Sobre el genocidio y otras verdades
El colonialismo y el genocidio son las armas del proyecto sionista y están a la vista de todos.
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Sobre el genocidio y otras verdades
En 1948, apenas tres años después de que el mundo emergiera del horror de la II Guerra Mundial, la muy joven Organización de Naciones Unidas, compuesta en ese momento por 51 países solamente, aprobó la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio. Este documento buscaba definir con claridad lo que la comunidad internacional habría de entender como genocidio y evitar que se repitiera de nuevo en la historia humana el horror de los campos de concentración nazis y el asesinato sistemático de poblaciones enteras, como los judíos o los eslavos.
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Dicha Convención, en su artículo II especifica que se entiende por genocidio cualquiera de los siguientes actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso: matar miembros del grupo; causar graves daños físicos o mentales a los miembros del grupo; someter intencionadamente al grupo a condiciones de vida destinadas a causar su destrucción física, total o parcial; imponer medidas destinadas a impedir el nacimiento de niños dentro del grupo y trasladar por la fuerza a niños del grupo a otro grupo. Y en virtud del artículo III de la Convención, los siguientes actos merecen castigo: genocidio; conspiración para cometer genocidio; incitación directa y pública a cometer genocidio; tentativa de genocidio y participación en genocidio.
La precedente enumeración no es ociosa. Sirve para apuntar que, en lo referente al Derecho Internacional Humanitario, existe una definición clara de qué considerar un genocidio. No hay margen de duda ni espacio para interpretaciones. Surge entonces la pregunta ¿hay dudas de que “Israel” comete un genocidio contra el pueblo palestino en Gaza?
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En 22 meses de conflicto, “Israel” ha asesinado, según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 60 mil palestinos. Entre las víctimas figuran 18 mil 592 niños, 9 mil 782 mujeres y 4 mil 412 ancianos, lo que representa un 55% del total. Solo este 31 de julio, fueron asesinados 86 palestinos mientras se dirigían a buscar ayuda humanitaria. Actualmente unos 2,2 millones de personas sobreviven hacinadas en apenas el 12 por ciento de la superficie del enclave, según datos de DW. De ellas 470 mil están en riesgo de padecer hambruna o ya la están padeciendo efectivamente. Unos 71 mil niños menores de cinco años padecen desnutrición aguda, lo cual pone en serio peligro sus vidas. Esta situación ya ha generado más de un centenar de muertes por hambre, lo que puede agravarse por la falta crónica de alimentos en el enclave.
La devastación israelí ha reducido a niveles mínimos cualquier tipo de infraestructura. Solo 18 de los 36 hospitales existentes en el enclave están parcialmente operativos, con una falta crítica de medicamentos y atendidos por un personal de salud golpeado por el hambre y que ha sido sistemáticamente perseguido y asesinado por el ejército sionista. De 163 centros de atención primaria solo 63 permanecen operativos.
A esto se suman las numerosas declaraciones e imágenes públicas de figuras gubernamentales y miembros del ejército sionista declarando el exterminio de la población gazatí como un fin deseado de las operaciones en curso. Quizás uno de los síntomas morales más claros de un importante sector de la sociedad israelí lo constituya una nueva modalidad de turismo que ha ido ganando popularidad entre los colonos sionistas: excursiones y cruceros para ver la devastación en Gaza.
La empresa GoGuided, por ejemplo, es una de las que ofrece esta macabra modalidad de “turismo”. En su web vemos que una excursión por diferentes puntos del enclave devastado puede costar en el entorno de los 160 shekels israelíes, que al cambio actual equivale a unos 47 dólares norteamericanos. En la información de la excursión se aclara que durante el recorrido: “(…) hablaremos sobre ambos lados de la frontera, cómo se fundó Hamas y qué causó su ascenso, el Islam en general, detalles importantes sobre los puntos fronterizos y asentamientos, operaciones en el panteón de las FDI a lo largo de las generaciones, historias de muchos héroes y sobrevivientes para levantar la moral, el legado de la Batalla de Black Sabbath - por donde entraron las fuerzas del mal, décadas de terror desde Gaza contra agricultores y colonos que buscan la paz, asentamientos a lo largo de la valla contra asentamientos de Gaza - tanto como sea posible, muchas preguntas y respuestas”.
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A pesar de lo apuntado, que es solo una fracción de una realidad mucho más terrible, todavía en la comunidad internacional existe renuencia a la hora de calificar lo que está ocurriendo en Gaza como un genocidio. El medio TRT en Español publicaba recientemente un resumen de qué países reconocen que Israel está cometiendo genocidio en Gaza. La lista es pasmosamente corta. En América Latina solo Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Nicaragua y Venezuela. En Europa es aún más breve el recuento. Solo Irlanda, Eslovenia, Türkiye y España. En Oriente Medio Arabia Saudita, Irán, Iraq, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Palestina, Qatar, Siria y Yemen. En Asia Afganistán, Bangladesh, Indonesia, Kirguistán, Malasia, Maldivas y Pakistán. Y en África Argelia, Comoras, Namibia, Sudáfrica, Túnez, Yibuti y Libia. Apenas una treintena de países, de los casi doscientos que componen la llamada “comunidad internacional” y, convendría apuntar, muchos de estos países apenas lo han reconocido recientemente y siguen teniendo actitudes bastante ambiguas en lo tocante a su relación con “Israel”.
Cuando el futuro venga a exigirnos cuentas por el horror que toleramos en el presente, no podremos negar que conocíamos lo que pasaba. El horror de Gaza se despliega en las noticias, en las redes sociales, en plataformas informativas. El moderno Auschwitz está siendo transmitido en vivo, con la mejor calidad, grabado muchas veces por sus propias perpetradores y no pasa nada. Hace pocas horas un colono asesinaba a uno de los realizadores del oscarizado documental palestino No other land y la noticia apenas ocupaba algún que otro titular. El horror no es exclusivo de Gaza, es también contra Cisjordania y, en última instancia, contra cualquier palestino que defienda y sostenga su derecho a tener un estado propio y existir como ser humano. El colonialismo y el genocidio son las armas del proyecto sionista y están a la vista de todos.