Violencia, represión y juicios sumarios… según dónde ocurran
Los medios de comunicación occidentales no cuestionaron entonces el procedimiento y jamás emplearon la palabra represión, sino que más bien aplaudieron la acción represiva frente a quienes nada reciben de una democracia y una justicia que los excluyen.
«Desde el lunes se juzga a los más de 1 100 detenidos por los disturbios…»
(…)
«A razón de unos 10 detenidos por hora, los jueces no dan abasto. Según uno de los abogados, entre las 11.30 del lunes y el mediodía de hoy ya habían desfilado por los juzgados un centenar de jóvenes. La afluencia es tal que varios furgones de la policía repletos de acusados hacen cola frente a los tribunales, que no disponen de espacio suficiente en los calabozos del edificio.»
Contrario a lo que el lector creyente de la gran prensa internacional pudiera pensar, lo anterior no son reportes sobre los juicios, intensa y muy críticamente cubiertos por medios occidentales, a personas involucradas en los disturbios ocurridos en Cuba los días 11 y 12 de julio del pasado año. Los he tomado de la cobertura de esa misma prensa a los hechos acaecidos en Londres y otras ciudades británicas en agosto de 2011.
Los hechos de 2011 en Gran Bretaña ocurrieron un domingo y ya el lunes se efectuaban los juicios, pero el medio de comunicación que he citado (El País) no los llamó “sumarios”, a pesar de decidir sobre los acusados al ritmo de “diez detenidos por hora”. Utilizando como prueba las grabaciones de cámaras de televisión instaladas en las calles y expresiones en las redes sociales, sólo bastaron seis minutos como promedio para condenar.
Los medios de comunicación occidentales no cuestionaron entonces el procedimiento y jamás emplearon la palabra represión, sino que más bien aplaudieron la acción represiva frente a quienes nada reciben de una democracia y una justicia que los excluyen.
Ninguna de las voces que, desde el gobierno estadounidense y algunas agencias internacionales, ahora se alzan contra Cuba por juzgar a personas acusadas de actuar de modo violento, protestaron cuando hace diez años los jóvenes de Londres, golpeados por el desempleo y la exclusión, eran procesados y condenados al ritmo de una fábrica de chorizos.
Hablando de jóvenes, no de 18 años, como cita ahora la prensa británica un caso en Cuba, si no de 11, 15, 16, la mitad de esos 1 100 procesados a paso de conga, según un titular de El País, eran menores. A diferencia de Cuba, en Gran Bretaña los niños mayores de 10 años pueden ser procesados con responsabilidad criminal en caso de que hayan cometido delitos como robo, incendios provocados y violencia, pero los buenos del diario madrileño lo escribían en positivo al introducir la palabra SOLO “En Reino Unido los menores entre los 10 y los 17 años solo pueden ser procesados con responsabilidad criminal en caso de que hayan cometido delitos como robo, incendios provocados y violencia”.
Por su parte, elmundo.es recogía algunos ejemplos de jóvenes involucrados en las protestas tomados de la prensa británica, no para condenar que se les reprimiera, sino para recomendar “control paterno sobre los jóvenes”, pasando de largo sobre la represión contra aquellos que convocaron a la protesta desde redes como Facebook y el uso por los represores de “pelotas de goma” (realmente balas de goma), a la vez que calificaba de “supuesta” la culpabilidad de la policía en la muerte que desató los disturbios, una policía que adelantándose a las recomendaciones por la COVID-19 sólo llamaba bonachonamente a “estar en casa”, nada parecido a un toque de queda. Llaman al control paterno, pero no hay un sólo padre o madre de los procesados entrevistado, cosa que sí puede hacer esa prensa cuando los juicios ocurren allende la mar oceana.
Vale la pena leer el despacho completo porque es una verdadera joya: cómo describir la represión sin verla por ninguna parte (las negritas son de elmundo.es):
“La Policía Metropolitana recomienda no salir de casa a los más jóvenes y, a través de un periódico local, ha hecho «un llamamiento a padres y responsables de jóvenes a trabajar en conjunto con la Policía para asegurarse de que estos últimos no se vean inmersos en el tipo de desorden que hemos visto».
“Los disturbios desencadenados por la muerte de Mark Duggan, provocada supuestamente por la policía local, ha llevado a prisión a un niño de 11 años, tal y como informa Skynews, por los altercados de la capital.
“La Policía de Strathclyde, en Glasgow (Escocia), ha detenido a un joven de 16 años de edad por enviar un mensaje de Facebook en el que presuntamente incitaba a cometer actos de desorden, informa la BBC. La Policía ha asegurado que va a vigilar muy cerca a las redes sociales y que adoptará lo que denomina «acción decisiva» para prevenir la violencia en el área de Strathclyde por parte de imitadores.
“Está previsto que el responsable del enlace a ‘Let’s start a riot in Glasgow’, que ya no se encuentra disponible en la mencionada red social, comparezca ante un tribunal mañana.
“En Folkestone, dentro del condado de Kent donde está la prestigiosa Universidad de Canterbury, dos jóvenes de 18 años han sido arrestados por difundir mensajes incendiarios a través de Facebook. Además, una chica de 16 años está siendo interrogada en Glasgow por el mismo motivo, según informa el rotativo inglés BBC.
“Por último, la policía de Essex ha detenido a un joven de 17 años, después de alentar a otras personas a través de Facebook a reunirse en el condado y participar en las revueltas.
“Robos, fuego y cargas policiales se han visto también en Manchester, donde 70 u 80 jóvenes se han enfrentado a la Policía. En West Bromwich están rompiendo las cristaleras. Mientras, en Londres, se preparan los 16000 agentes que Cameron ha destacado para la cuarta jornada. En el barrio de Islington, el diario Islington gazette recoge un aviso de la Policía: «Estar en casa».
“La razón, las pelotas de goma que sacarán esta noche contra el montante juvenil. Por eso, en el mismo escrito recomiendan un control paterno sobre los jóvenes, para alejarlos de la calle y que no se vean inmersos en los disturbios.”
Pero hablemos de Cuba. Informes de la prensa cubana posteriores al 11 de julio enumeraron una por una 44 tiendas asaltadas y saqueadas, que no fueron las únicas, información que ninguno de esos medios objetó porque les era útil para hablar de la extensión de las protestas.
También han circulado profusamente en las redes imágenes de varios automóviles policiales y civiles volcados y lanzamientos de cocteles molotov. Calculando de manera muy conservadora las personas involucradas en alguno de esos hechos, que sin dudas pueden calificarse de violentos en cualquier parte del mundo, serían varios cientos los participantes en ellos, pero para la prensa occidental todos los juzgados en Cuba por esos acontecimientos son manifestantes pacíficos (¡!).
Un poco de contexto, memoria y pensamiento lógico, por favor, señores que nos ilustran en ese periodismo que se dice libre y ese estado que se dice de derecho.