Sputnik V, otro salto tecnológico ruso
La producción en serie puede comenzar en octubre venidero, pero su comercialización probablemente se realice a finales de 2020 o a inicios del próximo año.
La nueva vacuna rusa contra el coronavirus SARS CoV-2, responsable de la pandemia de Covid-19, constituye hoy un nuevo salto tecnológico, comparable con el realizado por la Unión Soviética al lanzar su Sputnik, en 1957.
Sería exagerado considerar que, como lo fue el Sputnik para el inicio de la nueva era espacial en su momento, la vacuna rusa pueda abrir alguna otra era. Sin embargo, los científicos consideran que sí podría ser la frontera para fijar un periodo pos-Covid-19.
Con casi 20 millones de casos positivos en el orbe y más de 750 mil muertos, la pandemia amenaza no solo la salud de las personas, sino la de la economía de los países, pues el alto grado de contagio de la enfermedad lo impide casi todo, aun cuando su letalidad es de 3,5 puntos.
Pero el registro de la primera vacuna en el orbe, precisamente por Rusia, parece darle a su esfera de biotecnología una mayoría de edad que muchos ignoraban hasta hace poco tiempo, como mismo ocurrió con la URSS hasta que lanzó el primer satélite artificial de la Tierra.
La elaboración de la vacuna para nada es casual, no solo porque desde el 2018 Rusia creó un amplio conglomerado de institutos científicos, como parte del proyecto nacional 'Salud', sino por el empeño de emplear recursos con eficiencia a priori en el combate contra la Covid-19.
Por ello, desde enero pasado se iniciaron los primeros estudios para elaborar una vacuna contra una enfermedad que aún no había llegado a Rusia en ese momento. Finalmente, se elaboraron 47 prototipos sobre 14 plataformas científicas.
En específico, la vacuna registrada fue elaborada por el Centro científico N.F. Gamalei, de conjunto con el instituto de investigaciones 48 del ministerio de Defensa, el cual aportó más de 40 voluntarios para realizar las tres fases de pruebas clínicas del mencionado preparado.
La vacuna se aplicará a partir de finales de agosto y principios de septiembre de este año a los médicos, el personal más expuesto a la enfermedad, y a los profesores, para garantizar un contacto seguro con los menores en los centros docentes.
Como afirmó el presidente Vladimir Putin, quien confesó que la vacuna se la aplicaron a una de sus hijas, la vacunación será voluntaria.
La producción en serie puede comenzar en octubre venidero, pero su comercialización probablemente se realice a finales de 2020 o a inicios del próximo año.
El director general del Fondo Ruso de Inversiones Directas, Kiril Dmitriev, declaró a Prensa Latina que se coordinará la producción de la vacuna en Cuba para noviembre próximo, fecha en la que también se prevé ese proceso en cuatro estados latinoamericanos.
Dmitriev afirmó que en el mundo hay un pedido de al menos mil millones de dosis, hecho por al menos 20 países.
SPUTNIK V
La vacuna se aplica en dos inyecciones, al parecer, debido a la estructura creada como un método único del centro N. F. Gamalei, consistente en dos vectores de adenovirus humanos para fijar los anticuerpos y lograr una inmunidad prolongada.
De acuerdo el sitio creado especialmente para la nueva vacuna, esta se elabora a partir de dos vectores, que son virus sin el gen de reproducción y utilizado para transportar a la célula un material genético de otros virus, contra el cual actúa la fórmula.
El vector carece de peligro alguno para el organismo humano y la vacuna esta creada sobre la base de un vector de adenovirus que en su forma habitual generaría una infección respiratoria aguda.
Del SARS CoV-2 se separa de una de sus coronas un generador que codifica proteínas y, a su vez, es dividido en dos vectores de adenovirus, explican los científicos rusos.
En cada uno de ellos se suministra un gen de codificación que, a su vez, pasa por una fase de síntesis, capaz de crear anticuerpos y formar la inmunidad contra la mencionada enfermedad.
Al mismo tiempo, se crea con ello un mecanismo para regular la respuesta de inmunidad del organismo humano, uno de los causantes de daños, sobre todo en los pulmones, y de neumonía severa. Ello garantiza la inmunidad a largo plazo, es decir, por espacio de dos años.
Con esa formulación, los científicos rusos se presentan firmes y de primeros en la batalla por crear un mecanismo de inmunización efectivo, cuando otros 165 prototipos buscan llegar a su propósito final en el orbe.