Al Qahtani: Nunca haría nada sin la aprobación de mi señor el príncipe heredero
El sábado, la prensa estatal saudita dijo que el rey Salman había despedido a Qahtani y otros cuatro altos funcionarios por el asesinato cometido por un equipo de 15 agentes de inteligencia del reino árabe.

Saud al Qahtani, importante asesor de Mohammed Bin Salman, es una de las cabezas de turco que el príncipe heredero dejó caer para cubrir su propia responsabilidad mientras trata de contener la indignación internacional por la muerte de Khashoggi.
El sábado, la prensa estatal saudita dijo que el rey Salman había despedido a Qahtani y otros cuatro altos funcionarios por el asesinato cometido por un equipo de 15 agentes de inteligencia del reino árabe.
De acuerdo con varias fuentes con vínculos en la corte real, la influencia de Qahtani en el séquito del príncipe heredero fue tan vasta en los últimos tres años, que será difícil para los responsables sauditas pintar a Qahtani como el autor intelectual del asesinato sin vincular este último con el príncipe Mohammed Bin Salman.
“Este episodio no derribará MBS, pero ha dañado gravemente su imagen, que requerirá mucho tiempo para ser reparada si es que alguna vez lo consigue. El rey lo está protegiendo”, dijo una de las fuentes sauditas vinculadas a la corte real.
El propio Qahtani dijo en una ocasión que nunca haría nada sin la aprobación de su jefe.
“¿Crees que tomo decisiones sin orientación? Soy un empleado y un fiel ejecutor de las órdenes de mi señor el rey y mi señor el príncipe heredero”, escribió Qahtani el verano pasado.
Qahtani dirigió las redes sociales del príncipe heredero, promovió, siguiendo las órdenes de Mohammed bin Salmán (MBS), la detención de cientos de miembros de la élite de su país. Detuvo al primer ministro libanés, Saad Hariri. Y, según fuentes de inteligencia, dirigió el brutal asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Estambul dando órdenes en Skype.
Según fuentes de las fuerzas de seguridad turcas, Qahtani insultó a Khashoggi, cuando este estaba retenido en una de las salas del consulado y ordenó al equipo: “Traedme la cabeza del perro”, señaló una fuente de inteligencia turca.