BRICS: Un nuevo orden se abre paso
El artículo exclusivo para Al Mayadeen Español aborda la más reciente Cumbre de los BRICS y su clara demostración del rumbo que se va imponiendo en el orden mundial.
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BRICS: Un nuevo orden se abre paso
Concluyó en Johannesburgo, Sudáfrica, la décimo quinta reunión cumbre de los países que integran el BRICS, es decir, la organización que une en torno a un proyecto de integración comercial a un grupo de economías emergentes denominado por sus siglas, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Si bien esta descripción es exacta, podría pensarse que estamos ante otro de los muchos proyectos de cooperación sur-sur que hemos conocido a lo largo de los años y con variable fortuna.
Pero si tenemos en cuenta el tamaño de las economías asociadas, las dimensiones de los países implicados (42 por ciento de la población mundial) y su peso geopolítico en el momento actual, tendremos que hacer un análisis diferente.
El investigador e historiador Vijay Prashad, director del Instituto Tricontinental, nos describe el momento en que se efectuó esta Cumbre:
“Las decisiones de Moscú y Pekín de responder a las escaladas de agresión en la Nueva Guerra Fría por parte de Washington y Bruselas; el regreso de Luis Inácio Lula da Silva a la presidencia de Brasil en 2022 y el consiguiente nombramiento de Dilma Rousseff a la presidencia del Nuevo Banco de Desarrollo (una de las más importantes creaciones del BRICS); y el relativo distanciamiento, en distintos grados, de India y Sudáfrica de las potencias occidentales han dado lugar a una “tormenta perfecta” que parece haber reconstruido un sentimiento de unidad política en los BRICS (a pesar de las tensiones no resueltas entre India y China)”.
Si además tenemos en cuenta que el Producto Interno Bruto (PIB) de los países participantes representa casi la tercera parte de este índice en todo el mundo, y que el comercio entre ellos llega a cifras de consideración (Brasil y China, 150 mil millones de dólares el pasado año,
147 mil millones entre Rusia y China, según cifras que aporta Prasad), tendremos una perspectiva más exacta de la importancia mundial de esta organización.
La Cumbre de los BRICS ha sido además la más reciente y más clara demostración del rumbo que se va imponiendo en el orden mundial. Una constatación de que, como afirmaba el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, “el periodo posterior a la Guerra Fría ha terminado. Se está produciendo una transición hacia un nuevo orden mundial”.
En los BRICS se está formalizando una unión en torno al respeto a la paz, al rechazo a las sanciones económicas indiscriminadas e intimidatorias y por supuesto a las presiones militares de unos países sobre otros, al intercambio económico mutuo, por cauces que escapen a la prevalencia de los patrones monetarios impuestos por un ente regulador extraño, es decir, por quienes deciden el valor de una única moneda de intercambio, el dólar estadounidense.
Un breve examen a sus resultados principales, recogidos en su resolución final, nos ratifican este nuevo rumbo.
- La organización debió analizar las numerosas solicitudes de incorporación de nuevos miembros que, por razones obvias, se admiten muy rigurosamente. Demostrando su amplio perfil incluso cultural, en esta ocasión se incorporaron al grupo inicial Argentina, Irán, Arabia Saudita, Etiopía, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos. Su incorporación se hará efectiva el primero de enero del 2024.
La diversidad de los nuevos miembros ratifica además la observación del presidente chino Xi Jing Ping cuando afirmó ante la reunión: "Hay muchas civilizaciones y formas de desarrollo en el mundo y así es como el mundo debe ser, la historia no terminará con un sistema o una civilización en particular prevaleciendo sobre las demás".
Lo que choca de frente con el conocido intento de Occidente (me refiero a Estados Unidos, sus aliados atlantistas y sus socios –con asteriscos *orientales-, Japón y Corea del Sur) de imponer sus modelos civilizatorios hegemónicos, con la ayuda de su poderoso sistema mediático.
- El tema monetario ocupó, como ha sido desde los primeros momentos, un lugar destacado en la reunión.
"Subrayamos la importancia de promover el uso de las monedas nacionales en el comercio internacional y en las transacciones financieras, tanto dentro de los BRICS como con los socios comerciales [del grupo]", subraya la declaración final.
Este es un asunto mayor. Se trata de un empeño por sustituir al dólar que tensará también las relaciones con Estados Unidos. Será un proceso complejo y largo, pero de recuperación de la soberanía monetaria y de enfrentamiento a otro instrumento hegemónico occidental.
- Continuando con sus pronunciamientos económicos, el documento expresa: “Reafirmamos nuestro compromiso de fortalecer la cooperación en la agricultura y el desarrollo de la agricultura sostenible de los países BRICS para mejorar la seguridad alimentaria tanto dentro de los BRICS como en todo el mundo",
Lo que supone “profundizar la cooperación económica y trabajar en una recuperación económica sostenible, equilibrada y global. Así como una cooperación mayor para fortalecer las cadenas de suministro y estimular ventas y flujos de inversión”.
- Quizás uno de sus pronunciamientos más firmes, reflejo de las intervenciones de los líderes participantes, se refiere al uso indiscriminado de sanciones y medidas coercitivas de unos estados sobre otros. Esto es claro en los casos de Rusia y China, sobre las que pende un rosario de estas medidas punitivas por parte de Estados Unidos y sus aliados.
El consenso aquí fue claro: "Expresamos la preocupación por el uso de medidas unilaterales coercitivas que son incompatibles con la Carta de la ONU y provocan consecuencias negativas, en particular en los países en desarrollo", dice la resolución, resumiendo un debate que fue claro y enérgico, promotor de una ética en las relaciones políticas y económicas mutuas ajena a estos instrumentos coercitivos.
- Sobre la crisis ucraniana, el documento recoge el consenso entre los participantes, con posiciones proclives al diálogo: "Reiteramos nuestras posiciones nacionales con respecto al conflicto en Ucrania y en torno a ella, expresadas en foros pertinentes, incluidos el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU. Destacamos con agradecimiento las ofertas de mediación y de buenos oficios correspondientes, encaminadas a una solución pacífica del conflicto por medio del diálogo y la diplomacia”.
El documento se pronuncia sobre muchos otros puntos de la agenda mundial, económica y política, como el deterioro de la situación en Haití, la sostenibilidad de sistemas energéticos, el golpe de Estado en Níger o la solución pacífica al problema nuclear iraní.
Por último, el regreso del presidente brasileño Lula, fundador e impulsor del BRICS, ha sido una señal para retomar con fuerza una de sus propuestas más importantes: la reanimación del Nuevo Banco de desarrollo, implicado en las políticas de independencia monetarias, y del
Acuerdo de Reservas Contingentes, con cien mil millones de dólares en fondos para ayudar a los países que tienen escasez en sus reservas internacionales y se enfrentan a presiones de pagos o de liquidez a corto plazo.
De cualquier manera, el balance de esta reunión se hará el año próximo, en la siguiente convocatoria al nivel presidencial en Kazán, Rusia. Por eso la presencia vía telemática de Vladimir Putin fue uno de los hechos más resonantes de la Cumbre sudafricana.
No hace falta destacar la importancia de que el líder ruso haya participado incluso en los foros que se desarrollaron paralelamente a la reunión central. Y que su discurso haya puesto en evidencia hasta dónde pueden llegar los intentos de expansión incluso militar de Occidente, que están en el origen del conflicto ucraniano.
Acosada, en medio de una guerra provocada por el intento atlantista de cercarla y golpeada su economía por un vasto surtido de sanciones económicas, Rusia ha reorientado esfuerzos y mercados hacia muchos de los países representados en la reunión de Johannesburgo. Una prueba evidente de la justeza del otro orden mundial que se abre paso.
Sus palabras en el foro empresarial fueron definitorias:
“Todos estamos unánimemente a favor de la formación de un orden mundial multipolar que sea verdaderamente justo y se base en el derecho internacional respetando los principios clave de la Carta de la ONU, incluido el derecho soberano y el respeto al derecho de cada nación a su propio modelo de desarrollo.”
Ha sido un evento alentador, del que ha resultado el fortalecimiento de una organización ciertamente compleja para su funcionamiento, y en la que la conformación de consensos no escapará a dificultades por la diversidad de sus integrantes. Pero así es el mundo, y las causas comunes, tendientes a la satisfacción de las necesidades de los pueblos, tanto económicas como sociales y espirituales, deben primar sobre las diferencias.
Es un nuevo y oportuno camino, el de un nuevo ordenamiento mundial justo, pacífico e igualitario.
Nota final: no puedo concluir estas breves apreciaciones sin destacar el casi silencio con que los grandes medios occidentales la asumieron. Algún análisis en diarios principales, dedicados a destacar las dificultades para que una entidad como los BRICS pudiera funcionar. Y un único titular presente en todos los medios: Putin no podría participar físicamente por la condena del tribunal de La Haya que pende sobre sus movimientos internacionales. Y nada más.