Mientras continúan las facciones de la resistencia en la Franja de Gaza lanzando sus misiles masivamente contra ciudades y asentamientos israelíes por segunda semana consecutiva, esto significa, con toda sencillez, un fracaso israelí y una victoria palestina, sobre todo si tenemos en cuenta que las dos dirigencias (israelíes) la militar y la política utilizan todos los medios para obtener cualquier logro militar con el fin de comercializarlo ante la opinión pública de su gente preocupada y aterrorizada, logrando con ello conseguir la excusa para salir de esta guerra de desgaste con el mínimo de perdidas, pero el liderazgo de la resistencia no les otorgó ni les otorgará la excusa, al dar a conocer todos los días la existencia de nuevo armamento y anunciar nuevas victorias junto con una gestión muy avanzada de la batalla.

Los funcionarios estadounidenses han acudido estos días en masa y de manera notable, buscando la forma de lograr un alto el fuego, lo cual significa que Israel está derrotada y que atraviesa un dilema existencial, y ellos quieren rescatarla; a los estadounidenses no les importa en absoluto el lado palestino, y no pretenden frenar las masacres cometidas contra niños y mujeres (más de 200 mártires, entre ellos 58 niños y 34 mujeres), sino frenar los misiles que siembran el terror en el corazón de más de seis millones de israelíes que duermen en los refugios por séptimo día consecutivo.  

Para que nadie nos acuse de ser exagerados, especialmente los escépticos y los que han normalizado sus relaciones con el ente ocupante, citamos lo que dijo (la señora) Sher Daniels, presidente de la Asociación de Ayuda Psicológica, en declaraciones televisadas: “vemos un aumento sin precedentes en el nivel de terror dentro de la sociedad israelí y hemos recibido seis mil solicitudes de ayuda y tratamiento procedentes de varias partes del país en pocos días”.

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Hasta ahora se han lanzado tres mil misiles contra objetivos y ciudades “israelíes” importantes, algo totalmente diferente de lo ocurrido en guerras anteriores, siendo estos misiles más poderosos ​​(en cuanto a sus cabezales explosivos), más precisos, y con una capacidad mayor para eludir las cúpulas de hierro y alcanzar sus objetivos a lo largo y ancho de la Palestina ocupada.

Esta Intifada de al Quds (Jerusalén) les ahorro a los estados del Golfo que firmaron los acuerdos de Abraham con “Israel” decenas de millardos de dólares porque estaban a punto de comprar decenas de cúpulas de hierro y sus respectivos misiles, después de que los sistemas de misiles estadounidenses Patriot fallaran en interceptar los misiles de la alianza  Hutíes – “Ansar Allah”, siendo estos víctimas  de las mentiras de Benjamín Netanyahu y sus generales quienes señalaron que estas cúpulas son las más eficaces y que son capaces de protegerlos.

El ejército israelí no ha logrado una sola victoria significativa en los primeros siete días de la guerra, con la excepción de matar a civiles inocentes, destruir varias torres residenciales, incluida la torre de al Jala´ la sede de los periodistas y el asesinato de uno o dos líderes de campo de Hamas y de la Yihad Islámica; no se atrevió a acercarse a los comandantes militares que dirigen la batalla desde las salas de operaciones conjuntas, y no ha logrado llegar a las plataformas de lanzamiento de misiles, sus fábricas u operadores, lo que sumó a su confusión, y lo impulso a atacar viviendas residenciales pertenecientes a algunos de los dirigentes palestinos, hecho que revela desesperación y se suma a la serie de fracasos y errores anteriores. 

Si el misil “al Ayyash 250”, que obligo el cierre del aeropuerto alternativo Ramón en el Negev unos momentos después de su apertura, fue una de las sorpresas más destacadas de la primera semana, entonces los submarinos y las ranas humanas podrían ser las sorpresa de la segunda semana, y quizás el ataque contra una plataforma de producción de gas frente a la ciudad de Ashdod en el Mediterráneo sea uno de los indicadores importantes en ese sentido.

La vida cotidiana en el estado ocupante se ha paralizado casi por completo, esto sugnifica asestar un golpe mortal a la economía israelí, que actualmente se tambalea bajo los efectos de la epidemia del virus  Corona y que aún no se ha recuperado de la misma, esto se traduce en la práctica, en el aumento de la tasa de migración opuesta de familias y de capitales judíos y occidentales hacia refugios seguros en occidente.

En la segunda intifada armada en 2001, noventa empresas de “alta tecnología” huyeron del “Silicon Valley” israelí hacia Londres y Nueva York, y la industria del turismo en el estado hebreo colapsó casi por completo, y los equipos de fútbol se negaron a jugar sus partidos en Tel Aviv a causa de la inseguridad; este escenario se repetirá en la etapa posterior al alto el fuego, si es que se alcanza, ya que cientos de miles han empacado sus maletas en preparación para la salida tan pronto como se abran los aeropuertos.

La amenaza de invadir la Franja de Gaza y volver a ocuparla fue una maniobra y una gran mentira, porque si esta invasión hubiera tenido lugar, sería el principio del fin para el ente ocupante israelí, porque entrar en la trampa de la Franja de Gaza fue y sigue siendo fácil, pero salir de ella, es más difícil y costoso; especialmente después de tener en posesión las facciones de la resistencia los misiles “Kornet” que humillaron al tanque “Merkava” y le impidieron ingresar al sector, además de cientos de miles de ametralladoras, así como misiles y aviones no tripulados.

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El cese el fuego no se producirá excepto en las condiciones que impondrá la resistencia y en el momento que lo decida, y todo lo que repiten los portavoces estadounidenses sobre el rechazo de la dirigencia israelí en cuanto a  sus esfuerzos en este sentido son mentiras y globos de ensayo; bajo la mesa mendingan un alto el fuego y ejercen grandes presiones sobre sus aliados en Egipto, Qatar y Jordania para que cooperen con ellos en ese expediente y a la prontitud posible con el fin de reducir la magnitud de las pérdidas, es decir, las pérdidas de “Israel” que oculta sus pérdidas humanas e impone una censura a los medios de comunicación, para evitar el colapso de su supuesto frente interno.

El pueblo palestino, junto con todos sus hermanos árabes y los extranjeros honrados, han esperado este momento desde hace largos y dolorosos años, durante los cuales este pueblo fue sometido a humillaciones, vejaciones y escepticismo, así como a las agresiones de todos los renegados  de la tierra, de aquellos que han normalizado sus relaciones y de parte de sus servicios de inteligencia dirigidos por asesores sionistas;  y he aquí ahora sus misiles y sus mártires cambiando las ecuaciones, elevando la causa palestina de nuevo para colocarla en un primer plano, exponiendo la realidad de “Israel” y derrotando a un ejército que se decía invicto  y lo que viene es mucho más grandioso y el futuro lo demostrará.