Golpista Juan Guaidó pretende retorno de Venezuela a tratado interamericano
El golpista Juan Guaidó anunció el pasado 7 de mayo que la Asamblea Nacional (AN) en desacato aprobaría próximamente el retorno de Venezuela al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), una medida que, según dijo, busca "fortalecer la cooperación con los restantes 17 países miembros del continente y aumentar las presiones" contra el gobierno constitucional de Nicolás Maduro.
En el marco del golpe continuado y la amenaza abierta de intervención militar a Venezuela por parte de Estados Unidos, Juan Guaidó anunció el pasado 7 de mayo que la Asamblea Nacional (AN) en desacato aprobaría próximamente el retorno de Venezuela al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), una medida que, según dijo, busca "fortalecer la cooperación con los restantes 17 países miembros del continente y aumentar las presiones" contra el gobierno constitucional de Nicolás Maduro.
"Vamos a avanzar en todos los terrenos de lucha. Tenemos el legítimo derecho de construir las capacidades y alianzas internacionales necesarias para proteger y defender al pueblo y nuestra soberanía", dijo el también autoproclamado "presidente encargado" de Venezuela a través de Twitter.
Guaidó, al hacer el anuncio dijo que asumía su "responsabilidad en las acciones que vamos a liderar en todos los mecanismos que estamos ejerciendo, como parte de una sola estrategia, para conquistar el cambio".
El también llamado Tratado de Río, por la ciudad brasileña donde fue originalmente firmado el 2 de septiembre de 1947 tras la Segunda Guerra Mundial, incluye el compromiso de defensa colectiva ante cualquier ataque armado por parte de un Estado contra una de las naciones firmantes.
El mecanismo establece que los cancilleres de los países firmantes deben reunirse ante el pedido explícito del Estado afectado.
Por otro lado, es un instrumento que tiene implicaciones militares porque se centra en acciones ante una posible intervención armada extranjera. El Consejo Permanente de la OEA solamente se puede encargar de evaluar si hay condiciones para convocar una reunión de consulta de los integrantes o si aplican las medidas correspondientes.
Aun cuando antecedió a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), las aplicaciones controvertidas lideradas por Estados Unidos fueron llevando al TIAR hacia una crisis tan pronunciada que muchos de sus miembros lo consideraron obsoleto. Dicho tratado no fue convocado en 1961 tras la fallida invasión a Bahía de Cochinos, en Cuba (que todavía era miembro del TIAR) y dio el visto bueno a las invasiones de la República Dominicana, Granada, Nicaragua y Panamá, también a la política norteamericana durante la crisis de los misiles, en 1963.
Hasta 1982, el TIAR había sido convocado 13 veces. La última vez que se invocó fue en el año 2001 en ocasión de los ataques del 11 de septiembre a Estados Unidos.
Otras ocasiones en las que fue aplicado el tratado:
1957: Honduras y Nicaragua denunciaron mutuas agresiones. Los integrantes del tratado actuaron para conseguir la paz y lograr la demarcación definitiva de la frontera entre ambos países.
1962: Se aprueba la política norteamericana tras la crisis de los misiles. Cuba es excluido del TIAR. Se prohíbe la entrega de armas al gobierno de Fidel Castro.
1975: Un grupo mayoritario de los países integrantes pide, sin éxito, el cese del bloqueo a Cuba.
1982: La mayoría vota en favor de apoyar a la Argentina en Malvinas. Estados Unidos se negó y ayudó militarmente a Gran Bretaña.
1983: Se aprobó la invasión estadounidensne a la isla de Granada.
Quince miembros de la OEA se mantienen adheridos al TIAR, entre ellos: Estados Unidos, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú, entre otros.
El elemento que se pretende utilizar como amenaza contra Venezuela es que todos ellos han reconocido a Guaidó como presidente encargado de Venezuela desde el 23 de enero de 2019 cuando, basado en supuestos poco claros, declaró la usurpación del Poder Ejecutivo por parte de Nicolás Maduro y se autoproclamó como mandatario encargado ante Dios y una manifestación de antichavistas.
El mecanismo contempla una serie de medidas de presión (Art. 8, TIAR) para "restablecer la paz y garantizar la seguridad hemisférica”, a saber:
.- El retiro de los jefes de misión.
.- La ruptura de las relaciones diplomáticas.
.- La ruptura de las relaciones consulares.
.- La interrupción parcial o total de las relaciones económicas.
.- La interrupción parcial o total de las comunicaciones ferroviarias, marítimas, aéreas, postales, telegráficas, telefónicas, radiotelefónicas, o radiotelegráficas.
.- El empleo de la fuerza armada.
Se tratan de medidas progresivas, algunas de ellas están restringidas exclusivamente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Según el operador mediático Andrés Oppenheimer en El Nuevo Herald, funcionarios estadounidenses y latinoamericanos están explorando invocar el pacto TIAR. En concreto, Elliott Abrams le dijo que "el TIAR es mucho más amplio" que un tratado militar. Y que "el TIAR habla de acciones en común, pero pueden ser relaciones diplomáticas, pueden ser [medidas] económicas, pueden ser sanciones". En fin, según lo dispuesto y la práctica, ya el TIAR se estaría aplicando tácitamente.
La convocatoria a tal mecanismo no garantiza que se lleve a cabo una operación de carácter militar en Venezuela debido a que persiste el posicionamiento por parte del Grupo de Lima de que la situación venezolana representa una amenaza para la paz y la seguridad hemisférica.
Basados en la supuesta desestabilización que causa en la región la migración de venezolanos y la provocación mediática que intenta una internacionalización de la crisis, pueden apelar a que la crisis humanitaria no se trata de un asunto de índole militar.
La militarización del expediente contra Venezuela pudiera ser apuntalada por el empeño del gobierno colombiano en denunciar, en innumerables oportunidades, la incursión de militares venezolanos en su territorio y la presencia de grupos armados colombianos refugiados en territorio venezolano.
Por otro lado, se ha intentado indicar que el apoyo integral de la Federación Rusa al gobierno venezolano es una manera de invasión o ataque militar contra quienes pretenden deponer al presidente Maduro por la vía armada, así como se lee.
Sin embargo, la disputa reside en que el gobierno constitucional de Maduro es reconocido por la ONU, cuyo Consejo de Seguridad tendría que validar cualquier acción propuesta por la OEA como activadora del TIAR, un mecanismo obsoleto y contradictorio que parece estar siendo utilizado como un bluff.