990.
Cinco semanas antes de la fecha pactada (1 de julio) entre las autoridades de ambas naciones, los últimos combatientes de la isla caribeña abandonaron Angola el 25 de mayo de 1991.