El presidente Emmanuel Macron,  fue blanco de abucheos en las celebraciones del Día Nacional de Francia, jornada en la que más de 150 "chalecos amarillos" resultaron detenidos.

Las fiestas patrias arrancaron en París, la capital, con el tradicional desfile militar, al que asistió Macron; se trata del tercer desfile del mandatario desde que asumió el poder en mayo de 2017.

Sin embargo, en esta ocasión, a diferencia de las anteriores, el gobernante fue objeto de silbidos y pifias mientras a su lado se encontraban otros líderes europeos, entre ellos, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker; el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg; y la canciller alemana, Angela Merkel.

 

Las expresiones de rechazo es parte de la oposición de ciudadanos franceses con las políticas de la Administración de Macron.

Al ingresar al estrado principal, ubicado en uno de los extremos de los Campos Elíseos, los indignados entonaron cánticos contra el capitalismo y el empleo de gases lacrimógenos por la Policía gala contra las manifstaciones.

El jefe de Estado abrió el desfile con el pase de revista a las tropas, que tras el saludo al mandatario recorrieron poco más de un kilómetro entre el Arco del Triunfo y la Plaza de la Concordia, en la céntrica avenida.

Este desfile recuerda la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789, acción desencadénate de la Revolución Francesa.