La Intifada viene, asegura embajador palestino en Cuba
En 1948, tras la proclamación del Estado de (Israel), cientos de miles de palestinos amenazados de muerte por bandas paramilitares sionistas fueron empujados a la diáspora; en 1967, tras la guerra de los seis días, provocada por el Ejército de Tel Aviv en el golfo de Akaba, otro mar humano fue expulsado de sus casas y sus tierras ancestrales.
(Israel) y Donald Trump se proponen destruir nuestro sueño de un estado propio y acabar con nuestros derechos, aseguró el embajador de Palestina en Cuba, Akram Samhan, en entrevista exclusiva con Prensa Latina.
En 1948, tras la proclamación del Estado de (Israel), cientos de miles de palestinos amenazados de muerte por bandas paramilitares sionistas fueron empujados a la diáspora; en 1967, tras la guerra de los seis días, provocada por el Ejército de Tel Aviv en el golfo de Akaba, otro mar humano fue expulsado de sus casas y sus tierras ancestrales.
A ambos despojos masivos los palestinos los llaman la Nakba, término árabe que significa catástrofe, desastre.
Para este miércoles estaba programada la imposición de lo que el mandatario estadounidense, Donald Trump, llama oferta del siglo, y los palestinos califican de estafa, que, en una primera fase, anexaría a Israel el 30 por ciento de la Cisjordania y el Valle del Jordán, el granero de Palestina.
La lucha entre los palestinos e (Israel) ha sido siempre por la tierra, recuerda el diplomático que hace 12 años representa a su país en Cuba.
Añade que esa zona, además, es la entrada de Palestina al Mundo Arabe y la más rica del área porque incluye el mar Muerto, zona de turismo de recreación y de salud, por sus aguas medicinales.
"Esto si ocurre, porque dentro de (Israel) y en gran parte del mundo, hay resistencia a la anexión, como demostró la reunión del Consejo de Seguridad en la cual 14 miembros, cuatro de los cinco permanentes, con la sola excepción de Estados Unidos, y los 10 rotativos, se pronunciaron en contra."
Además han expresado su oposición al plan la Unión Europea, China, Rusia, los países árabes, incluso los que tienen relaciones con (Israel) y el Movimiento de Países No Alineados, entre ellos Cuba, cuyo apoyo es constante, agrega.
A continuación enfatiza que el objetivo del plan israelo-estadounidense es evitar el surgimiento del estado palestino independiente "e impedir el regreso de los siete millones de refugiados en los países limítrofes, cuya existencia (Israel) niega, pero que conservan las llaves de las casas de las que fueron expulsados en 1948".
Sin el retorno de esos seres humanos, no habrá paz, pero Israel lo teme porque de ocurrir los palestinos serían la mayoría de la población.
Para el embajador la nueva fase del plan de liquidación de los palestinos como entidad nacional e impedir el surgimiento de un estado independiente y soberano, comenzó cuando el gobierno del presidente Donald Trump reconoció a Jerusalén, que los musulmanes llaman Al Quds, como capital eterna e indivisible de (Israel).
Después -recuerda- Trump retiró la ayuda estadounidense a la Agencia de ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo lo que obligó a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) a romper relaciones con Washington y con (Israel).
Interrogado sobre las alternativas que restan a la dirección palestina en las presentes circunstancias, el embajador subraya: "Si persiste esta política, nuestra alternativa será la que siempre hemos tenido: proseguir la lucha internacional, lograr la unidad nacional y rechazar todos los acuerdos con (Israel)".
"No queremos sangre, no queremos lucha armada, acudiremos a la movilización pacífica, a la intifada de las piedras, porque tenemos derecho a todas las formas de rechazo a la ocupación. Todo depende de la reacción de los israelíes".
"Deseamos un estado palestino que no viva de espaldas a Israel, sino mirándonos a los ojos, en armonía y paz, lo que, de paso, abriría a Israel las puertas de los países árabes en su conjunto".