Salvar la cultura
Entrevista de la activista y realizadora española Ana Hurtado al presidente de la Casa de las Américas e intelectual cubano, Abel Prieto.
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Salvar la cultura
Abel Prieto es un inminente escritor e intelectual cubano que fecundó su pensamiento dentro del seno de la Revolución cubana y con el amparo de sus instituciones culturales. Su obra no solo se remonta a la creación sino a la conducción, pues condujo importantes etapas al frente del Ministerio de Cultura de la isla y actualmente asume la dirección de una prestigiosa institución de América Latina: La Casa de las Américas.
- Sobre la vigencia del pensamiento del Comandante Fidel Castro y su convicción de “salvar la cultura” comenzó un diálogo entre la realizadora y activista, Ana Hurtado, amiga de la solidaridad y Abel Prieto. La colonización cultural, hegemonía y manipulación centraron el intercambio entre ambos durante la última visita de la joven española a Cuba.
- Eso fue en 1993. Quizás uno de los años más difíciles de aquel período especial y él (Fidel) lo dice en un Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Era un momento que se había derrumbado el campo socialista en Europa, nuestros principales aliados comerciales, vamos a decir que empezaban a estructurar un capitalismo de nuevo tipo con métodos salvajes, fue muy brutal lo que ocurrió, y cerraron automáticamente todo tipo de relación comercial con Cuba y se sumaron al bloqueo. Y los americanos aprovechan ese momento para aprobar dos nuevas leyes que nos han hecho muchísimo daño a lo largo de todos estos años. Una es la Ley Torricelli, que es una ley que obliga a un barco, a una embarcación, a una compañía naviera que toque puerto cubano, en una cifra de varios meses, a no tocar puerto americano. Las navieras por razones obvias buscan hacer el camino más corto, y la economía de Estados Unidos es enorme, es una de las grandes economías del mundo, y es lógico que entonces todo nos salía a nosotros mucho más caro. Pero otra todavía peor, que es la Ley Helms-Burton, esa ley que incluso el llamado título 3, los distintos presidentes que habían pasado por la Casa Blanca habían prorrogado su aplicación para no buscarse problemas con sus aliados europeos, etc., porque la ley Helms-Burton implica que un inversionista español, alguien que invierta para construir un hotel o para tener una empresa mixta con Cuba, esa persona puede ser llevado a tribunales norteamericanos porque está utilizando con fines comerciales, tierras, instalaciones confiscadas por la Revolución, una cosa que nos ha hecho un daño infinito, pero verdaderamente descabellada. Y Donald Trump, siempre memorable, es el que, por primera vez aplica ese capítulo 3 de la Helms-Burton y empiezan a promoverse juicios, y se crea toda una maquinaria supuestamente legal para proteger a esos pobres cubanos o americanos que perdieron sus propiedades en el año 59. Es una…, y lo hacen precisamente cuando estamos solos como decías tú, estamos solos, estamos en una situación terrible, en un momento en que prácticamente la generación de energía eléctrica no cubría o solo cubría en un porciento ínfimo las necesidades de las industrias, de las entidades estatales y de la población. Había lo que en Cuba llamamos apagones, y si así existe, creo que el otro día lo recordé, que más bien lo que había eran alumbrones, es decir, pequeños períodos de tiempo en que había energía eléctrica. El transporte urbano colapsó totalmente, empezamos a distribuir bicicletas, bicicletas recuerden chinas, la gente empezó a moverse en bicicleta, la gente dejó de ir a los teatros, la gente dejó de ir a los cines, la vida cultural sufrió mucho en aquel momento. Yo estaba precisamente en la Unión de Escritores y Artistas, dirigiendo esa organización e inventamos una cosa que fueron los coordinadores municipales, gente que trabajara en las comunidades, darle un poco de vida a la gente, darle un poco de espiritualidad. Y es un momento tremendo, durísimo, durísimo, y entonces de pronto Fidel dice aquello que nos sorprendió a todos, porque aquí había muchas cosas para salvar, que había que salvar, pero él dijo lo primero que hay que salvar es la cultura. Ahora se hizo un libro, que lo hicieron Morlote y Elier, presidente de la UNEAC y un joven historiador muy brillante, Elier Ramírez, hicieron ese librito, tenemos algún ejemplar, porque están todos los discursos de Fidel, ahí están, incluso ahí hay textos sobre el tema racial, el tema de la discriminación que estaban inéditos, que Fidel nunca había querido publicar. Cuando él explica realmente cómo fue un objetivo de la Revolución triunfante desde el principio liquidar los prejuicios raciales, liquidar la discriminación, y como era un fenómeno cultural, no se resolvía con medidas administrativas, no se resolvía con decisiones administrativas, había que transformar la cultura de la gente, y que esos prejuicios fueran, como decirte, debatidos en las escuelas, debatidos en las instituciones culturales de base. Claro, la pregunta que me haces tú, ¿por qué Fidel dice eso en ese momento? Fidel dice eso en aquel año 93 porque nosotros estábamos buscando desesperadamente, desesperadamente tener divisa para mantener el país a flote. Una de las cosas que le plantearon los artistas, los escritores a Fidel en aquel Congreso tiene que ver con concesiones que se hacían en el campo de lo simbólico, recuerden en tiendas estas, tiendas para vender en moneda libremente convertible, yo no sé si ya estaba el CUC en ese momento, pero vaya, tiendas que tenían un surtido superior y no eran en pesos cubanos. Pero bueno, ahí ponían en esas tiendas, en las vidrieras ponían imágenes de Santa Claus, ponían imágenes asociadas a los comics yanquis, es decir, de pronto la confusión entre lo yanqui y lo moderno, que es una de las confusiones con las que tú tropiezas más frecuentemente cuando uno habla de colonización cultural. Uno de los principales rasgos de esa colonización es creer que lo yanqui equivale a lo moderno, creer que imitar a los fetiches de la industria hegemónica del entretenimiento, que eso te hace digamos ser más atractivo, estar más a la moda, y que puede funcionar sobre todo entre gente joven o entre gente frívola. Pero en ese momento, Fidel no estaba hablando de arte y literatura exclusivamente, estaba hablando de la cultura en un sentido más general que tenía que ver con la memoria histórica, que es otro de los temas que hay que discutir mucho porque efectivamente la colonización cultural va erosionando las bases de la memoria histórica e incluye en sus bases de demolición, de demolición de la memoria, incluye la idea de que te avergüences tú de tus orígenes, de que a ti te parezca que ser andaluza no es algo…
"Uno de los principales rasgos de esa colonización es creer que lo yanqui equivale a lo moderno...", Abel Prieto, presidente de la Casa de las Américas e intelectual cubano. Leer toda la entrevista 👉https://t.co/SqND4O93su#Cuba#CulturaCubana#EstadosUnidos#Culturapic.twitter.com/fr39eUSsQm
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- …de lo que enorgullecerse.
- Sí. Al contrario, más bien deberías avergonzarte, yo que soy de Pinar del Río aquí en Cuba, la idea de ser, claro, en el caso de un andaluz no se pudiera decir que es del sur, pero en cierto modo sí, es del sur de uno de los países de la Unión Europea digamos, que no compiten en términos de desarrollo económico con otros o con otras potencias. Pero quieren que nos avergoncemos de eso, quieren que te sientas halagado si te aproximas a tu famoso preferido, la gente sigue a los famosos, siguen a una modelo, o siguen a un cretino que canta. Los adolescentes que están buscando a qué aferrarse en un mundo de tanta incertidumbre, de pronto les llenan la mente, la cabeza, las emociones, se las llenan de basura, de la cultura chatarra. ¿Por qué va a ser importante que Beyoncé ya no es novia de fulano? ¿Por qué? ¿Qué importancia tiene eso? Yo recuerdo, yo tengo un librito que no sé si lo tenemos aquí, que dice “Apuntes en torno a la guerra cultural”, de los tres ejemplares le voy a regalar uno, porque ahí yo hablo de la industria de los famosos. Hay un momento en que, en las redes, que las redes prácticamente explotan, uno de esos momentos de estremecimiento masivo de los usuarios de las redes que fue cuando Beyoncé anunció en un programa de televisión, creo que fue en una entrega de premios que estaba embarazada, y eso se convirtió de pronto, bueno, tú dices, si la que anuncia eso es la Virgen María, va a venir un Mesías, si lo anuncia verdaderamente un elegido, tú dices: coño, hay que estar atento a ese feto porque puede convertirse en un salvador de la humanidad. Pero de pronto, una cantante farandulera, que puede tener talento más o menos, ¿por qué es tan importante? ¿cómo nos han vendido esa tontería, esa cosa tan, verdaderamente para mí tan vergonzosa? Pero eso, mucha gente en Cuba incluso, siguen todas esas tendencias, las disfrutan, ese mensaje de disfruta el momento, aprovecha el momento, pásala bien, no te angusties tratando de cambiar al mundo, no te angusties tratando de modificar una realidad que sencillamente es como el orden natural de las cosas, el capitalismo es el orden natural de las cosas. Por eso me impactaron tanto estos dos jóvenes que estuvieron aquí, que son prácticamente adolescentes, Jerónimo Zarco y Bruno Lonati, me impresionaron mucho y se ve que son y que están ejerciendo ese dispositivo para pensar, que decía Fidel que la publicidad comercial, la propaganda lo desmonta. Fidel decía: “…te desmontan tu dispositivo para pensar y reaccionas por reflejos condicionados.” Y cuando uno analiza lo que pasa con las redes, que a la gente una fake new le provoca indignación, le provoca cólera o le provoca cualquier tipo de reacción fuerte, afectiva, emocional, inmediatamente la replica sin averiguar si viene de una fuente legítima, porque reaccionan por reflejos condicionados, porque quieren que tú digas comunista y automáticamente vayas a Satanás, ¿te das cuenta? Siempre reaccionan a partir de ese tipo de reflejos que no implica un análisis, que no implica una reflexión. Fidel insistía mucho, él decía que el peor defecto, el peor error perdón, él decía error, el peor error que puede cometer un revolucionario es el de no pensar. Él insistía mucho y todo este mundo enloquecido lo que está es desmantelando el pensamiento, el ejercicio del pensamiento, están desmantelando eso y están convirtiendo al ser humano en una criatura aletargada, que no quiere emprender ninguna aventura intelectual de cierta complejidad, todo simple, todo debe ser muy simple, los estereotipos, todo son estereotipos, esquemas y te los repiten y te los repiten, y puedes tú tener un profesor formidable en la universidad o un maestro en la escuela que sea un gran educador, pero la educación paralela que recibe un niño, un adolescente, un joven hoy, es aplastante y tiende a la tontería. Nos pasa a nosotros también déjame decirte, y nosotros tenemos que ser más coherentes y articularnos mejor para enfrentar ese tipo de tema. Y lo que estaba queriendo decir Fidel tenía que ver con el arte y con la literatura sin ninguna duda, pero tenía que ver con el legado del ser humano en su trance por este mundo. La cultura es más amplia que eso. Tiene que ver con el pensamiento, tiene que ver con las costumbres, tiene que ver con los hábitos, tiene que ver con la identidad nacional, tiene que ver con tu memoria como pueblo, tiene que ver con tu historia, tiene que ver con los héroes que nos trajeron hasta aquí, tiene que ver con que tú tengas una relación con esa historia verdaderamente entrañable, de raíces. Hay una frase que Miguel Barnet cita muy a menudo de Frenando Ortiz, que es un gran estudioso cubano, supongo que lo habrás leído para tu documental. Fernando Ortiz decía “la cultura es la Patria”, es decir, Fidel se estaba refiriendo también a ese concepto de cultura, que tiene que ver con todo ese espectro de cosas, lo que nos diferencia, por qué la cultura cubana es diferente a otras y al mismo tiempo está conectada con la cultura universal, en primer lugar, la latinoamericana y caribeña y en general con la cultura universal. Por eso él decía: “no hacer concesiones culturales, no caer en las trampas de los símbolos yanquis”, que mucha gente los ve como simpáticos, no le prestan atención, a veces somos un poquito superficiales al analizar esta guerra de símbolos y él se estaba refiriendo a eso.
- Y nosotros, Abel, tanto fuera como dentro de Cuba, que crees tú que podemos hacer para no sucumbir a esta colonización cultural y no caer en las garras porque es fuerte, sobre todo en países como España de donde yo vengo, te bombardean y muchas veces uno se ve consumiendo en el teléfono, y que abandona la lectura. Qué consejo nos das tú a los ciudadanos que venimos de occidente para no sucumbir, no renunciar a lo que nosotros somos como decías antes, no renunciar a nuestra identidad, a lo que somos, y sentirnos orgullosos, que eso veo que los cubanos lo lleváis muy bien, de nosotros somos esto y vamos hacia adelante con lo que somos y con la frente siempre bien alta. Yo por ejemplo soy andaluza, soy española y también me siento muy identificada con el pueblo cubano porque en España nuestra memoria histórica ha sido pisoteada, no ha habido una transición real porque todavía tenemos muertos en las cunetas y no ha habido reparación. Entonces, sí que es verdad que hay gente que somos conscientes de quiénes somos y demás, pero aun así muchas veces necesitamos un recordatorio para estar presentes en nuestra identidad y demás, pero hay otra gente a la que tenemos que enseñarle que no hay que sucumbir a lo que viene de fuera, que tenemos que sentirnos fuertes con nuestra identidad y lo que somos. Entonces qué consejo darías tú para no caer en esas garras propagandísticas de esa colonización cultural, que por ejemplo en Europa me atrevería a decir que abarca casi todo.
- Sí. Aquí también, vaya te lo digo con dolor. Yo no podría, sería un poco temerario dar consejos cuando tenemos esa situación. Nosotros tenemos algunas ventajas, sin dudas. Por ejemplo, aquí no hay escuelas privadas, el sistema de enseñanza en Cuba es público, gratuito, es decir, tú empiezas a estudiar desde la primaria hasta la universidad y a ti el Estado no te cobra un centavo por esos estudios. Eso que para muchos jóvenes cubanos es como algo natural, en muchos países no se pueden ni imaginar.
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- Es algo surrealista en otros países.
- Los propios Estados Unidos, acuérdate que los muchachos se gradúan con unas deudas, tienen que trabajar años y años para poder pagar las deudas que quieren pagar y cubrirse los estudios. Pero bueno, esa es una ventaja, nuestro sistema de educación y de educación superior es público y se rige por políticas públicas. Hoy una de las trampas del sistema fuera de Cuba es que la tendencia en las universidades, en el mundo universitario, es a formar mano de obra especializada para las empresas. Eso lamentablemente es una tendencia universal hoy. Las carreras de humanidades, las carreras de humanidades muchas veces se han sustituido por carreras asociadas a las relaciones públicas, asociadas a temas de publicidad. Ahí están nada menos que la filosofía, ahí está la literatura, ahí está el cine, el cine de verdad, no el cine de pacotilla, es decir, esa es una fuerte ventaja, que tenemos un fuerte sistema. Además, que a ningún niño cubano le falta un maestro donde quiera que vivan y tiene acceso a la escuela. Otra ventaja, los medios masivos, es decir, la televisión, la radio, la prensa no son privados, son también instituciones del servicio público, esa es otra ventaja. Una tercera ventaja es que tenemos mucha, vamos a decir, Fidel le decía “capital humano”, le decía Fidel, hay un capital humano formado con mucho rigor, con mucha calidad en su formación entre instructores de arte, entre promotores culturales en las instituciones de base. Aquí tenemos una red de bibliotecas públicas enorme, y al mismo tiempo es una red de bibliotecas escolares, pero se lee mucho menos hoy en Cuba. Cuba fue un país de lectores. Cuando se creó la imprenta nacional Fidel dijo “no le decimos al pueblo cree, le decimos lee”, es decir, la idea, no queremos formar fanáticos, queremos formar gente que, por su propio camino en el saber, por sus estudios lleguen a acercarse a las ideas de justicia, de igualdad, de verdadera democracia. Pero hoy se lee menos, y es verdad que un muchacho en un celular, bueno, aquí muchos compañeros me decían que hoy los jóvenes leen mucho en formato digital. Eso se lo he escuchado a muchas personas que han estudiado el fenómeno. Debe ser cierto. Hay que ver qué calidad tiene lo que leen, hay que ver que profundidad tiene lo que leen, hay que ver si es posible, porque todo, las nuevas tecnologías insisten mucho en la síntesis. Tú tienes que enterarte vamos a decir de los titulares rápidamente, son como cápsulas que tú consumes rápidamente, tú no te puedes enredar en un análisis detenido. Tú tienes que llevarte rápidamente y superficialmente una imagen de lo que está ocurriendo. Baricco, el escritor italiano Alessandro Baricco tiene una idea que a mí me gusta mucho, que la he repetido mucho que es el surfeo, el surf. Dice Baricco: “surfeamos sobe la información, vamos surfeando sobre la información, nunca buceamos, nunca nos hundimos a encontrar la verdad”. Siempre vamos pasando sobre la superficie de los fenómenos, de los procesos, y hoy yo te digo que eso la civilización lo va a pagar, lo va a pagar y lo va a pagar lamentablemente con el ascenso del nuevo fascismo.
- Que ya lo estamos viendo en Europa.
- Lo estamos viendo en todas partes. En los Estados Unidos. ¿Tú viste lo del asalto al Capitolio, viste el documental este que se llama “Cuatro horas en el Capitolio”?
- Sí.
- A mí me impresionó mucho, me impresionó mucho como hablan esa gente, de que a Trump fue Dios el que lo puso ahí, son cosas, y se lo creen, y miran a la cámara, y son cosas de un fanatismo, volviendo a hablar del fanatismo, de un fanatismo, de una ideología, de una idolatría. Y esa gente fueron los que se convencieron de que a los judíos había que matarlos sencillamente, la solución final. Lo terrible, es verdad que había unos líderes nazis que fueron los que elaboraron esas teorías siniestras, pero alcanzaron una masa de población muy grande, es decir la idea de que había que asesinar a los judíos, que había que asesinar a los comunistas, que había que asesinar a los homosexuales, a la gente que tú le ves un defecto físico no estaban preparados para, como decir, constituir esa raza superior triunfante. Yo creo que la idiotez generalizada y cultivada con intensión porque está cultivada con intensión, abona el terreno para el fascismo. Un mundo de idiotas es un mundo que fácilmente puede convertirse en algo, un medio propicio para fomentar el fascismo. Y el problema es que, en eso, Ana, toda esta maquinaria donde lo publicitario, comercial y lo informativo forma, como tú decías ahorita, esto viene por todas las vías, los mensajes vienen por todas las vías. Esa maquinaria por un lado es lucrativa, es decir, como ha degradado al ciudadano a consumidor ya no les interesa formar ciudadanos, les interesa formar consumidores, y como le están diciendo al consumidor todo el tiempo y a todas horas que, vamos a decir, un móvil tiene más prestaciones que el que has estado usando, o que una ropa de marca le da una definición particular. Eso que dice Naomi Klein, ya las marcas no venden objetos, venden estilos de vida. Entonces tú eres tan ingenuo que te crees que de pronto porque te compraste un traje de Armani entraste en una categoría superior, porque te pusiste un trapo encima. Es increíble, pero la gente se lo cree, y se lo dice y se lo repite. Es decir, tiene ese lado lucrativo y lo que le llamamos obsolescencia programada y la percibida. La obsolescencia programada es un dispositivo técnico que hace que eso se rompa.
- En determinado tiempo.
- Sí. Seis meses, no sé. Eso vas a tener que sustituirlo. Y la percibida es subjetiva. La percibida es que te dicen ya eso, eres ridículo si usas ese móvil delante de tus compañeros. Eso para un adolescente es muy fuerte, él nunca quiere caer en el ridículo y les exige a los padres, o se roba el dinero, o trabaja en un contrato que le quita tiempo para pensar y para estudiar, es muy duro todo eso, y esa maquinaria de vender. Porque la idea es, además, aparte que es lo que nos está llevando al planeta a la liquidación como especie. Nuestro hábitat se va, sin ninguna duda por ese capitalismo depredador. Es compra, consume y desecha, rápido. Compra, consume, desecha y cuando deseches eso sustitúyelo por otro, por otra novedad, vamos a llamarla así, por ese otro producto que va a cambiarte la vida. Todo está lleno de trampas, de mentiras, tú vida va a cambiar porque tienes este equipo, porque tienes este automóvil o porque tienes esta ropa, vas a ser distinguido, vas a ser atractivo, no vas a envejecer nunca. Todas esas locuras que han llevado a gente a hacerse operaciones de esas de cirugía estética que han sido letales, pero todo eso es un narcisismo enloquecido, que las redes también lo cultivan todo el tiempo, la gente cultivando ese narcisismo. Pero me perdí de lo que tú me habías preguntado.
"La cultura auténtica no es aburrida, eso muchas veces caricaturizan el tema por esa vía", Abel Prieto, presidente de la Casa de las Américas e intelectual cubano. Leer toda la entrevista 👉https://t.co/SqND4O93su#Cuba#CulturaCubana#EstadosUnidos#Culturapic.twitter.com/swtqpvOZvx
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- ¿Qué podríamos hacer, sobre todo desde Occidente, para no caer víctimas de esta apropiación cultural y cómo sobrevivir a ella?
- Cómo salvarnos, cómo salvar la cultura, la cultura de verdad. Cómo salvar lo mejor del ser humano, lo que nos separa de los animales. Mira, ahí yo creo, Ana, bueno te empecé a hablar de las ventajas que tenía Cuba. ¿Qué desventajas tiene Cuba? Que, por ejemplo, hoy no hemos dedicado suficiente tiempo a explicarle a un niño, a un adolescente, a un joven, cómo usar las redes, que son como un medio de comunicación, de interacción social, de hacer amigos. Además, te meten el cuento de que tú vas a escoger tu propio menú cultural, es decir, la idea de que las redes son tan democráticas que tú puedes escoger tal canción de Juanes, o de Miguel Bosé y tú te haces tu menú cultural. El menú cultural te lo están haciendo en tu entorno todo el tiempo, y al final no puede haber tanta coincidencia, son gentes con millones y millones de seguidores en las redes. De pronto tú te compras a esa especie de personaje místico, piensas que tiene que ver con algo superior. Todo esto ha sustituido a las religiones, ha sustituido a las creencias tradicionales y la gente está buscando continuamente un Mesías en ese tipo de millonarios, y lo imitan, y se compran la ropa que usa el millonario, si la pueden compra. Yo creo que hay que trabajar en dos sentidos, Ana, muy duro. Por un lado, en promover alternativas culturales legítimas. La cultura auténtica no es aburrida, eso muchas veces caricaturizan el tema por esa vía, es decir, nosotros ofrecemos lo que es divertido, lo que es entretenido, no vayas a buscar un libro aburrido, no vayas a buscar una película lenta, no vayas a buscar una película con pretensiones intelectuales, no. Lo que hay es que promover esa auténtica cultura, hay que buscar fórmulas a través de las redes y usar los propios podios de las redes para promover lo inteligente, promover lo que es atractivo. Hay una frase de Lezama, Jaime y yo lo citamos mucho, un gran poeta cubano José Lezama Lima, que él decía “sólo lo difícil es estimulante”, decía Lezama. Y el eslogan de las redes, de toda esta maquinaria colonizadora en términos culturales es todo lo contrario. Sólo lo divertido es interesante, sólo lo entretenido. Fíjate que ellos se autotitulan industrias del entretenimiento, es decir, reducen la cultura al entretenimiento, la reducen a mercancía, a entretenimiento. La cultura es mucho más que entretenimiento y, sin embargo, tú caes en esa trampa. Yo creo que la idea de promover espacios de debate sobre obras valiosas del propio patrimonio universal, porque fíjate, uno de los dramas ahora, Ana, es que el capitalismo ha, vamos a decir, ha traicionado su propia acumulación cultural, analízalo para que tú veas. El capitalismo tuvo momentos, en otras épocas de esplendor, el Renacimiento, qué fue el Renacimiento, en términos de las artes visuales, en términos de entender el conocimiento incluso como un componente del placer, en términos de obras magistrales que, como decir, llegaron para quedarse. Quién lee hoy a los renacentistas, quién lee a Petrarca, quién sabe quién es Petrarca, quién sabe, y son como los que se asomaron, Boccaccio, el Decamerón, Chaucer, quién lee a esa gente. Pero quién lee “La Montaña mágica” de Thomas Mann porque es un libro gordo, quién lee esa noveleta extraordinaria “La muerte en Venecia”. La gente ahora se conforma con ver la película. Y Homero, a Homero lo han hecho pedazos. La gente ha visto a Troya cientos de veces en el cine o en dibujos animados, que no tiene nada que ver con todo lo que te transmite la Ilíada, La Odisea. Es decir, ellos mismos han ido buscando simplificar y buscando vender y buscando manipular, ellos mismos le han ido quitando el núcleo humanista más atractivo de su propia gestación en términos culturales. Y nosotros tenemos la paradójica tarea de salvar eso también para la humanidad, para nuestros contemporáneos. Nosotros tenemos que salvar eso. Yo diría que una de las vías es promover con mucha inteligencia y con mucha intensidad, usando los códigos de la gente más joven, las obras valiosas desde Homero hasta Vázquez Montalbán vamos a decir, que ya debe resultar aburrido, era uno de los escritores más a menos y que tenía más recursos para colocarte en una historia, llevarte a seguirla, a disfrutarla, pero todo eso va quedando atrás. Habría que promover eso, incansablemente, espacios de debate en las propias redes, espacios virtuales de difusión, y al propio tiempo promover una visión crítica de estos fenómenos, es decir, intentar a través de todas las vías posibles que nuestros adolescentes, nuestros niños y nuestros jóvenes empiecen a desconfiar de este mundo. Ya empezar a desconfiar es un dato importantísimo, empiecen a, digamos a practicar una cierta suspicacia intelectualmente activa frente a toda esta avalancha de cultura chatarra. Hay un crítico español que al propio tiempo es un profesor de secundaria, se llama Jon Illescas.
- Me suena mucho el nombre.
- Jon Illescas.
- Sí. Creo que es vasco.
- No sé. Jon Illescas, él tiene un libro que se llama “La dictadura del video clip” y otro que se llama “Educación tóxica”. Esos dos libros son extraordinarios, y son ejemplo de lo que él hace en clase, lo que él hace con sus muy jóvenes alumnos para explicarles como el videoclip encierra una trampa por lo general, es decir, la idea de formar una visión crítica y nosotros vamos a avanzar en eso, porque eso es un tema hoy. Bueno, te acuerdas que el presidente habló, presidente Díaz Canel habló de ese tema en un programa contra la colonización cultural y habló desde la Casa de las Américas, iba como a comunicar eso. Cómo podemos nosotros crear esa visión crítica, cómo podemos cultivar, que no puede ser paternalista, no puede ser llegar tú a un aula y decirles a los muchachos a ustedes les tienen que gustar las películas que me gustan a mí y tienen que ver las películas de Tarkovski, tienen que ver Viridiana de Buñuel. Tenemos que lograr eso sin que sea una imposición autoritaria, vertical, paternalista. ¿Por qué? Porque podemos lograr todo lo contrario, porque el adolescente tiende a, sencillamente a buscar el fruto prohibido. Si tú le dices estas páginas de internet no las puedes ver, él va a hacer lo imposible por ver esas páginas. Tú tienes que lograr que él tenga un pensamiento crítico, que es una cosa que nos falta hoy, tenga un pensamiento agudo, penetrante, sobre este fenómeno catastrófico, verdaderamente es una catástrofe lo que está pasando, con lo que le estamos enseñando a esos jóvenes, a esa joven generación.
- Muchísimas gracias, ha sido un placer y espero que la Casa de las Américas siga con todos los proyectos y trabajos que tenéis y se conozca en España todas las labores que hacéis, que para mí es maravillosa.
- Gracias.