Apagón en España ¿Una advertencia desde los poderes imperiales?
La autora señala en su artículo que, "No obstante las razones del blackout eléctrico, y aunque no tengamos pruebas materiales de ello, pueden estar inmersas en la estrecha relación que fortalece el gobierno de Pedro Sánchez con la China de Xi Jinping.
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Apagón en España ¿Una advertencia desde los poderes imperiales?
El apagón en España ocurrido este 28 de abril tomó por sorpresa al mundo entero, a raíz de ello han comenzado a surgir una serie de teorías conspirativas asociadas inclusive, con la reciente muerte del Papa Francisco, creando terror no solo en la península ibérica, sino en gran parte de la población europea.
No obstante las razones del blackout eléctrico, aunque no tengamos pruebas materiales de ello, pueden estar inmersas en la estrecha relación que está fortaleciendo el gobierno de Pedro Sánchez con la China de Xi Jinping.
Advertencia norteamericana a los europeos
Poco antes del 10 de abril de 2025, fecha en la que el jefe del gobierno español Pedro Sánchez, aterrizó en Beijing, con el objetivo de impulsar el comercio con China, atraer inversiones al país y posicionar a Madrid como el principal interlocutor de la Unión Europea con el gigante asiático; el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, lanzó un claro mensaje a todos aquellos países, que estuvieran pensando en aliarse o acercarse al dragón: “si lo hacen, se cortaran ellos mismos el cuello”.
La advertencia de Bessent fue enfática, agregando que “cualquier amigo de nuestro enemigo se convertirá en nuestro enemigo”.
En un contexto así, la mayoría de los gobiernos europeos han optado por mantener un perfil muy bajo ante Donald Trump y sus decisiones comerciales. Lo cual reafirma la pérdida de la total autonomía de los países del viejo continente ante las decisiones de la Casa Blanca y por lo tanto de una posición relevante e independiente a nivel internacional.
La advertencia comercial desde el norte imperial fue reafirmada por algunos periódicos españoles en los que se afirmaba que Madrid, la cuarta economía de la eurozona, está en la mira de la Administración Trump. Pero Washington no solo está molesto con España por el acercamiento con la China, sino también por la afirmación de Sánchez de que Madrid solo alcanzará en gasto militar el dos por ciento del PIB, partiendo del 1,28 por ciento actual, antes de 2029, contrariando las solicitudes de Trump de efectuar un aumento drástico del gasto en defensa que se deberá concretar sin excusas en la Cumbre de la OTAN prevista para el 24 de junio en La Haya.
Aranceles que no intimidan y cambio de mercado
Es bien conocida la guerra comercial que está llevando a cabo los Estados Unidos contra China, con la imposición de aranceles por el orden del 145 por ciento, no obstante y pese a ello, desde Beijing afirman que cumplirán para fin de año con la meta estipulada de un crecimiento económico del cinco por ciento.
En este punto hay que entrar en la mentalidad norteamericana, bajo la cual continúan pensando que son los dueños del mundo y cuyas pretensiones se encaminan a sostener que China tiene un modelo económico desequilibrado, basado en la sobreproducción y la comercialización masiva de productos baratos.
La lógica económica es que si los Estados Unidos cierran las puertas con sus aranceles al comercio chino, estos últimos buscaran nuevos destinos o fortalecerán viejos mercados, siendo Europa uno de los candidatos para sustituir el mercado norteamericano.
Sin embargo, el delirio imperial lleva al secretario del Tesoro estadounidense, Bessent, a afirmar que China debe reequilibrar su economía apostando por un mayor consumo interno, mientras que Estados Unidos promueve la reindustrialización. Es decir la imposición de un reequilibrio mutuo, colocando a Beijing como una colonia de Washington, que debe esperar, e inclusive ayudar a los Estados Unidos, en su reactivación del aparato productivo que ellos mismos durante años han desmantelado.
Mundo multipolar en crecimiento
China y Estados Unidos están destinados a la guerra, ya que la primera, es una nación en ascenso que está llamada a quitar el papel geopolítico preponderante a Washington, que está en progresivo declive. Por ahora ha iniciado una guerra comercial porque Beijing está alcanzando la cima de su poder en este ámbito.
Sin embargo, hay que ver de cerca también que China tiene a nivel interno varios factores en contra, el boom demográfico ha empezado a mermar con un rápido envejecimiento de la población y baja natalidad, mientras que las reformas de mercado están dando paso a una recentralización de la economía, aunada a la amenaza que pesa sobre algunas empresas tecnológicas innovadoras y la lucha por controlar la deuda.
Pero todo nos indica que el mundo que está naciendo no será bipolar, sino multipolar, con varios centros de poder con sus fortalezas y sus dificultades y ciertamente no gobernados por una bota imperial.