La descripción más suave que podemos decir sobre la sangrienta masacre cometida por aviones de la coalición saudí en la gobernación de Hodeidah en Yemen, que provocó la muerte de un gran de civiles -que ascienden a 70- la mayoría niños,  es que es un crimen de guerra organizado, y una espantosa escena sangrienta en la que Arabia Saudí sigue con sus crímenes contra civiles en Yemen durante más de seis años, con el fin de socavar la determinación del pueblo yemení, y practicar todo tipo de matanzas y asedio, con apoyo emiratí-israelí y estadounidense por un lado, y silencio y traición global, por el otro.

Al cometer esta masacre tan atroz en la gobernación de Hodeidah, y continuar sus violaciones de derechos humanos en Yemen, Arabia Saudita sigue sus crímenes y violaciones, de una manera sin precedentes. 

Mientras, todos los informes internacionales, que se emitieron con respecto a la agresión en curso de la coalición saudita contra el pueblo yemení, confirmaron que lo que está sucediendo son crímenes de guerra saudí-emiratíes que requieren rendición de cuentas, el más reciente de los cuales fue el informe emitido por las Naciones Unidas, el pasado mes de septiembre, en el que se confirmó la existencia de pruebas convincentes de que Arabia Saudí cometió crímenes de guerra contra yemeníes indefensos. Asimismo, el informe señaló que Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y el Consejo de Transición del Sur, respaldado por los Emiratos Árabes Unidos, tienen la responsabilidad de las violaciones masivas de derechos humanos en Yemen.

Tras todos estos crímenes, quizás surge una pregunta, ¿Quién tiene la responsabilidad de que la guerra en Yemen y esta cascada de derramamiento de sangre continúen? La respuesta correcta y la opinión correcta están de acuerdo con la misma lógica y de la pregunta: ¿Quién es responsable del continuo sufrimiento del pueblo palestino? y dado que "Israel" es el ocupante de Palestina, entonces tiene plena responsabilidad por el sufrimiento del pueblo palestino, y de igual manera, los países de la agresión saudita-emiratí son responsables de lo que está pasando en Yemen, y también son responsables del sufrimiento del pueblo yemení. Ellos son quienes comenzaron la agresión hace unos seis años y aún continúan con su agresión.

Los ataques saudíes contra Yemen, en esta forma brutal sin respetar los principios mínimos de protección civil, son crímenes de guerra según el derecho internacional, y son una clara reproducción de los atrocidades israelíes cometidos contra civiles palestinos durante todo el período del conflicto palestino-israelí, al cometer crímenes de guerra y genocidio.

Pero estos crimines, al mismo tiempo, son una expresión de bancarrota y una crisis de opciones, y del gran fracaso de Arabia Saudita para poner de rodillas al pueblo yemení, romper su voluntad o incluso socavar su determinación, tal como "Israel" no logró poner de rodillas al pueblo palestino durante más de setenta años de su ocupación a la tierra palestina.

Sin embargo, cuando los pueblos luchan por la libertad y la vida, la fealdad, el derramamiento de sangre y el asesinato no los asustarán, y sólo los acrecentarán con más firmeza y desafío, mientras las fuerzas de agresión brutal sólo traerán más vergüenza, desgracia e ignominia frente a los crímenes que han cometido contra la humanidad.

Las escenas de matanzas y asesinatos, que sufre el pueblo yemení a través de los aviones de la coalición saudí, reflejan los grados de locura e histeria en el derramamiento de sangre inocente en Yemen, así como la dependencia absoluta a la que han llegado los regímenes del Golfo, que son puras herramientas para Occidente y EE.UU., y trabajan para lograr todo lo que quieren EE.UU e "Israel".

Empezando con el pecado de la normalización hasta el patrocinio del terrorismo con dinero en Siria e Iraq, entonces el negro historial de derramamiento de sangre de civiles inocentes en Yemen cometido por los países del golfo va en aumento. Por lo tanto, solos ellos tienen la responsabilidad de la continuación de la guerra en curso, de acuerdo con los objetivos de Estados Unidos, el patrocinador número uno del terrorismo en el mundo.

Los regímenes del Golfo, a través de su liderazgo representado por la coalición saudí, están liderando un proyecto perdido en su lealtad a "Israel", Estados Unidos y Gran Bretaña y, para complacerlos, continúan manipulando y perpetuando la región. Mientras estos crímenes no se pueden perdonar con el paso de tiempo, y ante los escenarios del genocidio contra civiles inocentes en Yemen, se ha vuelto imperativa la necesidad de poner fin a todos los crímenes saudíes contra los yemeníes, y activar los informes internacionales emitidos por organismos internacionales e instituciones de derechos humanos sobre la aplicación de la justicia y la equidad, por lo tanto, poner en práctica el contenido de estos informes en los tribunales internacionales, garantiza juzgar a los líderes de la coalición saudita como criminales de guerra.

El estado de silencio total, a nivel árabe e internacional, sobre los horribles crímenes de la coalición saudita, contra niños y mujeres, es en sí mismo una complicidad en el crimen y una afirmación de que todas las partes, incluidas las instituciones que defienden los derechos humanos y los inocentes, carecen de todo significado de humanidad, y que la escena en Yemen ya no puede ser silenciada, y que estas crímines solo conducirían a más respuestas militares, en defensa propia y en represalia por la sangre de inocentes de niños en Hodeidah y otras gobernaciones yemeníes, debido a la continuación de la brutal agresión saudí.

Los crímenes de la coalición saudí-emiratí en la gobernación de Hodeidah en Yemen coinciden, en términos de tiempo y objetivos, con el regreso de la amenaza estadounidense, por parte de la administración del presidente estadounidense Joe Biden, de describir el movimiento Ansar Allah como una “organización terrorista”. Esto confirma el estado de coherencia del Golfo por parte de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos con los objetivos estadounidenses hacia lo que está sucediendo en Yemen.

Yemen es un país que sufre agresión y tiene derecho a defenderse por todos los medios. Este es un derecho garantizado por todas las leyes internacionales, y, al hacerlo, los yemenitas están apoyando al derecho humanitario. El agresor es Arabia Saudita y su alianza respaldada por Estados Unidos y los sionistas en la región, y Arabia Saudita no tiene derecho a interferir con esta arrogancia en los asuntos yemeníes, y seguir sus agresiones militares, aéreos y terrestre, para asegurar los intereses y proyectos de “Israel”, mediante el control de Bab al-Mandab.

Si Arabia Saudí busca una salida del conflicto, la única salida que tiene es someterse a la iniciativa lanzada por el líder del movimiento Ansar Allah, Abdul-Malik Al-Houthi, de detener la agresión militar contra el pueblo yemení de inmediato, la retirada de todas las fuerzas saudíes y emiratíes de Yemen y el levantamiento del asedio a sus gobernaciones.

El pueblo yemení, permanecerá fuerte con la fuerza y la justicia de su causa. Mientras, su firmeza frente a la agresión saudí-emiratí, en sí misma, se considera una victoria. Él rechaza la injerencia externa en los asuntos internos de Yemen, cualquiera que sea su forma y objetivo, y rechaza todos los proyectos liderados por países de normalización al servicio de “Israel” y EE.UU. en la región.

Viva Yemen, libre, e inquebrantable. Muerte a Estados Unidos, a "Israel" y a todas las fuerzas de la coalición saudí, que aceptaron ser una herramienta barata para lograr los objetivos estadounidenses e israelíes.