El hecho más importante del pasado sábado 18, en nuestra opinión, fue que un grupo de guardias y organizadores, momentos antes de la apertura de la cumbre de la Unión Africana en Addis Abeba, expulsó a la diplomática israelí, Sharon Barley, subdirectora de Asuntos africanos del ministerio de Exteriores, desde la sala en la que intentó ingresar, acompañándola hasta la puerta exterior y retirándole el carné que la acreditaba como miembro observador, un carné que había sido obtenido de manera ilegal.  

No hay lugar para el estado racista, fascista y ocupante entre los países africanos y sus líderes honestos; un estado terrorista que fue el mayor aliado del régimen del apartheid en el continente, proporcionándole dinero y tecnología nuclear, un estado que comete masacres a diario contra el pueblo palestino, ocupa su territorio, saquea sus riquezas y asesina a los niños sin piedad, con toda impunidad, vanagloriándose de ello, y comete sus crímenes protegido por el autodenominado mundo libre y democrático liderado por el terrorismo estadounidense. 

El Ministerio de Exteriores de “Israel”, empezó a darse golpes de pecho por lo sucedido, sin encontrar un solo africano que lo consolara en su aflicción, y acusó a Argelia y Sudáfrica de estar detrás de esta degradante y humillante expulsión, pero sin percatarse de que esta acusación honra a Argelia, el país del millón de mártires, y a Sudáfrica, heredera del legado del inmortal líder Nelson Mandela, y la mayoría, si no todos, los pueblos africanos. 

El país ocupante, en pleno apogeo de la hegemonía estadounidense y del servilismo árabe oficial, obtuvo en agosto de 2021 el estatus de miembro observador de la Unión Africana por decisión de su presidente, Moussa Faki Mahamat. Lamentablemente, esta decisión fue tomada sin consultar a los estados miembros, pero la airada reacción de Argelia y Sudáfrica logró que se congelara esta decisión, e impulsó la adopción de una decisión unánime de parte de la Unión al respecto, formando un comité integrado por siete presidentes para convertir la suspensión en expulsión definitiva.

La secretaría general de la Unión Africana retiró una invitación que había sido dirigida al gobierno de “Israel”, y pidió que no se enviara ningún delegado a la Cumbre, pero como de costumbre, es decir, el gobierno de “Israel”, hizo caso omiso a esta solicitud, y envió a Addis Abeba a su mencionada delegada para colarse en la sala de la reunión; damos gracias a Dios por haberlo hecho, para que se convierta este ingreso ilegal en un escándalo político a nivel mundial. 

La expulsión de “Israel” y la anulación de su condición de miembro observador de la Unión Africana encabezan los temas de la agenda de esta cumbre, en la que participan treinta y seis presidentes y cuatro jefes de gobierno, y todos afirman que esto sucedió gracias a los esfuerzos de los presidentes de Argelia y de Sudáfrica y al apoyo de todos los lideres participantes, incluido el señor Azali Assoumani, presidente de la Unión de las Comoras, presidente pro tempore de la actual Cumbre, y líderes y representantes de Egipto, Túnez, Libia y Mauritania, además de las Comoras, Somalia y Djibouti.

La luna de miel israelí en el continente africano fue mucho más corta de lo esperado por sus dirigentes, sus simpatizantes en Europa y Estados Unidos, e incluso por algunas de las capitales árabes que habían normalizado sus relaciones, firmando con el ente ocupante el fraudulento y tóxico acuerdo de “Paz de Abraham”. 

El continente africano recupera su fortaleza y su ​​estatus, y antepone los valores de la justicia y los intereses nacionales de sus pueblos a cualquier otra consideración, y he aquí que se esfuerza por emitir su propia moneda, el dinar de oro, en un intento para liberar su economía de la dependencia occidental, así como fortalece sus alianzas con los polos del nuevo sistema financiero y de seguridad internacional liderado por China y Rusia, y eso se logra gracias a su nuevo liderazgo nacionalista. 

Decimos gracias desde el fondo del corazón a nuestro pueblo de Argelia, a su liderazgo y a su ministro de Exteriores, que jugaron un papel fundamental en cerrar las puertas del continente africano ante esta maliciosa infiltración sionista, y también damos las gracias a los hermanos en Sudáfrica que preservaron el legado de su líder y líder de todo el Tercer Mundo, Nelson Mandela, y se mantuvieron siempre firmes en las trincheras de la justa causa palestina, sin abandonar nunca este pacto, a pesar de las grandes presiones y tentaciones. 

En este momento difícil en el que se agravan las masacres israelíes, las operaciones de asentamiento, la judaización de la riqueza, los esquemas de expulsión y deportación de palestinos, África se colca del lado de Palestina, de su causa y de los derechos sagrados de su pueblo. Gen racias a sus pueblos hermanos y su liderazgo nacionalista, tenemos plena confianza que, a causa de estas posturas que honran a los pueblos, logrará una posición como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, y ocupara un lugar destacado en el mapa de las potencias más importantes del mundo. La marcha ha comenzado hacia la meta anhelada y no se detendrá… y los días confirmarán nuestra visión.