Arabia Saudita acusó a algunos miembros del servicio de inteligencia de estar en el origen del asesinato de Khashoggi con el fin de tapar el papel del príncipe heredero, Mohammed Bin Salman, como el responsable que ordenó el crimen.

Varios medios informaron que el fiscal general saudita, Saud al Mojeb, exigió la pena de muerte contra cinco agentes acusados de asesinar a Jamal Khashoggi y cuyas fotos fueron publicadas por los medios turcos.

Al Mojeb dijo en conferencia de prensa en Riad que cinco hombres drogaron y desmembraron a Khashoggi después que “las conversaciones con él fracasaran” dentro del consulado del país en Estambul.

Añadió que 21 personas fueron arrestadas en el caso del asesinato de Khashoggi y que 11 sospechosos habían sido acusados. Por supuesto, ninguno de ellos era el hombre fuerte del régimen, Mohammed bin Salman.

Según al Mojeb, el general Ahmed al Assiri, ex jefe de inteligencia saudita despedido en octubre, fue el principal culpable del asesinato.

Señaló que Assiri ordenó que un “equipo negociador” viajara a Estambul y enviara a Khashoggi de regreso a Arabia Saudita.

A su vez, el líder del equipo recibió también la orden que el periodista fuera asesinado en caso de que la operación para convencer a Khashoggi fallara.