Irán: amor y resistencia
Caminar, correr, mover las manos y los pies; bailar al compás de las melodías árabes e iraníes…muchas personas practican sus deportes matinales diariamente en los jardines de Teherán.
Son las 6 de la mañana, el sol no ha salido aún. Lo que ven detrás de mí es un hermoso paisaje: hombres, mujeres y jóvenes practican sus deportes matinales en el jardín Niya Varan al norte de Teherán. Es uno de los muchos jardines donde los iraníes se reúnen no solamente para mejorar sus estados físicos sino para recargarse de energías positivas en un ambiente de paz.
Si quisieras conocer de cerca más aspectos de vida de un país que visitas, solo tienes que caminar por las calles de la ciudad durante el amanecer. Este es un consejo que se aplica perfectamente en Irán.
Vengo para acá pues el deporte anima mi estado mental y me da felicidad, así como para empezar mi día laboral.
El jardín Niya Varan, se encuentra al norte de Teherán, a partir del jueves al amanecer, empiezan a reunirse hombres, mujeres, jóvenes y niños para practicar sus deportes preferidos por algunas horas. Costumbres que no se interrumpen por el frio del invierno ni el calor del verano. Es una costumbre que forma parte de la cultura y la vida del pueblo iraní.
Irán es amor, Irán es el país de felicidad y de la resistencia. Si Dios quiere algunos problemas se resolverán, porque vivimos juntos.
El pueblo iraní expresa mucho amor y vive con paciencia y espontaneidad. Al Mayadeen tuvo placer de constatarlo. Es un pueblo que ama a la resistencia y la vida. No permite que lo afecten ni tensiones ni complots y en su base cuenta con los principios de su Revolución.