Moscú y su visión de una solución política en Siria
Rusia está tratando de impulsar una solución política en Siria, basada en los hechos del cambiante equilibrio de poder global.
"Hay principios que se han acordado, como la integridad territorial y la soberanía de Siria y, por lo tanto, los sirios son los únicos que tienen que determinar el futuro de su país, no el extranjero. Por otro lado, están lo del arreglo político y los problemas humanitarios, sociales y económicos. ".
A pesar de que los acontecimientos del conflicto en Ucrania está ocupando el primer plano de la escena mediática mundial, el expediente del conflicto sirio sigue presente en la agenda administración rusa, y ha sido tratado con mucha fuerza tras la reunión con Mikhail Bogdanov, quien fue encargado por Rusia como enviado del presidente de ese país para los expedientes de Medio Oriente y África, para reafirmar la capacidad de Moscú para seguir todos los archivos del conflicto con Washington, en la mayoría de los escenarios, comenzando con la declaración de la asociación estratégica con China, pasando por Ucrania y Siria, y sin terminar en Venezuela, que se considera como parte de patio trasero de EE.UU.
Desde este punto de vista, Moscú busca impulsar una solución política en Siria, basada en los acontecimiento del cambio en el equilibrio de poder global, ya que las políticas estadounidenses pretenden detener el surgimiento de países hostiles a su hegemonía y mantener su existencia como la única fuerza polar en el mundo, y en varios intentos, Rusia no ha escatimado esfuerzos por arreglar el interior sirio de acuerdo con sus percepciones del conflicto internacional y de acuerdo con sus intereses como superpotencia en el mismo.
Moscú ve el expediente sirio a partir de los acontecimientos básicos sobre el terreno, ya que un tercio de las tierras sirias están controladas por las ocupaciones estadounidense, turca e israelí y las repercusiones del mismo en la solución política siria, especialmente porque Moscú tiene profundos lazos de interés con Turquía e "Israel", y con EE.UU tiene relaciones conflictivas que no están exentas de intentos de trabajar en la búsqueda de una manera de entendimiento y separación de expedientes, hasta que haya reconocido la nueva realidad sistema internacional que está por nacer.
Aunque Moscú considera a Damasco como el poseedor legítimo y reconocido internacionalmente, la trata tomando en cuenta que es imposible que retrocede a la vida como era antes de 2011, y que el asunto debe abordarse de manera realista que concuerde con lo que trajo esta guerra, especialmente después de que Siria perdió sus recursos económicos básicos, incluidos el petróleo, el gas y la canasta de alimentos y las continuos peligros que amenazan su seguridad, aunque estos ya son menos, además de la división de la sociedad iria sobre la visión del futuro político del país que refleja las vastas influencias regionales e internacionales.
La gran prioridad política de Moscú en Siria es los kurdos, a quienes considera que están tomando fuerza gracias a la protección de Washington, y Rusia trabaja en este expediente interno por varias consideraciones, la más importante de las cuales es eliminar la presencia de fuerzas estadounidenses en la zona bajo el pretexto de combatir el terrorismo, es decir, si puede atraer a los Kurdos para realizar un entendimiento con Damasco, derribará los muros que protegen a los estadounidenses lo que los obligará a acelerar su retirada militar como tropas ilegales y ocupantes, además de devolver los seguidores del líder kurdo, Abdullah Öcalan, al contexto de la antigua relación con Moscú, bajo diferentes términos y condiciones, algo si logra hacerlo, dejará caer la carta más valiosa para los estadounidenses, lo que se reflejará positivamente en Damasco al mitigar los efectos de las asfixiantes sanciones impuesta a ella por EE.UU.
De ahí la importancia de las declaraciones de Bogdanov de que el Consejo Democrático Sirio debería participar en las negociaciones, "apoyamos la participación de representantes de la población kurda también en el proceso político", lo que es un llamado condicional a poner fin a la apuesta de Washington, que no puede ser un mediador entre los Kurdos y Damasco, por el contrario.
Después del tema Kurdo, las plataformas de Moscú, El Cairo y Riad ocupan segundo puesto en importancia, y si Moscú es capaz de encontrar un consenso político entre estas plataformas y Damasco, allanará el camino para el regreso de Siria al marco de la Liga Árabe, que asumirá la responsabilidad de pagar los gastos de reconstrucción y el flujo de grandes inversiones, de las cuales se beneficiarán las empresas rusas, proporcionar un entorno árabe seguro para el seguimiento de Siria como Estado, y empujar a Turquía a recalcular en Siria, ya que Estambul está trabajando arduamente para frustrar el regreso sirio al marco árabe, por temor a que Erdogan se vea obligado a retirarse de las grandes áreas que ocupaba en el norte de Siria.
Cómo tratar al régimen turco sigue siendo el más difícil, ya que tiene la mayor influencia después de su ocupación del 10 % del territorio sirio, su apoyo a los grupos extremistas en diversas formas, la presencia de 3,2 millones de sirios entre residentes y refugiados en el país, además de la importantísima posición geopolítica de Estambul en los equilibrios internacionales entre Moscú y Washington, y su control sobre las orientaciones de más de cuatro millones de sirios en Idlib y el norte de Siria, lo que le hace tratar con Moscú desde una posición de igual a igual, en su intento de imponer su visión política de solución, algo que le ayudará a controlar las decisiones futuras de Damasco.
De aquí vienen los intentos rusos de impulsar a los sirios a un diálogo interno, responsabilizarlos de salir de su gran catástrofe y trazar el futuro político y económico de su país, porque así están impiden pretextos para la injerencia externa.
El asunto es muy complicado, y es posible que Moscú no pueda lograr esta solución en un futuro cercano, ya que la escena siria no está aislada del resto de las internacionales de conflicto, y puede ser la última área antes de determinar el hecho del nuevo orden internacional, y los sirios están divididos entre ellos mismos dentro de las polarizaciones internacionales y regionales, por el momento, solo pueden continuar en un estado de división destructiva.