Créalo o no lo crea: a la vocera Sanders la echan de restaurante por trabajar para Trump
Sarah Sanders, es una funcionaria que, por cierto, ha recibido duras críticas por defender públicamente la ya revocada política de “tolerancia cero” de Trump, de separar a las familias de inmigrantes indocumentados de sus hijos en la frontera con México.

Pues sí, Sarah Sanders, vocera de la Casa Blanca, se vio obligada a cambiar de restaurante para comer con su familia, porque al que fue en Lexington, Virginia, le “cerraron” las puertas por una razón: trabaja para el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Así lo confirmó Sanders el sábado en su cuenta en Twitter (@PressSec) donde escribió que la dueña del Red Hen en Lexington, Virginia, “me dijo que me fuera porque trabajo para el presidente de Estados Unidos y me fui cortésmente”.
Todo ocurrió la noche del viernes, cuando la portavoz de la mansión ejecutiva, quien estaba junto a su esposo y otros seis miembros de su familia, decidió cenar en el mencionado lugar, un pequeño municipio rural de Virginia, a tres horas en automóvil de Washington.
Los comensales estaban tomando el aperitivo mientras esperaban los platos principales que habían pedido cuando Stephanie Wilkinson, la gerente del local, se acercó a Sanders. “Soy la propietaria. Me gustaría hablar con usted en el patio exterior”, contó ella en un reporte publicado en el diario The Washington Post.

El relato incluye que en la decisión de Wilkinson pesó mucho el que la Sanders se desempeñara en una administración a la que considera “inhumana y sin ética”, y aseguró que “habría hecho lo mismo otra vez. Simplemente sentimos que hay momentos en que la gente tiene que vivir por sus convicciones. Este pareció ser uno de ellos”.
“Sus acciones dicen mucho más de ella que de mí –acotó Sanders en su mensaje en la plataforma de Internet-. Siempre me esfuerzo al máximo para tratar con respeto a las personas, incluidas aquellas con las que no estoy de acuerdo, y continuaré haciéndolo”.
Un trabajador del restaurante, Jaike Foley-Schultz, escribió en Facebook que solo pudo servir a Sanders durante “un total de dos minutos” antes de que su jefa “le pidiera que abandonara el lugar y ella le hiciera caso”.
A propósito, cuando preguntó sobre la cuenta, el restaurante les comunicó que no tenían que pagar.
El incidente corrió como pólvora en las redes sociales con matices más, matices menos; con opiniones diversas entre partidarios y detractores de Sanders, una funcionaria que, por cierto, ha recibido duras críticas por defender públicamente la ya revocada política de “tolerancia cero” de Trump, de separar a las familias de inmigrantes indocumentados de sus hijos en la frontera con México.
El suceso se produjo tres días después de que la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, fuera abucheada por manifestantes en un restaurante de Washington debido a la polémica política (derogada el miércoles).
Lexington, de unos siete mil habitantes, votó mayoritariamente en contra de Trump en las elecciones presidenciales de 2016, aunque se encuentra en un enclave republicano.
