“El Esequibo es de Venezuela. El imperialismo tiene que aceptarlo”
El gobernador del Estado Bolívar, Ángel Marcano dejó claro que: "El mundo debe aceptar la realidad, tomar nota de las evidencias que atestiguan, sin lugar a dudas y también desde el punto de vista de las propias potencias imperialistas, que el territorio de la Guayana Esequiba nos pertenece,..."
Al finalizar el encuentro durante el cual representantes de la clase trabajadora entregaron al Parlamento sus propuestas para la constitución del nuevo Estado de la Guayana Esequiba, conversamos con Ángel Marcano, gobernador del Estado Bolívar: "un gobernador obrero", como le gusta definirse, reivindicando su larga experiencia como dirigente sindicalista del sector minero, primero durante la Cuarta República y luego como miembro del Frente Constituyente de los Trabajadores, que acompañó la victoria de Hugo Chávez en las elecciones de diciembre de 1998.
-¿Cómo se vive la cuestión del Esequibo en el Estado Bolívar?
-La Guayana Esequiba está ubicada en el Estado Bolívar, donde nació Venezuela. El 11 de abril de 1817, el general Manuel Piar derrotó a Miguel de la Torre en la Batalla de San Félix, conquistando la mayor de las provincias que formaban parte de la Capitanía General de Venezuela, Guayana. Una batalla memorable con la que el Ejército Libertador, integrado por indios y esclavos negros, venció al imperialismo español, liberó a Guayana y permitió a Bolívar y a los demás generales unificarse y dar origen al Congreso de Angostura, a crear la Tercera República y la Gran Colombia. Desde Ciudad Bolívar, que antes se llamaba Angostura del Orinoco, el Ejército Libertador avanzó hacia el sur y liberó cinco pueblos. La contribución de Guayana a la liberación de la patria no fue pequeña. La mitad de la población venezolana murió en ese territorio. La historia demuestra que no fuimos nosotros, sino la Capitanía General de Venezuela la que, desde 1777, señala a Guayana como la mayor de sus provincias. No la creamos nosotros, sino el imperialismo holandés y el español, que vinieron a saquear y robar nuestras riquezas, tal como lo hace hoy ExxonMobil en nombre del imperialismo norteamericano, que quiere robar nuestro petróleo, nuestro oro, nuestro coltán, nuestro uranio que se encuentra en esta rica tierra de más de 159 mil kilómetros cuadrados. Con el referéndum del 3 de diciembre pasado, también en el Estado Bolívar como en el resto del país, dimos una fuerte demostración de unidad, que se mantiene también en la organización de las etapas posteriores para la construcción del nuevo Estado de Guayana Esequiba.
-¿Qué opina del encuentro entre el presidente Nicolás Maduro y su homólogo guyanés, Irfan Alí?
-Al acudir masivamente al referendo, el pueblo dio un amplio mandato a nuestro presidente para seguir avanzando en la diplomacia de paz que caracteriza su política, y esto llevó al mandatario títere de Guyana, que actúa como agente de ExxonMobil, a discutir directamente como dice el Acuerdo de Ginebra, lo cual requiere que ambas partes resuelvan el conflicto de manera amistosa y mutuamente beneficiosa. Nuestro querido comandante Hugo Chávez había propuesto que, mientras se trabajaba para resolver la disputa en este sentido, se pudieran explotar los recursos de manera conjunta, en línea con nuestra política internacional de complementariedad, solidaridad mutua y no imposición. No somos un país imperial inspirado en una ideología de dominación, que pretende apoderarse de los recursos de otros pueblos. El ejército bolivariano nunca ha salido de sus fronteras para invadir a los pueblos o saquearlos, sino para liberarlos. El nuestro es un ejército que tiene la moral alta. Nuestros libertadores, en el mundo, son símbolos de libertad, por eso amamos a Bolívar, por esta grandeza suya, y por eso somos bolivarianos y antiimperialistas hasta la médula. Por lo tanto, continuaremos defendiendo su legado contra la Doctrina Monroe y el dominio imperial.
-Una de las preguntas del referendo estuvo relacionada con la constitución del nuevo Estado de la Guayana Esequiba, un territorio con fuerte presencia indígena. ¿Cómo se manifiesta la participación de los pueblos originarios en este nuevo momento constituyente?
-Estamos trabajando en la constitución del nuevo Estado con el aporte de las poblaciones indígenas que habitan el territorio de la Guayana Esequiba, los cuales son y se sienten venezolanos porque nunca hemos ido a reprimirlos, sino a ayudados en estos 25 años de revolución bolivariana. Nuestra Constitución, votada en vida del Comandante Hugo Chávez, les dedica un capítulo especial. Por el contrario, el gobierno títere de Guyana los mantiene a distancia, los expulsa de los territorios y los persigue con políticas racistas. En la construcción del nuevo Estado fortaleceremos las políticas de inclusión mediante el sistema de Misiones y Grandes Misiones para que vivan libres, independientes y soberanos en su territorio, sin ningún tipo de limitación. El Presidente Maduro ha designado al mayor general del ejército bolivariano, Alexis Rodríguez Cabello, como Autoridad Única de la Guayana Esequiba, y cuenta con todo nuestro apoyo. En esta primera etapa instalará su sede en el municipio Sifontes. El municipio toma su nombre de Domingo Sifontes quien, en 1895, repelió desde el otro lado del río Esequibo a las tropas que habían ingresado al territorio nacional desde la Guayana Inglesa, para robar oro y riquezas. Esta es otra prueba clara de los derechos históricos que tenemos sobre el territorio de Guayana Esequiba, la cual seguimos defendiendo, sin ceder ni un milímetro.
-El Alto Representante de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, también intentó presionar a Venezuela en relación con el Esequibo. ¿Cómo responde a estos intentos de injerencia?
-Quisiera recordar que, en 1902, cuando algunas potencias europeas, con sus buques de guerra, bloquearon a cañonazos al país para cobrar las deudas contraídas por Venezuela con esas naciones extranjeras, el presidente Cipriano Castro hizo un llamado a la población a unirse a la milicia, para repeler ese ataque a nuestra soberanía. Entonces, también acudió a apuntarse el que hoy es nuestro santo patrón, el médico José Gregorio Hernández. La independencia no nos fue "concedida", la ganamos mediante la lucha, y siempre hemos reaccionado unidos ante la agresión imperialista, y seguiremos haciéndolo en el presente. El imperialismo debe aceptar que hoy ya no es el momento de bravuconadas a golpe de cañon. Ahora el debate está en el nivel de las ideas y de la comparación histórica, y de las propuestas reales, y en ese nivel estamos ganando. Estados Unidos sigue siendo poderoso, pero no hegemónico. Están perdiendo espacio frente a países que se liberan de su influencia, adhiriéndose a una política de unidad de los distintos polos que se van configurando y que frenan su política expansionista. Ellos quieren ganar con la guerra, nosotros ganamos y seguiremos ganando con la paz. El mundo debe aceptar la realidad, tomar nota de las evidencias que atestiguan, sin lugar a dudas y también desde el punto de vista de las propias potencias imperialistas, que el territorio de la Guayana Esequiba nos pertenece, y que tenemos derecho a defenderlo. Y lo seguiremos defendiendo con la diplomacia de paz que caracteriza la política exterior de nuestro gobierno bolivariano. El imperialismo debe dejar de agitar las aguas, de intentar provocar un conflicto entre guyaneses y venezolanos para luego intervenir y apoderarse de nuestras riquezas. No caeremos en la trampa. Por esta razón, fortalecidos por el consenso de más de 10,5 millones de votos emitidos en el referendo popular, nuestro presidente acudió a un encuentro directo con su homólogo de Guyana.
-¿Cuál será la contribución de la clase trabajadora en la construcción del nuevo Estado?
-Después de haber demostrado al mundo que el Esequibo es nuestro, tendremos que trabajar para que la clase trabajadora, la gente humilde, tenga el control de los medios de producción, para ponerlos al servicio del bienestar colectivo, para satisfacer las necesidades de todo el pueblo, y no para acumular riquezas. El capitalismo debe ser erradicado definitivamente de la faz de la tierra.