Francia despliega miles de fuerzas de seguridad a lo largo del país para hacer frente a la nueva jornada de protestas de los llamados “chalecos amarillos”.

Según reportes de prensa, los manifestantes ya han comenzado a congregarse en el icónico Campos Elíseos de París, donde unos ocho mil efectivos y 14 coches blindados harán frente a las protestas planificadas por una quincena de organizaciones de izquierda para las 14:00 hora local, en la plaza de République, en el este de la ciudad.

Uno de los participantes comentó a los medios locales que la última estuvieron allí por los impuestos, “esta vez es más sobre las instituciones, queremos más democracia directa”, dijo.

Poco antes de las 08:30 hora local, las fuerzas de seguridad detuvieron a una treintena de personas en París y sus cercanías.

Las autoridades policiales temen posibles disturbios por infiltración de grupos violentos a las marchas. “Debemos estar preparados para los peores de los escenarios”, señaló el jefe de la Policía de París.

Según los medios de comunicación que cubren los acontecimientos en Francia, los agentes policiales lanzan gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes.

Los organizadores de la marcha reclaman “justicia social, democracia verdadera, derechos igualitarios, una transición ecológica verdadera”, según se lee en una nota publicada por el diario francés Le Parisien.

La Policía francesa ha confirmado la detención de cuatro mil 500 personas desde el inicio de la movilización.

El descontento general, sin embargo, parece repercutir fuera de las fronteras francesas, con extensiones de estas movilizaciones en países como Bélgica, en donde la Policía confirmó la detención de 70 personas el sábado pasado y los territorios ocupados de Palestina.